…Desde luego, para el estudio del estado de la técnica de la construcción modular industrializada, el siglo XX es el escenario adecuado.
De todas maneras y según vamos conociendo más sobre el tema, nos llama la atención, como ya hemos dicho en otras ocasiones, el hecho de que en términos generales la arquitectura modular ligera – como un todo- se ha mantenido siempre como una opción alternativa a la construcción tradicional y que en términos reales de mercado no ha tenido mayor recorrido que el de una especia de subproducto en el mercado. Aunque es cierto, e insistimos, que existen grandes nombres de la arquitectura – y emprendedores de otros sectores afines- que se han acercado para explorar esta opción constructiva. Prueba de esto es el ejemplo de Glenn Murcutt, que sin ser un abanderado de la industrialización per se, trabajo asiduamente en esta dirección en su tierra australiana.
Conceptos a integrar
Industrialización, prefabricación y modulación, aun no siendo sinónimos entre sí, juntos, son parte integral del tema de la construcción ligera. Otro factor para completar el concepto ideal de construcción modular, ligera, industrializada y/o prefabricada, sería el de la eficiencia energética. Si este último elemento se integrara a la ecuación, esta modalidad constructiva podría convertirse en una opción más que atractiva.
La industrialización como tal, viene antecedida de un proceso racional de estudio y selección de los mejores métodos de producción y las tecnologías más eficaces, que pueden ser aplicadas a la trama constructiva.
De acuerdo a la definición del RIBA (Royal Institute of British Architects), tenemos que la industrialización es “como una organización que aplica los mejores métodos y tecnologías al proceso integral de la demanda, diseño, fabricación y construcción”. Partiendo de este punto, sería claramente viable poder integrar el concepto de la eficiencia energética desde los procesos de producción.
El sueño de eficientizar los procesos constructivos mediante la industrialización nos acompaña desde principios del Siglo XX, como hemos dicho anteriormente, e incluso desde finales del XIX. Los modelos de producción de automóviles y aviones han sido una especie de quimera para quienes se han propuesto industrializar la construcción de edificios. La cadena de montaje de Henry Ford fue, en gran medida, un ejemplo que se intentó extrapolar al mundo de la construcción, para sacar edificios en serie desde una factoría, como si de Ford T se tratara.
En la actualidad ese deseo de hacer más eficiente la construcción, en su fase de producción, se hace extensivo al propio funcionamiento del edificio y de ahí lo de la eficiencia energética como concepto global.
Hacia la eficiencia energética
Queda por demostrar que los costes de producción de un edificio fabricado off site (fabricado fuera de su lugar de implantación), pueden competir con los costes de construcción de un edificio convencional on site ( construido en su propio lugar de emplazamiento) . Sin embargo esto no sería suficiente para que una construcción ligera – que no insegura- pueda ser una opción realmente competitiva. Esa construcción ligera tiene que ser además de barata, atractiva e incluso con un mejor balance energético.
Factores como el ciclo de vida de los materiales a utilizar y las condiciones de confort del edificio o la relación confort/consumo energético, deben ser tomados en consideración de cara a hacer más competitivo el sector de la construcción modular ligera.
Aspectos como la relación ligereza/resistencia estructural, que son más mediáticos, nos parecen de fácil solución.
Seguiremos con el tema en otro momento.