Hoy primero de mayo conmemoramos los obreros y obreras del mundo los acuerdos históricos  que marcaron las manifestaciones y acciones contra todo orden que oprima y explote a los trabajadores/as. Es el día donde el “Puer Robustus, el perturbador/a de las clases dominantes (Burguesía y Estado) sale a la calle,  a un no lugar, donde se presenta una energía de fuerza que desafía el orden y puede poner a prueba, y hacer tambalear las categorías rancias y apestosas que centralizan el poder, excluyen, segregan y hacen suyo, lo que es propiedad de la comunidad y las multitudes.

Hoy es el día de la calle, de la discrepancia y de la actuación. Hoy te hablo desde la controversia y de la pelea, contra un orden estatal que sólo obedece a una naturaleza despótica y a una moral dudosa. Te hablo de la pasión del Estado y su gobernanza, de sus actos obscenos que definen su apetito antiguo y furibundo, la de anclarse indefinidamente en el poder. Te hablo de un gobierno que se sostiene en una genealogía moral de la indecencia y de un matrimonio corrompido por sus propias babas, entre las distintas instancias, ya sea judicial o ejecutiva. Te hablo del “Chucky”  que atemoriza a los jueces desobedientes. Te hablo de un grupillo que pacta con la clase empresarial, el patrón antiguo, aquel canalla histórico que nunca ha dejado de enriquecerse ni de acumular capital.

Hoy necesitamos, la soberanía de la memoria de la clase trabajadora, la de reconocer su capacidad para consolidar su propia emancipación.

Te hablo de la figura histórica del obseso que pretende concentrarlo todo en un pequeño pomo, para contemplarlo desde la plenitud de su razón, como todos los niños malvados de la historia occidental, que sólo pretende validar su mirada, gestos y asegurar que los fondos de la tradición permanezcan y se queden en pocas manos. Te hablo de la indiferencia del (PLD) Partido de la Liberación Dominicana con la clase obrera y de la indolencia social de sus dirigentes y leguleyos (juristas, intelectuales y compadres de juergas).

Te hablo de los pactos sin precedentes que quieren consolidar, bajo la doctrina del minimalismo neoliberal, la de proteger el sistema de gestión global del capital y con ello, la de asegurar leyes que fortalezcan sus dominios. Nunca han dejado de proteger sus intereses. El control de la propiedad absoluta, es vital para existir como clase, como decía Schmitt (dominium). Al burgués,  no le importa, lo que se lleve por delante, ni que desaparezca la libertad de prensa, ni los bienes comunes, ni que los/as trabajadores/as pierdan derechos. Su sentido de apertura empresarial se desvanece frente a los otros, ya por eso imponen sus fórmulas económicas sobre lo político.

Hoy necesitamos, la soberanía de la memoria de la clase trabajadora, la de reconocer su capacidad para consolidar su propia emancipación. La Ley de Reforma al Código Laboral atenta con los derechos de la clase trabajadora. No aceptamos que se supriman, los derechos de las mujeres en relación con sus decisiones sobre la licencia por maternidad, como tampoco que se reduzca el pago de la cesantía laboral, la violación a los pactos colectivos, ni el aumento de la jornada laboral de 8 a 12 horas, entre otros. Hoy necesitamos la calle y las razones del  puer robustus. Hoy La elección ética es la calle. Trabajadores/as Chicago es el camino.