Cada quien vive esta situación de crisis sanitaria mundial a su manera con el único común denominador de obedecer las directrices gubernamentales de cuarentena en el país en el que se haya decretado.  Y no todos, obvio. Hay personas que alegremente continúan con diversiones propias de la calle en momentos complicados. Luego, pasa lo que pasa.

Como también, la  muerte llega y pasa.  Dentro de las tantas pruebas vitales que suceden en una crisis de éstas características como la que experimentamos,  no solo está la cruel partida de miles y miles de vidas, sin importar la edad,  sino que a esas vidas, a esos seres queridos no se les puede "honrar" debidamente.  Los servicios funerarios están limitados, restringidos y cronometrados en este momento.  No solo es la compleja tarea de aceptar la partida sino que tenemos el añadido del funeral raudo y veloz.

Llega la muerte como consecuencia de este virus o no, y el resto es rápido.  Nadie quiere infectarse de ésta peste (al estilo Camus) que llegó bruscamente y alteró toda nuestra  cotidianidad. Las funerarias no son excepción. Las familias se mentalizan e informan que cuando esta pesadilla "finalice", se invitará a la ceremonia de recordación que se tenía prevista para tiempos normales. La funeraria es el teléfono.  Los pésames son a distancia.  De momento, no hay abrazos, chismes de pasillo, murmuración ni encuentros personales. El apoyo de los demás es a través de un auricular o del teléfono celular.   ¿Quién lo diría?!.  Todos huimos del contagio.

El mismo patrón sucede en aquellos países donde se ha posado el ojo del huracán de esta pandemia. China, Italia, España, Estados Unidos, despachan rápido a sus fallecidos, los familiares tienen que tragar con la realidad. Una realidad que parece no tener fin, que golpea más fuerte cada día que amanece. Noticias desalentadoras, imágenes terribles, muertes prematuras, a destiempo………..Casos desgarradores. Uno solo atina a preguntar ¿por qué?…

Otra de las cosas negativas que tiene este tipo de situaciones, es la ingente cantidad de información falsa y certera  que nos llega a través de los celulares,  redes y demás medios de comunicación online.  Hay personas que gozan con difundir noticias falsas, inventarse fallecimientos (antes de tiempo) y crear un morbo innecesario, más en un país como el nuestro, donde la falta de investigación, educación  e interés por la lectura de temas reales jamás no has caracterizado como sociedad, sino todo lo contrario. La gente vomita la podredumbre de su deterioro emocional. 

Las redes  mal usadas por muchos, son el caldo de cultivo de tantos sin oficio, de inhumanos que se divierten por el solo afán de ganar likes con las tonterías que cuelgan sin base ni fundamento,  con ese deseo de llenar sus mentes ociosas y ser ecos de chismes baratos, de muertes sin pruebas, de entierros sin muertos.

El Covid -19 o Coronavirus ha coronado de manera trágica este 2020 y apenas estamos en Abril.  Nos ha cambiado los planes. ¿Qué nos espera? seguir viviendo. Esta situación, tarde o temprano acabará. Paciencia y resistencia, vitales como nunca antes.