Quizás el futuro del Sistema de Seguridad Social Dominicano no ha sido puesto seriamente en perspectiva. Se discute la propuesta de modificación a la ley 87-01, que busca ampliar la cobertura e incluir más personas al sistema.
Los políticos saben, pero no lo quieren decir: la única manera de que el sistema no colapse a largo plazo es mediante el recorte en los programas sociales del gobierno o incrementando los impuestos.
Tenemos una economía muy particular, con niveles de informalidad del 60%, personas que no ahorran suficientemente para el retiro y sin ningún plan de salud. El 34% de la población tiene de 15 a 34 años, en edad productiva, pero con una tasa de desempleo en ese rango poblacional del 30%.
Sin una reforma que asuma el problema del Sistema de Seguridad Social en todas sus variables y la realidad del país, no solo incrementando los gastos del gobierno, no tendremos un Sistema de Seguridad Social viable, solvente y con capacidad para asegurar el bienestar de todos.
Promover únicamente la competencia leal de las prestadoras de servicios de salud, garantizando calidad del servicio y estabilidad de precios, además de pensiones dignas, funcionará solamente en el corto plazo. Basta ver que las inversiones de los fondos de pensiones en instrumentos financieros cayeron un 11% el año pasado.
El sistema irá colapsando en la medida en que el Estado no pueda contar con los recursos necesarios, para cubrir a una población creciente y que exige más y mejores servicios públicos y si no establece políticas públicas de incentivo al ahorro individual y de acceso a instrumentos financieros de inversión eficientes que garanticen la sostenibilidad del sistema a largo plazo.
Pero el ahorro no es suficiente. Deben diseñarse opciones de cuentas especiales de ahorro con incentivos de impuestos, en coordinación con el sector privado, los empleadores, prestadores de servicios de salud y pensiones desde el inicio de la carrera de una persona en el mercado laboral y planes de salud pensados para todas las posibles necesidades individuales y para el bienestar de la familia; contando para esto con plataformas digitales que permitan el acceso universal y eficiente al sistema.