Mediante la Ley 87-01 de Seguridad Social, se abrieron muchas expectativas para mejorar el Sistema de Salud de la población en general.  En el Sistema de Salud viejo, al menos íbamos a los hospitales públicos y nos recibían aunque fuera en un pasillo o que nos pusieran con más pacientes en una cama.  Las recetas, aunque no completas, aparecían.  En general, médicos, enfermeras y administradores, nos dispensaban un trato más humano.

Los enfermos y cadáveres de personas fallecidas, no eran “secuestrados” por no tener dinero al momento de salir del centro de salud.  Y los enfermos y lesionados eran recibidos en las emergencias sin tener que “demostrar” ninguna tarjeta de crédito, realizar depósitos en efectivo o buscar a un familiar o amigo “solvente” como fiador.

Con el Sistema de Seguridad Social, establecido en la Ley 87-01, los pobres del país fueron despojados del servicio que aunque precario se les brindaba, o perdieron todo el sentido de humanidad del sistema anterior, para convertirse en objetos mercadeables al servicio de los agiotistas del Sistema que aunque parece bueno, lo han transformado en malo.  Las quejas no son escuchadas, los reclamos tampoco aunque provengan de un senador como el de Elías  Piña, que reciente y públicamente solicita que el Sistema de Salud de esa demarcación, sea declarado en estado de emergencia.

Para citar un ejemplo, el señor Ramón Antonio Bonifacio, campesino residente en las cercanías del Pico Duarte, con una lesión que requería atenciones de ortopedia en un tobillo, su seguro de salud La Universal, le dijeron que “ese procedimiento” no estaba cubierto por ellos!!  Entonces, en el Hospital profesor Juan Bosch –que se supone es de carácter público- para ingresarlo debió pagar y para salir, luego del procedimiento, también debió pagar!!

Pero más penoso es el caso con los miembros retirados de las Fuerzas Armadas o Ministerio de Defensa, eso da pena.  Los jefes del Ministerio –los anteriores y los actuales- y los cabezas de las instituciones, solo les interesa el bienestar que puedan adquirir o acumular, olvidándose de sus compañeros de armas.  Claro, esos oficiales generales y almirantes, jamás necesitaran utilizar los servicios médicos –porque pueden pagarlos- que hoy día representan la vida o la muerte, de los que no tuvimos tanta “suerte”.  La calamitosa, penosa, vergonzosa, indignante, degradante y conducta poco solidaria, hacia estos hombres y mujeres que sirvieron a la Patria, entonces, que pueden esperar los ciudadanos de a pie?  Y la ARS del Ministerio de Defensa? muy bien gracias.

Sin embargo, albergamos la esperanza de que las actuales autoridades del Ministerio y sus diferentes ramas, asuman este tema, como parte de su responsabilidad absoluta, para que enmienden las negligencias e indolencias y hasta falta de humanidad con sus miembros en retiro, debiendo reconocer que también ustedes inexorablemente, serán parte de nosotros!!!