SINGUETA

 

Otros vocablos con significado parecido han logrado su reconocimiento. Entre otros pueden mencionarse singar, singón, singadera, singada, singamalo. De entre todas estas palabras, la más mala es singamalo

 

Esta voz pertenece al vernáculo dominicano. A pesar de eso noo se la ha encontrado en los diccionarios de términos dominicanos. No hay que extrañarse por esta ausencia porque en la mayoría de esos lexicones solo se enumeran las palabras “decentes”. Naturalmente esto de decente se mide mediante el prurito de decirlo, no de hacerlo. Es una moral exterior.

Hay otras voces del mismo género que se encuentran en algunos diccionarios del habla dominicana, mas la del título no consta en repertorio alguno.

Otros vocablos con significado parecido han logrado su reconocimiento. Entre otros pueden mencionarse singar, singón, singadera, singada, singamalo. De entre todas estas palabras, la más mala es singamalo.

El singón es el que hace el acto de singar frecuentemente. Una singadera es la sesión de singar repetidamente, es decir, hacerlo una y otra vez. Un singamalo es aquel o aquella que no sabe cómo hacerlo

Cuando se entra en este campo del conocimiento humano hay que explicar la o las diferencias que hay entre estas palabras y la voz singueta. Para quien estas líneas escribe, entre la última palabra y las anteriores existe una diferencia que se explica muy fácilmente.

Singar es fornicar, lo que ahora se empeñan en llamar “hacer el amor”. La diferencia entre esos dos radica en que el primero es el acto animal y, el segundo es reflexionado y ejecutado con conciencia de transmitir un sentimiento. El singón es el que hace el acto de singar frecuentemente. Una singadera es la sesión de singar repetidamente, es decir, hacerlo una y otra vez. Un singamalo es aquel o aquella que no sabe cómo hacerlo. Él o ella piensan que no es un arte.

El singueta es el sujeto que singa con frecuencia. En el vocablo, según este escritor, hay una simbiosis entre singar y segueta. Es la persona que singa siguiendo el movimiento de la segueta. Este instrumento solo corta con un vaivén repetido, una y otra vez. Esa es la característica del singueta.

Vale la pena que uno se pregunte si hay arte en la acción del singueta. No es un rasgo intrínseco a la condición de singueta el arte del coito, pero sí puede ser parte de este. Además, el singueta tiene otra característica y es que realiza su acto carnal con diferentes mujeres.

Luego de una disertación de este género habrá quien se pregunte si es válido ocuparse del asunto. El lenguaje exige que se denomine de manera certera cada una de las acciones humanas, por ello ha de darse entrada en los diccionarios de dominicanismos a la voz del título con una acepción certera y veraz.

La mayoría de las voces analizadas en esta sección son tabúes, no se esconden tras un telón de eufemismo. Son crudas, pero vernáculas. Stephen Ullman en su obra Lenguaje y estilo coloca estos tabúes entre los dictados por la decencia y el decoro por las referencias que tienen al sexo.

La nota de afectividad negativa en estos casos la genera la actitud histórica de la colectividad social como consecuencia del contenido “peligroso” que transmiten estos términos.

COLINDAR

“El presidente. . .está enfrentando una seria crisis política tras la desaparición y probable muerte de 43 estudiantes por bandas de narcotraficantes COLINDADAS con autoridades locales. . .

Un dominicano auténtico diría que este sentido del verbo “colindar” no se encuentra ni en los centros espiritistas. Esto “traducido al esperanto” hay que entenderlo por equivalente de que “no hay como entrarle”. En buen cristiano, no se entiende.

Colindar tiene que ver con los límites, los lindes de las propiedades, de las heredades, como dice el diccionario oficial de la lengua común. Colindar es tener dos terrenos adyacentes límites comunes.

Leída la cita al amparo de las acepciones antes mencionadas, esto de bandas colindadas con autoridades locales no ayuda a comprender el mensaje.

Colindar es tener dos terrenos adyacentes límites comunes

El primer elemento que saca de sitio al verbo en este caso es el ámbito de acción. Los límites del lindero se refieren en el caso de la colindancia solo a los terrenos, fincas, etcétera de ese género. El analista de noticias internacionales se ha permitido la libertad de llevar el vocablo a otro campo. A un campo tan espeso que el lector queda desorientado al leer la pieza.

Si uno penetra en el terreno de las especulaciones, puede arriesgarse y pensar que el señor articulista deseaba expresar que los narcotraficantes y las autoridades son colindantes, que a veces no se sabe quién es quién, pues las autoridades en algunas ocasiones desempañan el papel de bandas de narcotraficantes.

No hay lugar a duda, si fue esto lo que quiso dar a entender pudo hacerlo de mil maneras mucho más claramente.

CUMBANCHA – CUMBANCHERO

“. . .por tener un tono muy CUMBANCHERO en tiempos de absoluta militancia revolucionaria”.

La palabra cumbancha apareció por primera vez en el Diccionario de la lengua española publicado en el año 2001. Ese lexicón mayor le atribuye vigencia a este término en Cuba y México.

Tal y como corresponde al tipo de diccionario que es el de la Real Academia, la definición para cumbancha es muy escueta, ‘juerga, jolgorio’. Para los cubanos es más que eso, es ‘reunión bulliciosa en la que la gente se divierte bebiendo o bailando’. En su segunda acepción es ‘burla que se hace a alguien, diciéndole algo en tono de broma o chiste’. La última acepción es ‘situación de alboroto y bullicio en la que la gente se divierte’. Estas acepciones se sacaron del Diccionario del español de Cuba (2000) de Haensch y Werner.

La voz de la cita, cumbanchero, no está registrada en el lexicón de la Academia, pero su valor se deduce con facilidad

De la lectura de las acepciones cubanas se deduce que la bebida y el baile no son necesarios en la reunión, pero sí lo son el bullicio y la diversión. Eso aparte de la burla cubana.

La voz de la cita, cumbanchero, no está registrada en el lexicón de la Academia, pero su valor se deduce con facilidad de las acepciones anteriores. El cumbanchero es quien gusta de la cumbancha, es decir, de divertirse con frecuencia en reuniones bulliciosas, donde a veces se bebe y se baila. Por lo vaciado con anterioridad, será también la persona que gusta de burlarse diciéndole a otro(s) algo en tono de chiste.

Para los mexicanos la cumbancha es solo ‘baile, juerga, diversión’. Así lo consigna el Diccionario de mexicanismos (2010) de la Academia Mexicana de la Lengua. Señala esa institución que en ese país, México, es voz poco usada.

Fernando Ortiz, en su Glosario de afronegrismos, sostiene que el vocablo cumbancha es de estirpe africana, que se deriva de la voz africana “cumbe” que era un antiguo baile de negros y un son al cual se bailaba. Apunta ese acucioso investigador que derivan de las palabras ya mencionadas el verbo cumbanchar, cumbanchear, el adjetivo cumbanchero y el sustantivo cumbancheo. El cumbanchero de acuerdo con Ortiz es el amigo de cumbanchas.

La palabra cumbancha, así como el género de diversión al que se alude con ella pertenece en la actualidad al español internacional. De la misma familia de esta cumbancha es el cumbé que es un baile y música de Guinea.