El pasado miércoles 9 de agosto de este año 2017, se cumplieron 52 años de la proclamación de independencia de Singapur y punto de partida de un recorrido que permitió que entre 1965 a 1990 este pequeño gigante pasara de ser una aldea, en la que pocos creían, a un país desarrollado, o sea, del “Tercer al Primer Mundo” en un cuarto de siglo.
Hoy es líder en competitividad, producción y servicios, con economía basada en innovación y tecnología, una “Ciudad Jardín” con un pueblo educado, servicial y laborioso, además de ser el mayor laboratorio de tolerancia y pluralidad del planeta, donde 5.5 millones de personas con ascendencia en China, India, Malasia, Inglaterra, practican el confucianismo, hinduismo e islamismo y viven en paz, donde inseguridad ciudadana y percepción de la corrupción son casi inexistentes.
De acuerdo a las estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) para este año 2017, el PIB per cápita a Paridad de Poder Adquisitivo (PPA) de Singapur es de 90, 724 dólares, ocupando el tercer lugar de la lista de 179 que se miden. En el Índice Global de Competitividad (IGC), edición 2016-2017 donde se mide la capacidad de las economías para generar valor, Singapur ocupa el segundo lugar, sólo después de Suiza. Pero igual si seguimos buscando, es sorprendente lo que ha logrado este pequeño gigante, que aprendió con tiempo que el desarrollo de un país es directamente proporcional a la infraestructura que servirá de apoyo para la producción y comercialización de productos, así como para una mejor oferta de servicios. Por eso cuenta con el principal puerto de trasbordo del planeta, conectado a más de 600 puertos repartidos por más de 100 países, el mejor aeropuerto del mundo es el Changi de Singapur, que tiene conexión con unos 200 destinos a través de unas 80 aerolíneas y donde trabajan 50,000 personas, además de excelentes carreteras, sistema de transporte de primera, energía y comunicación.
En su joven historia de 52 años como país independiente y soberano, Singapur ha mostrado que sí se puede recorrer exitosamente la distancia entre el sueño y su realización.
No estaría de más que Danilo Medina y su equipo, a saber, Gonzalo Castillo, Gustavo Moltalvo, José Ramón Peralta, Roberto Rodríguez Marchena, así como el liderazgo político que aspira gobernar o ser parte del Gobierno en el país, a saber, Leonel Fernández, Miguel Vargas, Francisco Javier, Reinaldo Pared Pérez, Milton Morrison, Víctor (Ito) Bisonó, Pelegrín Castillo, Guillermo Moreno, Minou Tavárez Mirabal, Andrés Navarro, David Collado, Abel Martínez, Flor Soraya Aquino y hasta ese que está arropado bajo el manto del anonimato, el Cisne Negro, que nadie todavía ve y podría ser la sorpresa que decida o sea el próximo Presidente de la República, consulten el libro de Lee Kuan Yew titulado “Historia de Singapur: del Tercer al Primer Mundo” donde se narra cómo lo alcanzaron, comenzando con llevar a la práctica la idea de Lao-Tsé, de enseñar a pescar, no regalar el pescado, además de crear un marco institucional que lo convirtió en una zona libre y segura en un mercado global donde poder invertir y ahorrar sin miedo.
Estoy seguro que las ideas allí expuestas y que dieron resultados en Singapur en su momento y circunstancias, servirán para presentar una propuesta política a la República Dominicana, moldeadas a nuestras realidades y circunstancias, que procure la producción de riquezas, oportunidades reales para todos, crecimiento con inclusión. Dicho sea de paso, las condiciones de la RD de hoy son mucho más favorables que las que tenía Singapur cuando comenzó a trillar el camino del desarrollo, porque a decir del mismo Lee Kuan Yew, era “el país con menos recursos de la región”. A Singapur sólo les quedaba para desarrollarse y crecer, “ser honestos, eficientes y capaces”, como dijo también su líder fundador, mientras que la RD, además de ser eso (honestidad y eficiencia), que permitirá que venga dinero de otros lugares del mundo, en inversiones y ahorros, por la confianza que generemos, también tenemos recursos naturales para hacer productivo nuestro sector agroindustrial y condiciones para seguir siendo la potencia turística del Caribe.
Felicidades a Singapur por sus 52 años de independencia y gracias por sentar un precedente de que, el desarrollo de los pueblos se produce cuando su liderazgo se enfoca en sentar las bases para crear riquezas y en distribuirlas equitativamente.