Poco menos de dos meses, las declaraciones hechas por el maestro José Antonio Molina en un programa de televisión causó un gran revuelo a nivel nacional. Debates por televisión, radio, prensa escrita, redes sociales, opiniones a favor y en contra, estuvieron por dos semanas en la palestra pública, y no sólo a nivel nacional, sino en un  país vecino se habló de esto.

Lo lamentable del caso es que todos los que opinaron se llevaron de un titular que fue distorsionado. Muchos sólo leyeron el titular y comenzaron a dar su punto de vista y en muchos casos hasta filosofar del tema sin conocimiento alguno de la materia, pero como buenos “todólogos” hablaron sin cerciorarse qué fue lo que dijo en realidad el maestro Molina.

El primero en salir en defensa fue uno de los exponentes del género urbano. Más que una defensa con fundamento fue una falta de respeto, no sólo a quien emitió el comentario, sino a todos los que leyeron su propuesta. Después de dichas declaraciones por parte del exponente urbano, siguió la lucha, sobre todo en las redes sociales. Estoy completamente seguro de que ni leyó lo que se escribió en los periódicos y mucho menos escuchó la entrevista.

Luego en una entrevista que se le hiciera a otro representante de la música urbana se le preguntó su parecer de las declaraciones, éste contestó y contextualizó su respuesta. Éstas también fueron alteradas y sólo se utilizó la parte final de su comentario. Si algo se le puede corregir a sus declaraciones, es que la música, o más bien, el compositor favorito de Hitler fue Wagner. Pero el boricua fue cuestionado en base a unas declaraciones ya contaminadas y fue víctima de la descontextualización de su respuesta.

Los periódicos en sus titulares pusieron: “La música urbana es un veneno para la sociedad”. Quienes leyeron el artículo en donde recogían las declaraciones, pudieron darse cuenta de que lo puesto en el encabezado distaba de lo que dijo: “La música es un retrato de la sociedad, esas letras que incentivan la violencia es un veneno para la sociedad” y quienes escucharon la entrevista, se habrán dado cuenta de que todo el comentario está contextualizado. En ningún momento el maestro Molina descalificó ningún género ni a ningún representante urbano.

Es una lástima que personas que gozan de cierto respeto se presten a emitir juicios, dejándose llevar de lo que se dice, sin investigar qué fue lo que realmente se dijo o sucedió. Todo el debate que se originó evidencia libertinaje de opinión que existe en el país en todos loa ámbitos.

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