Todo está perdido, cuando

Los malos sirven de ejemplo y,

Los buenos… ¡De mofa!

Demócrates.-

Planificar, organizar, ejecutar y supervisar, si mal no me enseñaron, esos son los pilares de la administración, que, sería lo mismo escrito por Walt Disney; “… Piensa, cree, sueña y atrévete”. Me atrevería, como una de mis osadías, a decir que esto es lo que nos está faltando como pueblo para salir de esta desenfrenada carrera de nuestra economía, la cual se “desarrolla” a tal velocidad, que apenas podemos verla y eso, porque nos dicen los articuladores de cifras, que la tenemos enfrente y estamos recibiendo sus parabienes, aún y cuando no la sentimos y mucho menos podemos verla, aunque “ellos” si la sienten, la ven y la disfrutan.

Y no necesariamente nos referimos a los que están gobernando, sino, a la falta de esperanza en aquellos que aspiran a sustituir los actuales. Nuevos en el oficio pero, con las mismas mañas de los viejos… ¿Entonces qué? ¡Pues nada!, mientras éste pueblo no se empodere y piense; que se involucre en la supervisión y castigo de los políticos corruptos; que ejecute las acciones y exija un régimen de consecuencias para este desmadre que cada día nos azota, iremos de mal en peor, porque el caos se adueñara de nuestra existencia como nación.

Y que nadie me hable de ser pesimista, más bien y lo acepto, un crudo realista, pragmático, porque para muestra, sobran los botones. Y es, que hay que tener “timbales”, más bien como se decía otrora, hay que tener colgantes, como estos viejos dinosaurios o los nuevos tiranosaurios rex, en espera de hincar sus fauces en el sabroso filete inerte, representado por los ciudadanos de este país, al exigir, en adición a los privilegios de sus contertulios “electos”,  mas exoneraciones para los que están en el banco en espera de su turno. Hay que tenerlos bien puestos para pedir exención tributaria de ITEBIS, tasas, servicios franquicia postal y espacios gratis para su propaganda política mientras, quienes supuestamente ellos dicen representar, pasan las una y mil penurias ahogados por los pagos de impuestos que los políticos utilizan descaradamente en dádivas, y en acciones “solidarias”, como parte de un clientelismo que más bien, asquea.

Las esperanzas de algo mejor se esfuman, y con razón. Estos políticos imitan todo lo que hacen los corruptos de otros lares pero, para las cosas buenas, no tienen ojos ni oídos. Por ejemplo; Dinamarca pagó su último préstamo saldando la deuda internacional, mientras, la nuestra, crece día a día de manera irresponsable; los “líderes estudiantiles” se mancuernan con otro partido para derrotar a los “grupúsculos encapuchados”; imaginen ustedes lo que harán cuando lleguen a las grandes ligas, si desde ahora, utilizan las mismas mañas de sus mentores. Y es, que cuando la semilla es mala, no importa cuán buena sea la tierra, el producto no se verá o será de mala calidad, como está ocurriendo con la clase emergente que aspira a sustituir los dinosaurios que se han hecho dueño de los partidos y de todo aquello que se llame agrupación, gremios, sindicatos o colegios de profesionales, incluyendo, aunque parezca increíble, hasta de las directivas de clubes y asociaciones sociales. ¡j…er!

Y para concluir, porque en realidad me asquea y asusta este tema, quisiera preguntar: ¿Cuántas cosas buenas, edificaciones, empleos, desaparición de cañadas, fumigaciones, entre otras cosas, se podrían llevar a cabo con los casi mil millones que le dieron a los partidos políticos para poder continuar existiendo como tales y, hasta para aquellos que no obtuvieron votos para proseguir pegados de las ubres del Estado? Nada, ellos hacen las leyes y hacen las trampas. Así de sencillo y simple. Todo hiede. ¡Sí señor!