“…Los hombres que se acostumbran a preocuparse por las necesidades de unas máquinas, se vuelven insensibles respecto a las necesidades de los hombres….”
Isaac Asimov
En la prensa española ha salido la noticia de que una señora de Lleida se está peleando en los tribunales, para ver si consigue un estatus de invalidez permanente por causa de su alegada electrosensibilidad. Esta señora, empleada de la administración pública en Cataluña (o funcionaria como le llaman en España), reporta como síntomas de malestar: “…Dolor de cabeza, sensación de ahogo, confusión mental y dificultad para concentrarse, boca seca, fatiga…” (Ver: http://politica.elpais.com/politica/2017/01/12/actualidad/1484248289_162400.html). Desde luego no nos atrevemos a dudar de la veracidad de sus malestares, pero la OMS (Organización Mundial de la Salud) no atina a certificar, como cierto, que las ondas Wifi (si se les puede llamar ondas), sean las que afecten a la señora. Algunos más escépticos sitúan el remedio, al malestar de la electrosensible vecina de Lleida, en unas cuantas horas de psicoterapia.
¿Y con la Domótica qué?
Una buena parte de la tecnología relacionada a la eficiencia energética está apoyada en sistemas inteligentes y/o domóticos y a su vez muchos de estos utilizan tecnología Wifi. Ya nuestros teléfonos móviles cuentan con la tecnología de, mediante la correspondiente aplicación informática, subir o bajar persianas de protección, activar o desactivar alarmas, conectarse con la cámara que cubre la puerta de acceso o simplemente encender o apagar las luces. Hasta se desarrollan aplicaciones para que las Instalaciones fotovoltaicas puedan ser monitorizadas con nuestros celulares y sepamos de su rendimiento y/o efectividad.
Dentro de este contexto, hay colectivos que se plantean seriamente el daño que, como a la vecina de Lleida, le puedan causar los posibles campos electromagnéticos creados a usuarios vulnerables como niños o ancianos.
Como decíamos la semana pasada, desde nuestro punto de vista, aún no tenemos los años de uso suficientes como para que se puedan apreciar verdaderos daños a la salud ocasionados por nuestros nuevos grandes aliados tecnológicos: el Wifi, el móvil, y compartes…Igual es así pero no lo podríamos afirmar 100%.
Desde el conocimiento que manejamos, no nos sentimos capaces de recomendar mucho más que lo que indica el sentido común: colocar routers y demás aparatejos a más de un metro de las zonas en que hacemos vida cotidiana, sobre todo niños, ancianos o embarazadas; no dormir con teléfonos móviles activados y preferiblemente desconectar o apagar estos utensilios en las horas en que no se precise su utilización.
Sin poder confirmar daños a terceros, solo nos aventuramos a repetir la primera frase que encabeza nuestro artículo de hoy y que se le atribuye al gran divulgador científico Isaac Asimov. Pensemos que la tecnología es nuestra aliada, hasta que ciertamente se demuestre lo contrario, y de eso se están encargando señores como los de la Fundación Vivo Sano. Aquí dejo un enlace a Vivo Sano, para que se consolide una masa crítica, que pueda debatir el tema tomando todos los puntos de vistas; también, y con el mismo espíritu, dejo un enlace a una publicación de la Comisión Europea con respecto al tema:
http://ec.europa.eu/health/scientific_committees/docs/citizens_emf_es.pdf
Ahí les dejo el debate servido…Hasta la próxima.