La Sociedad Bolivariana fue creada en Caracas en 1842 por el Gral. Rafael Urdaneta, cuando un grupo de admiradores y seguidores del pensamiento bolivariano se dedicó a sacralizar la imagen del libertador Simón Bolívar (1783-1830), y a cuya imagen han recurrido todos los políticos en Venezuela.

Fue el Gral. José AntonioPáez, presidente de Venezuela,quien al ordenar la repatriación de los restos de Bolívar, decreta 8 días de duelo dando inicio a este proceso, haciendo recurrente el culto al libertador, en especial por los dictadores. A partir del gobierno de Antonio Guzmán Blanco, cada vez que un político iba a cometer una arbitrariedad, en momentos álgidos de la historia de este país,recurría a la imagen del libertador Simón Bolívar.

Hugo Chávez, siguiendo la tradición del uso que la clase política había hecho  de la imagen del venezolano más grande que ha dado la historia, asumió la presencia del prócer de forma magnificada, y  empezó por cambiar el nombre del país, -Venezuela pasó a ser la República Bolivariana-que ya llevaba su nombre en la moneda, en el Estado Bolívar y en casi todas las plazas del país.

Chávez fue el primero en cuestionar también los orígenes del libertador, los cuales han sido cambiados durante la evolución revolucionaria, por no encajar con la ideología del régimen. Viéndose  afectado hasta en su imagen, en lo que se ha llamado la “Desconstrucción de la imagen de Bolívar " , trabajo que  realizó el régimen chavista, y que consiste en dar el nombre de Bolívar a cualquier cosa, hasta  hurgar en los orígenes étnicos de sus antepasados, que no eran más que aristócratas establecidos en la colonia, mantuanos (hijos de españoles nacidos en la colonia) que reivindicaban la “pureza” de sangre, y respondían a la ideología  colonialista.

Chávez creyéndose heredero de Simón Bolívar ,impregnó todo el escenario político de  la imagen del prócer. La Revolución Bolivariana evoca desde cualquier ángulo la imagen del héroe omnipresente.

La efigie del gobernante surge impregnada por la personalidad del prócer. Creyéndose poseído y capaz de repetir los actos glorioso de aquel ser excepcional, se revela como el más bolivariano de todos los gobernantes del país, como ha demostrado la práctica. Pretendió ser la encarnación de aquel ser escogido por la vida para la gloria de la humanidad, el Libertador, con todas las implicaciones que tiene la palabra en el imaginario colectivo del pueblo venezolano, y en los territorios de la Gran Colombia.

Hugo Chávez utilizó e incomodó -hasta su sepultura- a Bolívar, recreando una nueva imagen del héroe, como muestran las gráficas (retratos y pinturas en la actualidad) que no corresponden a su fenotipo de orígen español, ni al desarrollo de su historia personal, en un afán de mimetizarlo con una “Revolución Bolivariana Populista”. "Liderada por un (zambo), como se calificaba a los mestizos de negro con indio,- en este caso Hugo Chávez-,"como destaco Paulina Gamus en su artículo Bolívar Des construido, El País 12 mayo 2014.

El cadáver de Bolívar fue sometido a una serie de estudios, que perturbaron los restos del prócer y que extrañamente derraman la maldición de las momias egipcias sobre todos aquellos que formaron parte de esa misión, de la que se dice, no queda una persona en vida.

Surgiendo una nueva imagen del prócer.

La Revolución "chavista "pretendió ser la gran oda al genio de Bolívar, sin que este pudiese estar o no  de acuerdo con todo aquello, ya que se trataba de una personalidad que hasta se negó a que le publicarán sus cartas. “No mande Ud. publicar mis cartas, ni vivo ni muerto, porque ellas están escritas con mucha libertad y con mucho desorden” pedía el libertador Simón Bolívar a Santander, desde Potosí el 21 de octubre del 1825.

Son justamente en  esas cartas  donde  queda plasmado el genio y la personalidad  de un Bolívar, que parece no tener nada que ver con las interpretaciones de ayer y de hoy, hechas por el aparato propagandístico de una revolución que agotó todos los  símbolos.

“La historia de Simón que aparece en sus documentos, en sus cartas, proclamas, manifiestos y consideraciones sobre la política de los primeros años del siglo XIX, no tiene nada que ver con ese semi dios, fertilizado y a veces censurado por la sociedad Bolivariana", declaraba el dramaturgo José Ignacio Cabrujas, en una entrevista realizada en Caracas por el periódico EL Nacional, en la década de los 80, del siglo pasado. 

Bolívar, hijo de aristócratas mantuanos, respondía a la ideología de este grupo, a la“pureza de sangre” descendiente directo del blanco colonizador y de la más rancia nobleza española establecida en la colonia, (algo que parece molestar a los chavista) lo que no negaba su deseo y necesidades libertarias.

En los documentos de Bolívar se puede observar que jamás podría estar de acuerdo con un personaje como Chávez, porque su ideario está divorciado de esa “revolución”, sobre todo en lo que remite a la soberanía del territorio venezolano, y al desgobierno en nombre de una revolución que ha esquilmado, endeudado, esclavizado y militarizado el país.

Como lo destacaba el mismo Bolívar en una carta enviada al canónigo Cortes Madariaga el 26 de noviembre de 1816, desde Port Prince, Haití.

“En vano las armas destruirán a los tiranos, si no establecemos un orden político capaz de reparar los estragos de la revolución. El sistema militar es el de la fuerza, y la fuerza no es gobierno”.