¿Recuerdan aquellas Resoluciones 257-01 y 260-06mediante las cuales el Consejo Nacional de la Seguridad Social dispuso repartir los fondos de la Administradora de Riesgos Laborales (ARLS SS) entre el Gobierno y los empleadores, con alguna migajita de consolación para las Centrales Sindicales?.  Nada menos que RD$ 10,000 milloncitos, en pico de garza y a punto de ser engullidos, en perjuicio de todos los afiliados al régimen contributivo del Sistema Dominicano de Seguridad  Social.

¿Recuerdan que Fulgencio Severino y Magino Corporán,  representación en el CNSS por el Colegio MédicoDominicano y por Foro Ciudadano y otras organizaciones sociales, respectivamente, las denunciaron como violatorias de los derechos de los afiliados, así como la ilegalidad de las mismas?. ¿Recuerdan que  a raíz de este atropello se conformó una Coalición denominada "Mi salud no es un Negocio"?, y ¿Recuerdan que esta Coalición recurrió en solicitud de amparo ante el Tribunal Contencioso Administrativo, y que otras organizaciones sociales también  recurrieron ante el mismo tribunal solicitando la nulidad de tales Resoluciones?.

El tribunal pospuso varias veces sus decisiones, pero era obvio que ambos recursos tenían que ser decididos a favor de los beneficiarios si, como era de esperarse,  dichas decisiones se ajustaban a derecho.

Pues, amigas y amigos que leen esta columna, aunque parezca increíble por lo maravilloso, el CNSS, en su sesión de la semana pasada, aprobó la Resolución 274-01, mediante la cual anuló las anteriores, y esta decisión fue adoptada por unanimidad de sus integrantes, lo que le da una gran fuerza moral. 

Es una gran victoria, un acto de reivindicación de la institucionalidad pública y en particular del CNSS, que debemos celebrar con entusiasmo todos los sectores de la ciudadanía.

Muchos piensan que la principal razón que movió a los sectores que impulsaron aquellas nefastas resoluciones que despalillaban fondos que debían beneficiar a los afiliados, fue la convicción de que el tribunal fallaría los dos recursos a favor de los afectados. Esto dejaría en una situación poco airosa al CNSS, y abría la puerta para que cualquier afiliado pudiera entonces demandar judicialmente una indemnización para los afectados por el daño que pudiera habérseles ocasionado. De acuerdo con el artículo 23 de la Ley 87-01, estas indemnizaciones tendrían que ser asumidas por los miembros del CNSS responsables de tales decisiones, con su patrimonio personal o cumplir pena de cárcel.

Prefiero no descartar la hipótesis de buena fe,  que los miembros del CNSS han optado porque prevalezca la serenidad y un espíritu de defensa de los derechos de los afiliados y beneficiarios,  y resultaron convencidos por los argumentos esgrimidos por los movimientos sociales, y por la buena defensa de los mismos ante el CNSS por Severino y Corporán.

Visto así, sería una  nueva evidencia de que en el CNSS parecen estar soplando vientos nuevos y diferentes. Estos hechos contribuyen a levantar la legitimidad del CNSS ante los ojos de los beneficiarios, quienes han sentido por años que los órganos del Sistema de Seguridad Social parecerían haber estado más preocupados por asegurar amplios márgenes de ganancias para las ARS y AFP que por regularlas y velar por los derechos de la ciudadanía.Sería importante que este nuevo espíritu prevaleciera también para desmontar la actual conspiración que  algunos prestadores de servicios de salud privados y las ARS con fines de lucro,  desarrollan contra SENASA y todos los beneficiarios del régimen contributivo.

Ni Severino ni Corporán gozan del privilegio de veto que lamentablemente la Ley asigna a tres sectores en el CNSS, lo que abona la idea de que la combinación de los movimientos sociales, aplicando adecuadas estrategias y tácticas, con representaciones que en el CNSS asumen explícitamente los intereses de los afiliados y beneficiarios, sumada a un espíritu  compresivo y profesional de parte de otras representaciones, puede lograr importantes avances en la construcción de un verdadero y efectivo sistema de protección social y recuperar la  hoy maltrecha confianza de la ciudadanía.

Ayuda así mismo a comprender lo nefasto que resulta este privilegio de veto. Basta se pongan de acuerdo tres sectores  para imponer sus intereses particulares, aun cuando la mayoría de los miembros del CNSS estén en desacuerdo, impidiendo incluso serios debates y consideraciones, con lo cual se conduce al CNSS a errores tan graves y lamentables como este que afortunadamente ha sido corregido.

Felicitaciones al CNSS por esta valiosa Resolución que restablece la legalidad y la justicia, y vaya nuestra exhortación para que estos nuevos aires sigan soplando y reorientado las decisiones del CNS en función de los intereses públicos, los de la población.