Sobre las buenas obras y proyectos que el gobierno nacional ha ejecutado en santiago, yo lo he escrito todo. En la confianza de ser interpretado con un mensaje facultativo y desprendido de parcialidad, razones llevo para acentuar desafíos, y todavía más, subrayar pecados capitales cometidos por el gobierno nacional.
Errores inexplicables, descuidos insensatos y omisiones sustantivas que debieran ser superadas en las próximas cuatros inversiones públicas (2017-2020) del estado dominicano en santiago. Es justamente el período de culminación del plan estratégico 2020.
Primer pecado capital: desatar una pugna letal sobre la gestión del puerto de manzanillo, sin poseer alternativa alguna. Han pasado cuatro años de inactividad. Mediante el decreto 570-12 del 12 de septiembre 2012 del poder ejecutivo, se “revocó la dirección técnica administrativa y operacional del área internacional de libre comercio y de servicios de montecristi” a su órgano gestor la corporación portuaria del atlántico (cpa). Luego que santiago y el cibao, se habían unido entorno a este proyecto, el gobierno sin dar razones proporcionó una estocada mortal a este innovador proyecto. Se embistió directo contra un colectivo de 77 inversionistas que conformaban la base accionaria más democrática de república dominicana. Nunca es tarde para la autocrítica, sobre todo cuando se impone un nuevo comienzo con un decreto que retome el proceso.
Segundo pecado capital: gastar recursos en construirle un ineficaz merca a santo domingo, y obviar el vanguardista proyecto del merca-santiago, diseñado mucho antes que los capitaleños soñaran siquiera con esa idea. Los más de 40 mil millones de pesos anuales que circulan en los mercados de santiago, y en especial en el hospedaje, no han podido transformarse en una estructura monetaria institucional que cree riquezas y empleos de forma sostenible. El merca santiago como centro logístico de abasto de productos agropecuarios y naturales más importante del caribe, debiera ser retomado.
Tercer pecado capital: renunciar a construir el nuevo hospital de la mujer y otro de atención al politraumatismo. Proyectos con presupuesto que se ubicarían al noroeste en la direccionalidad de cienfuegos, las 4 provincias noroestanas y puerto plata. La primera gestión de oisoe del período 2012-2016, decidió sigilosamente asumir la irracional remodelación del hospital cabral y baez. Ha sido una riesgosa solución que se trasformó en un permanente problema. No sabemos las causas de este error de cálculo, advertido por la gobernación y el consejo estratégico. En vez de reforzar la sismorresistencia del hospital cabral y baez y construir dos nuevos hospitales como estaba planificado, se realizó una compleja intervención de pobres “con la gente adentro”.
Cuarto pecado capital: abandonar el liderazgo del estado para concluir el parque central. Sucesivamente se impone el cambio de uso de las parcelas. La buena decisión de edificar la sede del sistema de atención de emergencias y seguridad 9-1-1 y las propuestas espúreas de algunos de sus representantes de construir ahí nuevos hospitales, traducen que el gobierno no está claro. Mientras tanto “hace lo que puede”. Apedi, consejo estratégico (cdes) y la sociedad civil asumieron exitosamente vía un patronato, la defensa de cientos de miles de miles metros cuadrados por la necesidad de aumentar el acceso al verde y la comunicación vial. Se recomienda reiniciar con los diseños alternativos existentes y delimitar el parque con una verja ecológicamente sustentable.
Quinto pecado capital: introducir una discusión bizantina sobre la vía santiago-puerto plata. En la coyuntura mundial del cambio climático, por qué romper zonas de vida y biodiversidad de la cordillera septentrional, cuando se ha estudiado que para asegurar un flujo seguro, eficiente y efectivo de pasajeros y carga; basta con ejecutar como está planificado, la ampliación a cuatro carriles de la vía original, así como restaurar la carretera ecoturística santiago-sosúa.
Sexto pecado capital: el gobierno nacional “se hace el loco” y delira al creer que la gestión de residuos es una exclusiva competencia de los ayuntamientos, y en especial del ayuntamiento de santiago. Se sabe que los gobiernos locales no tienen suficientes recursos para desarrollar una moderna disposición final o relleno sanitario. Ya se agotó la vida media del vertedero de rafey y llegó la hora de pensar en grande en una verdadera alianza pública-privada. Se impone ejecutar en nuevos terrenos sostenibles, un verdadero sistema de disposición y tratamiento final, enfocado en servir desde santiago, a diversos municipios del entorno metropolitano.
Septimo pecado capital: el río yaque del norte como medio, no como fin. Es un enfoque gubernamental desacertado sobre el ícono hidrográfico más valioso de república dominicana y el caribe, que debiera ser valorado como un fin, un patrimonio ecológico, agropecuario y económico de la nación, a ser gestado con un enfoque de cuencas, donde los dolientes, ademas del estado, sean todos los sectores sociales y económicos del cibao que tienen que participar con atribuciones y competencias directas, en una verdadera, rigurosa y efectiva autoridad de cuenca del yaque del norte; órgano público-privado que debiera crearse por decreto.
Estos son los siete pecados capitales, también hay veniales. Sobre ambos debiera constar una razonable penitencia, que nos permita pasar de lo bueno a lo mejor y de aquí a lo “que nunca se ha hecho”. En este período 2017-2020, el cibao y santiago podrían volver a ser el corazón del empleo, la riqueza bien habida y el desarrollo local replicable. Eso esperamos.