Cada día me asombro de ya no

Asombrarme ante tantas artimañas

Indelicadas de muchos políticos,

Para engatusarnos a todos.-

¿Qué ya eso pasó? ¿Que no hablemos de eso? ¡Perfecto!, ¡lo dejamos así! Como ha sido siempre, porque es nuestra condena sin pensar siquiera por un momento que es una actitud derrotista, conformista, porque siempre hemos sido así. Somos en realidad un pueblo lleno de héroes y heroínas que hasta podemos exportarlos; un pueblo valiente que siempre ha tenido una visión clara de su destino y por lo tanto no existe sorpresa en nuestro comportamiento, así somos y así seremos, como siempre… ¡Pendejos!

Mil seiscientos millones que sumando los empleados por “Representantes” y demás “Benefactores”, quizás dupliquen esta suma. Mil seiscientos millones para una comida; 1,600 millones para exterminar el hambre en este país; 1,600 millones para acabar con el hambre inmisericorde que azota nuestras clases más desposeídas, todo como un acto de piedad por parte de  estos “samaritanos”, camuflados como políticos o funcionarios. ¡Que viva este pueblo valiente y heroico!, que recibe esta gracia, este sacrificio de los políticos y funcionarios que como el mal agradecido, espera hasta las elecciones para darles las gracias otorgándole su pedigüeño voto

Pero todo está bien, los 1600 millones son sobrantes, que para no malgastarlos, nuestros gobernantes prefieren hacer esta “obra de Caridad” sin interés particular alguno, donde solo el bienestar de los “presos” e “internos-eternos” de la señora “Hambre” y la desgraciada “Miseria”, y, como muestra de su desinteresado y sacrificado amor por esta clase desamparada, es el objetivo primario y único que los mueve. En tanto, todos los demás, si gastan unos cuatro cientos pesos, vamos a decir, en una ensalada para almorzar, más de  cien pesos van destinados una parte al gobierno y la otra a personas que deberían ser pagadas por sus empleadores, todo dirigido precisamente para solventar esta inmaculada acción. Lo mejor del caso, es que estos valientes “dirigentes y funcionarios” son los “buenos” y los que pagan los impuestos son simplemente… ¡Los Pendejos!

Y es tanto el sacrificio que hacen con esta inversión de 1600 millones (¡Mil seiscientos Millones!) para combatir a la insaciable penuria que causa el hambre, que prefieren crear una ley para buscar otros mil y tantos millones, pero esta vez de dólares, para pagar la deuda eterna que ellos mismos han creado, vendiendo parte hasta de la Santa Catalina y no dejar sin su “cajita” mata hambre a los desposeídos que solo tienen como pago… ¡Su ingenuo y mal pago voto!

De lo que si no vamos  hablar, es del gran beneficio que producen estas “delicadas” cajitas navideñas, con su bolsita de dulces multicolores como si expresasen algún tipo de alianza, no señor, de eso no vamos a referirnos porque así como la mayoría de este pueblo no entendemos mucho de matemáticas o de números y en casos como este, nos ponen uno y uno y en vez dos, maliciosa o cínicamente, decimos que son once. Porque la tarea de ver si los números concuerdan seria de aquellos llamados hacerlo, como esos articuladores de cuentos, me parece que así se llaman. Mil seiscientos millones entre un millón y algo de “cajitas”…. ¿Cuánto costó cada una de ellas, por la cantidad y su contenido?

Expreso esto como una quimera, porque como al decir del encargado de negocios de la Embajada de los Estados Unidos en el país: ”Alrededor del mundo existen instituciones democráticas y judiciales que son débiles, que no tienen independencia o se les hace difícil, si no imposible, combatir a la poderosa elite económica y política que cometen estos delitos…” Como hacia tanto tiempo nadie lo decía y ante esto, habría que preguntar: ¿Por qué no renuncian la gran mayoría de los jueces y funcionarios encargados de acabar con esta peste de indelicadezas? Ya que como modernamente se dice… ¡El medio es el mensaje! ¡Sí señor!