Para retomar nuestra serie y apuntando en dirección a una pausa más larga no muy lejana (dentro de una o dos entregas más) y  hasta recopilar más información que compartir, queremos abundar (sabiendo que muchos lectores manejan la materia mejor que el autor), sobre el tema de la propia instalación fotovoltaica (FV). Nos parece pertinente agotar -y acotar- este aspecto antes de continuar adelante y a modo de contexto técnico y/o de cultura general, que quizás llega con algo de retraso.

La instalación fotovoltaica

Antes de entrar propiamente en la instalación haremos un poco de memoria sobre el concepto del efecto fotovoltaico, que no es otra cosa que convertir la luz solar en electricidad por medio de las células fotovoltaicas, que son semiconductoras a base de silicio y otros elementos en menor proporción. Si entramos a algo más de profundidad diremos que el efecto fotovoltaico se produce cuando un partícula electromagnética llamada fotón, o lo que sería lo mismo una partícula de luz solar,  se encuentra con una partícula subatómica llamada electrón que se encuentra en el susodicho silicio.

Grosso modo una instalación fotovoltaica normalita consta de un campo solar fotovoltaico de captación ( panel), un regulador, unas baterías (o acumuladores) de almacenamiento de energía y, si fuera el caso, un inversor para convertir la energía desde las baterías o desde el propio panel a corriente alterna (AC) para su consumo. A continuación desarrollamos una pequeña explicación -y muy breve- para cada componente:

El campo fotovoltaico de captación (el panel o paneles FV) puede ser, de silicio monocristalino, de silicio policristalino o silicio amorfo. Estos tres tipos son los que el mercado tiene asumidos a nivel de comercialización masiva y su rendimiento sería de entre un 14% y un 16% para el primero, entre un 10% y un 12% para el segundo y  entre un  6% y 8% para el segundo. Esto quiere decir que del 100% de energía solar que puede incidir sobre cada tipo de silicio se puede aprovechar como energía el porcentaje indicado.

El regulador es un dispositivo que regula los procesos de carga y descarga de las baterías o acumuladores, para controlar que una vez llenas no sigan recibiendo energía, anulando, reduciendo o desviando el paso de energía. También controla que las baterías no se descarguen del todo, cortando el suministro desde las mismas a la fuente de consumo.

El inversor es el equipo que adapta la corriente que se genera/produce en los paneles (de corriente continua a alterna), a las condiciones de consumo.

¿El esperado cambio de paradigma?

Estos modelos de generación (los de generación por medio de renovables), incluyendo la FV,  fueron bombardeados en España durante los últimos años, siendo reciente el levantamiento de la veda para su promoción sin cánones absurdos. Es probable,  y aprovechamos el espacio para soñar, que los promotores  del modelo de negocio de la economía de carbono se estén planteando un cambio de paradigma, favoreciendo a las renovables…Esperamos que no se produzca un desvío de trayectoria; por el bien de todos.

Hasta la próxima.