Respecto al proceso educativo predomina un enfoque lineal que puede afectar, en cuanto a sus resultados para la mayoría de las y los estudiantes, los loables esfuerzos que se realizan en la actualidad. Se asume como si la mayoría seguirá un camino continuo hasta el término del bachillerato. Aunque es lo deseado, un análisis objetivo de la dinámica de la  realidad tomando en cuenta los niveles de pobreza  y otras patologías sociales dice que no es ni será así.

Es mucho mejor cuanto se puede obtener en lo educativo y lo social si aun manteniendo el elevado propósito de un proceso continuo de al menos 12 años, se crean las condiciones para lo que en la metodología del diseño curricular son las llamadas salidas laterales y salidas intermedias. Es decir la posibilidad-por ejemplo- que  después del 8vo grado y del segundo curso del bachillerato se ofrezca paralelamente una preparación puntual y básica para la vida laboral que puede ser incluso de alta calidad y bajo costo si se interpreta  correctamente la naturaleza de la economía actual. Al tiempo que se fortalece el bachillerato técnico del cual en el presente sólo egresan 8 de cada 100 de los que concluyen la educación media.

En el currículo oficial está previsto -aunque nunca se ha llevado a la práctica- el Técnico Básico con el prerrequisito del 8vo grado y con la duración de un  año. En la actualidad puede orientarse principalmente hacia los servicios a partir de una preparación en desarrollo organizacional y gerencia básica con un fuerte componente en redacción, elaboración de informes y exposiciones. Es decir que los prepare para el mundo laboral sobre todo en el área de los servicios; de mucho valor práctico en cuanto a la preparación para puestos de mandos medios además para las áreas industriales y agrícolas;  así como salida hacia las Pymes. Al tiempo que se amplía  el bachillerato técnico hasta superar el 50% de la oferta total.

Son muchos los casos de jóvenes de orígenes muy humildes que por haber obtenido un empleo o haber tomado una iniciativa de una pequeña empresa encontraron una vía segura para ayudar a sus familias, proseguir sus estudios y luego llegar a ser incluso destacadas y destacados profesionales o empresarios.

Es de alta prioridad  una respuesta educativa a la contracorriente de la informalidad y baja calidad de los empleos,  a la pobreza y la marginalidad; que supere una educación que por tan general es superficial y predominantemente inútil. Sí, a la educación para el trabajo.