(Tal y como fue publicado por la autora en Somos Pueblo)
Antes de entrar de lleno en el tema, les advierto a los lectores que usaré las palabras que me sean necesarias para transmitir lo que deseo. Vagina, pene, meter, chupar, masturbación, en fin. Lo que escribo está en mi mente, y aunque redacto de una forma que pueda ser entendida, no me limitaré cuando lo entienda pertinente, por asuntos moralistas ni por cuidos innecesarios impuestos por la cultura castrante y ambigua que nos arropa.
Lo primero que quiero contarles es que sexo y sexualidad no son la misma cosa. El segundo, que es todo un universo, incluye al primero, aunque no necesariamente siempre sucede igual a la inversa. Nuestra sociedad es bastante complicada y hace un flaquísimo favor en esta materia, puesto que por un lado censura el sexo desde todos los escenarios normales y habituales posibles del ser humano, como la familia, escuela, iglesias, y más. Por igual, no se educa sobre sexualidad, algo tan presente y vital en la vida de toda persona. Mientras, el bombardeo sexual es tremendo. La publicidad está saturada de mensajes alusivos al sexo –algunos son directos, otros operan en forma más sutiles–; muchas producciones televisas recuren el sexo en formas tan imperceptibles como variadas; tanto la mujer como el hombre están objetivados: La mujer es una cosa para estimular los sentidos y dar placer, y el hombre es un súper macho dominante que tiene el control y lo usa. ¡Todo es sexo! El resultado de esta incongruencia es pura confusión y jóvenes haciendo algo para lo que no están del todo preparados ni informados.
El sexo ocurre, sucede, pasa, ¡y muchas veces! Ello no implica que haya amor en lo absoluto, ni que la sexualidad se manifieste por completo en el acto, porque sencillamente la sexualidad va mucho más allá del sexo. Implica miradas, roce, piel, aroma y olores, sentires, toques, sensaciones internas, deseos y pulsiones muy profundas del individuo. Es un estado y una necesidad interna del ser humano en su parte más esencial y básica. Pocas cosas son tan espirituales como la sexualidad. Cuando esta se vive plenamente, el sexo puede convertirse en un ritual sagrado de vida donde dos se fusionan en forma maravillosa, y donde el placer alcanza cotas infinitas una y otra vez. Cuando el acto sexual es meramente uno físico, no pasa de ser un intercambio de gemidos y fluidos. Y según el estadio mental en el que te halles, hasta un desperdicio energético. De todas, formas, como sugirió alguna vez el cineasta Woody Allen: ¡el mejor de todos los desperdicios!
Por otro lado, el sexo redunda en beneficios tremendos para la salud física y mental. En este sentido las mujeres llevamos las de perder. Por solo citar solo un ejemplo, la mujer sin vida sexual regular aumenta en un 30% las probabilidades de tener accidentes cardiovasculares. Las recomendaciones del doctor en este orden apuntan a la masturbación. Una mujer que no tiene sexo deberá masturbarse al menos cuatro o tres veces a la semana, y hacerlo hasta lograr el orgasmo. La actividad vascular del corazón se verá ampliamente beneficiada. Además, agregar ejercicio cardiovascular sería estupendo en lo que llega el elegido. El sexo estimula el sistema inmunológico, ayuda con los dolores de cabeza, mejora significativamente el humor y la apariencia de la piel. ¡Es sexo es un regalo de los dioses!
Sexo en solteros y matrimonio
Si usted está casado o casada, siéntase afortunado. Haga el amor todas las veces que pueda. También haga el sexo. A veces el objetivo solo es obtener el gran ohhh ahhh. En otras, el plan va por andar todo el cuerpo y gozar como si la propia vida dependiera de ello. Busque maneras de innovar, póngase puto, atrévase a recrear fantasías –consensuadas, ¡por supuesto! –. Recomiendo recordar que las fantasías se llaman así justo porque funcionan mejor en el mundo de la irrealidad. No invente mucho con volverlas ciertas si no está seguro de poder lidiar con las consecuencias.
¿Es infiel? Le recomendaría que lo piense. Más allá de lo complicado que es estar mintiendo y recordando las mentiras, y sin olvidar el tema de la salud, ¿usted va estar usando condones siempre? ¿O se irá al pelo? Una canita al aire puede pasar sin mayores consecuencias, con el cuido adecuado –hablo de salud–, pero si es infiel como estilo de vida, tendrá que vivir usando condones; si no, terminará enfermando a su pareja o teniendo hijos con esa otra persona, o dándole a su esposo, en caso de la mujer, un hijo que no es de él. Es un verdadero lío, y definitivamente, otro tema.
Solteros adultos: Bueno, todo depende del nivel de madurez y las decisiones tomadas. Hay quien quieren darle al cuerpo lo que pide. Si es su decisión use condón. Goce, pero use condón ¡es simple! O sea, me refiero al mero acto sexual, al coito, a coger, follar, agarre o como le llamen hoy en día. Hay quien se abstiene y se retira solo o sola del mercado de elegibles y busca su propia satisfacción. Más arriba les hablé de masturbación, tan sana y con cero riesgos –salvo que se ponga más creativo o creativa de la cuenta–. El auto placer le puede proporcionar información sobre su propio cuerpo que será útil en el futuro, en caso de que dé con una pareja que no se comporte a la altura de sus demandas; solo será cuestión de guiar a su amante con todo el amor y la paciencia. Ambos disfrutarán.
Cuando se es joven, las hormonas pueden ser las peores consejeras, pues cuando estas niñas están dominando la azotea se toman decisiones pésimas: “…eso de las ETS no me pasará justo a mí…”, “sería demasiada mala suerte que me embarace en esta…” Una vez escuché a una jovencita decir que si no se tienen orgasmos ¡no se embarazan! Hay de todo y por falta de información y educación. La mujer debe saber que: 1) puede embarazarse aún menstruando; 2) no importa si tienes un orgasmo o no, ya el semen está dentro y se sabe el camino a casa; 3) puedes tener tu siguiente regla y aun así no sospechar que ya estás embarazada –hay casos de dos reglas seguidas con todo y embarazo– ; 4) otra cosa, si te llevas de tu calendario, un esperma puede durar hasta cuatro días esperando paciente por un óvulo con quien hacer las paces. De modo que los días de bajo riesgo no implican cero riesgos; 5) el líquido pre-seminal, ese líquido transparente que hay en el orificio prepucial –la famosa puntita–, está lleno de esperma, así que no se puede estar seguro si antes ya hubo entrada vaginal; y 6) el coito interrumpido –retirar el pene justo antes de eyacular– es un mito, eso no funciona.
Con todo y lo anterior, hay que tener claro que el sexo es bueno, rico, delicioso, lo mejor que hay en el mundo, pero implica riesgos y responsabilidades. Mientras más conozcas al respecto, mejor será para ti, esto va para hombres y mujeres. Además que tú y solo tú tienes potestad para saber y decidir cuándo estás listo o lista para empezar; es tu vida, no pertenece al sacerdote o pastor de tu iglesia, tampoco a tus padres, ni a tus amigos ni a nadie. A las chicas les diré, mientras más tiempo te tomes para decidir iniciar tu vida sexual, mejor; si te da pena comprar condones quizá no estás lista para el sexo; si te da vergüenza pedir que él use uno antes del coito, quizá no estás lista para el sexo. Si él no quiere usar condón, muéstrale la salida o vístete o bájate la falda, porque es un idiota que está pensando con el pene y solo quiere metértelo. Lo anterior es si y solo si decidiste acostarte con quien te dé la gana cuando te dé la gana, seas hombre o mujer. Además hay un sinfín de cosas que pueden hacerse sin llegar al coito, que no es más que una sola parte de la actividad sexual. Los orgasmos obtenidos mediante estimulación manual pueden ser aún más intensos que los que se consiguen con penetración. Sean creativos.
La pastilla del día siguiente
Chicas y chicos, la concentración de hormonas que contienen estas pastillas es tremendamente alta. Son un recurso de EMERGENCIA. La caja contiene dos pastillas, cada una con una concentración específica; la primera debe ser ingerida tan pronto ocurra el coito y la siguiente varias horas después – esto está debidamente indicado en la posología –. Una mujer no debería recurrir a más que dos cajas en un año, en el ideal de los casos. Entonces, no es que las comprarás y las tendrás en la cartera para tomarlas como si fueran pastillas de menta. Abusar de este recurso puede alterar por completo tu ciclo menstrual y quedar embarazada de todas formas. Si eres un chico responsable y tienes una pareja con la que te has acostado ya “par de veces” no les ofrezcas estas pastillas así no más, realmente no la estas cuidando, solo crees que resuelves el problema. Y si ves todo esto como un problema, puede que no estés del todo maduro o al menos estás mal informado sobre lo que implica una relación, así no sea formal. Vuelve al preservativo o profiláctico.
Aborto
Este tema nunca será un asunto solo de la mujer –aunque ella debe tener la última palabra–; es de los dos que se gozaron; un embarazo no se trata de un milagro del cielo. Un chico metió su pene erecto dentro de la vagina de una chica y arremetió con toda su fuerza, ambos se olvidaron del mundo en el vaivén que todos conocemos y por un momento la calentura les ganó. ¿Resultado probable? alguna enfermedad o un embarazo. Ni siquiera mencionaré el caso de incesto, violación o riesgo de la vida de la madre. Si ya me parece insensato discutir sobre la potestad de una mujer para decidir abortar, como si tal decisión fuera sencilla de por sí.
Cuando veo el debate sobre los artículos del Código Penal que condenan el aborto me hago una pregunta: ¿se castiga al acto de abortar o se castiga a la mujer? Pienso que el espíritu de toda la Ley consiste en condenar acciones que están reñidas con un sistema de derechos y obligaciones colectivos. Si no es así, que alguien me corrija. Entonces, toda vez que asumamos que abortar viola un derecho colectivo, lo cual no es cierto, puesto que es un acto privado, me doy cuenta que la citada prohibición tiene una falla estructural conceptual tremenda, siendo que deja de lado, por completo, al otro protagonista del hecho que dicha Ley señala como delito. ¿Dónde está el hombre en este tema? ¿Las mujeres se están preñando solas? Dicho lo anterior, lo que sí termina vulnerándose es el derecho de toda mujer a decidir al respeto. En definitiva, estos artículos son machistas, violatorios y contrarios a todo el espíritu de la Ley.
Mis expectativas con este gobierno, que no es gobierno, son mínimas, casi inexistentes. Definitivamente el espíritu de la Ley se ha extraviado en el punto del aborto y su puesta en vigencia, de ocurrir, castiga y vulnera gravemente a la mujer, sobre todo a la mujer pobre de nuestro país, porque todos sabemos que los abortos no pararán, en parte, por lo que explico en mi siguiente y último párrafo.
Usaré la primera persona, porque esto último lo siento en las mismas vísceras en nombre de cada menorcita y muchachita pobre que anda por ahí, indefensa, ¡sí! Porque la falta de educación es un acto de indefensión. ¿Tú, Estado dominicano, me quieres castigar a mí, por abortar, cuando no asumes tu rol de garante de derechos, ni me proporcionas la educación ni recursos necesarios sobre el tema sexual; cuando tú, Estado dominicano, pones mi educación y mi formación por debajo de los intereses de iglesias y poderes que ni me representan ni me ayudan, por aún, me señalan como pecadora, puta, culpable, y responsable de todo lo que ocurre? Además, ¿es que mi vida no cuenta?