Atención: Este artículo no es una sátira social como el anterior, es un tema serio y delicado que debe tomarse con paños, sin embargo yo expondré mis consideraciones desde el ángulo lógico más sensato, pueden manifestar sus puntos de vista en la caja de comentarios, pues el intercambio de ideas ayuda a mejorar la sociedad…
Con respecto a la aprobación en primera lectura de la ley sobre el control y regulación de armas de fuego, municiones, explosivos y otros materiales relacionados, efectuada en la Cámara de Diputados, me basta decir que es una propuesta consciente y en ciertos aspectos hasta conveniente.
Cita Víctor Bisono (Ito) ideólogo de la propuesta: -“El proyecto permitirá que muchas empresas nacionales y extranjeras puedan invertir en la industria que produce aquellos componentes y accesorios para el ensamblaje de armas”-.
Analizando bien, ello favorecería a que en el país puedan darse las condiciones de consolidar una poderosa industria armamentista que en tiempo record convierta al país en una potencia militar como ya ha ocurrido con otros países latinoamericanos. Por lo tanto se generarían mayores ingresos per cápita y la nación tendría una mejor defensa de sus cuerpos castrenses ante cualquier amenaza de injerencia extranjera por la vía de la violencia.
Por otro lado la pieza establece regulaciones para que no se pueda adquirir material bélico de alto alcance con facilidad y, sanciones para todo aquel que porte o comercialice armas ilegales, sin embargo hay sectores que abogan por que dicha ley no tenga efecto y a cambio se ejecute un injusto desarme a la población civil.
El 26 de julio del presente año, el patólogo Sergio Sarita Valdez manifestó que sería una locura que los congresistas promuevan un proyecto que permitiría a civiles adquirir armas de grueso calibre, cuando deberían legislar para un desarme generalizado.
Añade que: –“En la medida en que un trastornado tenga la facilidad de adquirir un fusil, rifle, ametralladora o una escopeta calibre 12, es lógico que se pudieran producir masacres similares a las que constantemente vemos que se ocurren en Estados Unidos”-.
Lo primero es que el uso de las armas que disparan ráfagas y lanzan granadas quedará restringido a la población civil. Por lo tanto le competiría sólo a los cuerpos del orden su posesión y de permitirse la venta legalmente regulada de rifles, escopetas y ametralladoras a simples ciudadanos, todo seguiría igual, pues el peligro no es un arma si no la conducta de ciertas personas. Quien posea instintos asesinos o cualquier condición psicopatológica, si no puede recurrir a las armas de fuego o armas blancas, cometerá sus crímenes a palo y piedra y si también les prohíben ambas, pues estrangulará, incendiará o envenenará. No es un artefacto que lo inspira, es un daño cerebral y en ese caso lo mejor sería legislar por la salud mental, pues no se concibe que en un país con 32 provincias y más de 10 millones de habitantes el Padre Billini o 28 sea el único sanatorio que opere bajo condiciones casi precarias.
Otra cosa, puede que ocurra una masacre como las que se ven en ciertas regiones industrializadas del planeta, pero muy difícil, pues el dominicano (no todos) venderá y consumirá su droga, atracará y matará si le niegan lo que pide, asesinará una mujer si decide terminar la relación, vociferará obscenidades en la calle y se fajará a los pescozones con su vecino por un parqueo, pero difícilmente caiga en ciertos crímenes atroces que sacudan la prensa mundial, pues hasta ahora ni siquiera existe una cultura del genocidio, el terrorismo y los asesinos en serie. Todavía vivimos en un país cálido, de gente buena, de personas que si ven que a su enemigo le están dando una paliza ahuyentan a sus agresores, que le abren las puertas y le dan comida al desconocido o al extranjero y siempre vive alegre, muy al contrario de otros países cuyos pobladores poseen un cerebro indiferente y un corazón gélido.
Segundo, desarmar a todo empresario, comerciante, funcionario o ciudadano civil que posea sus facultades mentales y morales para portar un instrumento de defensa, es ponérselo en bandeja de plata a los delincuentes que haya o no leyes, siempre se harán de armas de fabricación casera, robadas o traficadas ilegalmente por la frontera dominico-haitiana, como ocurre en las sombras del bajo mundo.
Pongamos un ejemplo ficticio pero de posibilidades reales en dos vertientes distintas.
Versión número uno (Desarme general)
Una pareja de esposos emprendedores ponen un negocio de prendas en una arteria comercial de Los Minas, tienen tres hijos que estudian en colegio privado, pagan el inicial de un apartamento en San Isidro y están ahorrando para crear una fundación que rescatará a la juventud perdida de su sector con programas de capacitación técnica y cultural. Se meten unos maleantes a asaltar el local y asesinan a los dueños que no pudieron protegerse porque fueron desarmados, aun teniendo la licencia de porte y tenencia al día. ¿El resultado?, tres tristes huerfanitos que se convertirán en tres tristes tígueres, porque quizás deserten de sus estudios, vayan a vivir a un barrio con cualquier familiar abusivo y descuidado y con el tiempo el apartamento en el residencial se pierda. ¿El resultado del resultado?, que el ambiente y el trauma les convierta en resentidos sociales que se lancen a las calles a hacer y deshacer, se pongan a tener hijos con prostitutas cocainómanas creando una dinastía criminal y sumado a los otros chicos que no pudieron rescatarse por no haberse creado la fundación, una escandalizadora ola delictiva azotando al Gran Santo Domingo.
Versión número dos (Regulación de armas)
La misma historia y el mismo comienzo. Se meten unos maleantes a asaltar el local y como la pareja estaba armada hasta los dientes (con su reglamentación al día), espantan a los criminales y se convierten en héroes de la comunidad, sus hijos seguirán estudiando y verán a sus padres como ejemplo del trabajo honesto y la defensa del patrimonio y podrán rescatar a los muchachos del barrio, pues aparecerán los chelitos para poner la fundación.
¿Vieron la diferencia?, ¿ven cómo me están dando la razón aún comenten lo contrario?
Verdaderamente sería un gran crimen desarmar al serio hombre de negocios, es casi lo mismo que dejar a una actriz porno en una isla poblada de adolescentes sementales que nunca han visto a Linda.
En lo único que hago hincapié es que antes de dotar a cualquier ciudadano de una licencia de porte de armas, se deba depurar si tiene antecedentes penales y someterse a un minucioso estudio de evaluación psicológica o hasta psiquiátrica, para evitar que cualquier loco en potencia se convierta en una amenaza al tirar del gatillo a diestra y siniestra.
Fuentes:
Aprobación de la ley en el congreso: http://elnuevodiario.com.do/app/article.aspx?id=435277
Oposición de Sarita Valdez: http://almomento.net/patologo-sarita-valdez-advierte-masacres-en-rd-si-la-ley-de-armas-es-aprobada/121450