Una valiente, aunque chismosa, obra descubriendo las interioridades de la familia Trump y sus necedades conocidas, opaca dramáticas decisiones afectando millones de almas;  para muestra un botón. 

La Honorable Nikki Haley, Embajadora de los Estados Unidos en la ONU, lo declaró sin rodeos: estamos tomando nombres. Quienes votaron  contra  los deseos del Emperador de mover las embajadas de Tel Aviv a Jerusalen  pagarán las consecuencias. Las pequeñas naciones caribeñas deben tomar nota.

Esta Administración ha elegido ejecutar  un imperialismo   sin tapujos hacia los países pequeños bajo la influencia de Estados Unidos. Si estas naciones ignoran los deseos del Emperador, las consecuencias podrían ser dolorosas.

Sagaces como serpientes, los pequeños estados deben elegir sus batallas. Honduras y Guatemala,  se arrodillaron inmediatamente, el democrático El Salvador, no.  Y, la multa impuesta por el Emperador, y solo como  cuota inicial, la pagarán mas de 200,000 salvadoreños  que pudieran ser expulsados de los EEUU antes del ocaso del 2019.  ¿Quién sabe?  Quizás los hondureños bajo el mismo programa no sean expulsados tan rápidamente.  O es concebible las autoridades del Salvador puedan mitigar  esta tragedia demostrando lealtad al Emperador.

Para el Caribe, la deportación masiva de haitianos siguiendo la política Haley exacerba   preocupaciones ya graves a causa de la bomba demográfica del vecino país. Punto de clarificación, por supuesto los Estados Unidos, como  país soberano, tiene la potestad de expulsar los extranjeros  indocumentados o permitidos bajo programas especiales.  Lo importante en esta nota es recalcar el uso de ese  poder para castigar cuando los deseos del Emperador son ignorados.

En el siglo XIX, Tailandia mostró cómo jugar cuando se encontraba atrapado entre dos poderosos imperios, el Reino Unido y Francia. Cuba, con un gran apoyo soviético, enfrento a su vecino del norte, y ha sido destruida por la incompetencia interna y las políticas americanas externas.   No es el momento de sacrificios sin frutos. 

Frecuentemente, en política internacional, la sabiduría y la inteligencia pueden arrojar mejores resultados que  valores patrióticos republicanos. Este "pragmatismo" se aplica especialmente cuando un imperio vecino comienza a perder el control. Al igual que con los huracanes y los tifones, debemos bajar la s escotillar y haga una línea recta para un puerto, cualquier puerto.

 La República Dominicana, Cuba, Nicaragua y otros, donde en el pasado Washington impuso o apoyó a sus bastardos -como lo describió Franklin Delano Roosevelt-, se deben poner en práctica hábiles negociaciones para contener la voluntad del Emperador de facilitar la ascendencia de los neoconservadores. Trujillismo como déspotas fuertes. El apuntalamiento del fuerte gobierno hombre-narco en Honduras apunta en esa dirección. Desde la fábrica de rumores de Miami (o el sueño) la próxima coyuntura podría ser una demanda para apoyar una fuerte intervención militar que reemplace a la dictadura cubana antiestadounidense y corrupta con un hombre fuerte pro Trump.

Durante el fin de semana, se publicó la "noticia" de que la Administración Trump castigará a la RD por su flagrante corrupción. Noticias falsas. Si el DR se niega a honrar sus préstamos de los bancos estadounidenses, o no juega sus cartas sabiamente con los intereses de la minería de EE. UU.-Canadá, aumentará la presión desagradable de Washington. Sin embargo, el énfasis de los políticos de RD en una economía de carbono y un rechazo funcional al cambio climático, proveniente de una isla caribeña en peligro de extinción, debería obtener las bendiciones de Washington. En resumen, pocos ven al actual Washington como un organismo preocupado por la corrupción o los derechos humanos. Y entre las pequeñas islas del Caribe, la República Dominicana (junto con Barbados) cuenta con uno de los cuerpos diplomáticos y políticos más hábiles, que saben cómo tocar el gato.

2018 será un buen año, al menos económicamente. OPRAH para presidente