A nadie lograrás convencer,
Si tu facilidad para mentir, es
Harto conocida.
Pareciera que nos falta hasta aire para completar la respiración y se siente el disgusto o malestar de muchos, pensar que hasta el aire nos lo están controlando, por no decir la palabra que en este caso sería la correcta pero, como no se puede decir, so pena de ofender a muchos, entonces no la escribo pero todo el mundo conoce cual es. Y es que de los precios de los combustibles ya no vale la pena hablar, quizás dentro de algunos años si se remueven las estructuras de determinadas entidades, quizás, solo quizás, puedan salir a la luz papeles, con una pestilencia tal que nos cierre hasta los pulmones. Entonces y solo entonces, veremos a los culpables de estos líos sin nombre, sentados, trajeados, con toda una caterva de abogados a su lado y, otros tantos más alcahuetes compañeritos en la parte de afuera, donde por fin puedan rendir cuentas y que este rosario de “indelicadezas”, solo los conduzca hacia donde deben de pagar hasta la respiración que nos han robado.
Y es, que las gemelas infernales, es decir, Impunidad e Inmunidad, junto a su endiablada hermana, conocida sólo como Corrupción, las cuales no nos han dejado siquiera pensar, en tanto enfrentamos indefinidos y elaborados procesos de contubernios y manipulaciones y la realidad del cómo nos arrastran al abismo, mientras sus ambiciones ennegrecen nuestra atmosfera, cual cenizas de un volcán en erupción.
Estamos en inminente peligro de colapsar institucionalmente, y por ende, de vernos rodeados de un terrible infierno terrenal, todo por falta de que él o los políticos, una vez obtienen el puesto que deseaban, dejen de ser políticos partidarios o peor aún, miembros de logias y, se conviertan en estadistas o funcionarios al servicio de la Nación. El sólo pensar esto, hace que se convierta en una ilusión y, es que antes, un líder era una persona a la cual seguían muchas personas, ya fuera por su valor, inteligencia o bonhomía, sin dejar fuera esa oratoria culta e inspiradora de nobles sentimientos, entre otras cualidades que hoy, brillan por su ausencia.
Si, hoy un líder no es necesariamente eso, sino, un locuaz hablador que utiliza palabras que enervan determinados sentimientos. Son discursos de trinchera con una tremenda capacidad para engañar y hasta convertir a los incautos en carne de cañón. Siempre con los mismos elementos para atraer hasta los pobres de espíritu con regalitos; donaciones y con alabanzas, cosas estas que ni las religiones escapan de este fenómeno. Todo es puro clientelismo y “tigueraje”.
Cualquier “negociación” política en los últimos años, guarda una aterradora similitud con otras llevadas por ambiciosos dirigentes y políticos fuera de este ambiente enrarecido en el cual vivimos. Verbigracia, para los que se hacen más papitas que el Papa, sólo hay que ver hacia Sur América y la herencia designada del “Liderazgo” de ese país, algo muy similar a la sustitución de Boris Yeltsin en Moscú y las motivaciones para designar su sucesor. No pueden ser puras coincidencias, más bien, sería decir, “Convenientes motivaciones” o malvadas estrategias para el encubrimiento. Tal y como se ha hecho y se pretende continuar haciendo en este país.
De ahí, en cada ocasión que escucho; “el gobierno más pulcro”; “los controles establecidos para evitar la corrupción”; “la Constitucionalidad se mantiene con el respeto a la ley y los gobernantes lo primero que hacen es jurar respetar la Constitución”, no me queda más que una terrible confusión de si es que tras bastidores existe otro gobierno, que no precisamente es este. Porque una cosa dice el que comanda y otra las cosas que se hacen. No sé, sabrá Dios. ¡Sí señor!