Con este título, el empresario Juan Vicini LLuberes, ha hecho la contribución más enjundiosa y realista al futuro de la isla, y el valor de este escrito, publicado en el Listín Diario, se agiganta en el contexto de la crisis actual entre República Dominicana y Haití, a raíz de la controversial sentencia de la Corte Constitucional que desnacionaliza a hijos de ilegales del vecino país nacidos en territorio dominicano.

El planteamiento es una propuesta a largo plazo, 25 años, para encarar los retos que se derivarán de una superpoblación conjunta que alcanzaría en cinco lustros los 40 millones de habitantes y la necesidad de promover un crecimiento sostenido que genere los suficientes empleos y oportunidades para cuando eso ocurra, tomando en cuenta el hecho singular de que más de la mitad de los 20 millones de dominicanos  no ha cumplido los 25 años, fenómeno que se da casi igual en el vecino país.

Lo que en el fondo propone el señor Vicini Lluberes es que al país no le queda más opción que buscar en ese fenómeno la oportunidad para resolver los problemas económicos del mañana, cuando dice: “Es preciso destacar que, frente a estas estadísticas, habría que proponerse como peor escenario aceptable una meta en la que las tasas de empleo y el ingreso per cápita logren un mínimo de homogeneidad al este y oeste de la frontera, o nos encontraríamos con una presión migratoria imposible de atender dada la presión que propone nuestra propia expansión demográfica por sí sola”.

Dentro de las circunstancias actuales, los planteamientos del señor Vicini Lluberes deberían servir como plataforma en la búsqueda de soluciones a los interrogantes que resultan de nuestra incapacidad para entender la importancia de llevarnos bien con el vecino y buscar de forma conjunta salidas a los grandes desafíos que a ambos nos competen. Este artículo debería ser de obligada lectura.