Cuando uno desde la izquierda, con rigor y valentía, no afronta los problemas de su país, sino que mira para otro lado y adopta todo el argumentario de los neoliberales, a lo Vargas Llosa contra su país, está dejando ese "espacio vacío" y a las masas populares, en manos de políticos burgueses… O peor, de los extremistas de derecha.
Si la izquierda niega la realidad de lo que vivo y veo diariamente, ¿por qué voy a creerles? ¿Por qué voy a seguirles y votarles? Las ilusiones revolucionarias o reformistas se esfuman si los dirigentes de izquierda se mueven en el mundo abstracto de las generalidades biempensantes del liberalismo y no asumen el análisis concreto de la realidad concreta. Si no piensan en su pueblo, como prioridad. De la misma manera que lo hicieron los rusos y hacen los chinos, vietnamitas, etc.
Si todo fuera global o internacional no habría partidos nacionales o secciones nacionales (cuando había una Internacional Comunista o la Segunda Internacional). Bastaría tener un comité político en Moscú, Beijing, New York, Londres o México, dirigiendo a escala mundial a las secciones de cada Estado Nación. Eso nunca ha sido así. Cada partido estaba pensado y tenía como objetivo luchar en su Estado, en su nación, por la clase trabajadora y todo el pueblo de su país, como tarea principal.
Tres décadas llevo diciendo que hay que tomar medidas prácticas, mesuradas, sensatas e inteligentes (control de fronteras, cuotas de acuerdo a las necesidades reales y expresas del mercado de trabajo, migración circular, etc.) o se tendría que tomar medidas desesperadas en cuestión migratoria, en situación ya de emergencia.
Oídos sordos. A la derecha no le importaba, pues lo suyo es hacer negocios, hacer caja. Y sus representantes políticos, salvo excepciones, otro tanto. La izquierda, ciega, sorda y muda. Cuando el problema explota nada de análisis sino lo mismo de siempre. El problema migratorio (¿cuál problema?) No existe. Aquí, a diferencia de la famosa salsa, hay cama para toda la gente, y comida, servicios de salud, trabajo, vivienda… Y si eso hace que se perjudique a los nativos (¿aún se les puede llamar los nacionales?), no importa.
Mientras peor estén más maduras serán las famosas "condiciones revolucionarias"… Más pobres, más hambrientos, con menos medios, con menos conciencia y dignidad, con peor salud, ¡mejor! Así nos seguirán al verse desesperados.
No entiendo esa manera “tropical” de ser de izquierdas, debo ser demasiado "marxista occidental,” o “eurocéntrico". No encuentro en Marx, Engels, ni en Lenin, ni mucho menos en Stalin (brutal y paranoico, pero también con rasgos de estadista y persona con astucia política), argumentos para pensar de esa manera. Como decía Trostky, los marxistas nunca hemos sido liberales. Ahora el marxismo dominicano ha devenido en ONUsista, vargasllosista, buenista, filantropista y demás.
Confieso que estoy cada vez más convencido que ser socialista en RD es ir muriendo a plazos de ataques de nervios o ser masoquista crónico. ¡Qué tropa!
Espero que pronto, con urgencia, haya un relevo generacional y de ideas, si son diferentes a las actuales. Si van a seguir con el mismo relato, da igual que sean más jóvenes. Todo seguirá igual. Y si además los relevos son unos trepadores y demagogos, pues, aún peor.
El socialismo dominicano se merece una dirección con más astucia, empirismo y enraizamiento en lo "nacional-popular", con mejor dominio de la táctica y estrategia, y de saber actuar en función de las contradicciones y del momento actual.
Con más ambición de ir ganando espacio público, organizando a las masas, y de establecer objetivos a corto, medio y largo plazo. Trazarse la meta de ir obteniendo poder, de ir al Gobierno e incluso de conquistar el poder. Es decir, de hacer Política con P mayúscula. No conformarse con papeles subalternos y de extras. Tratar de ser decisivos para adoptar políticas públicas a favor de las mayorías populares.
Sería algo bueno que el relevo de la izquierda actual herede las virtudes éticas y la persistencia en la 'misión' de algunos de los dirigentes históricos de la izquierda. No todo es malo. ¡Gracias a Dios!