Se trata para mí, el ser feminista, una continua construcción de un yo fuerte.
Es ser parte de un movimiento contra corriente y en la estructuración de organizaciones, luchas, movimientos sociales diversos, en la interseccionalidad.
Es afanosamente estar curiosa, en aprendizaje de las teorías que desmonten la dominación y el sello del androcentrismo del patriarcado; es buscar escudriñar en el fundamento y la necesidad de vivir en libertad, en igualdad y en democracia.
En lo personal, ser feminista es una permanente constitución, creación, entre la suavidad y la rebeldía, entre la afectividad y el atrevimiento a la indignación que le planta cara a toda sumisión, manteniendo el buen trato, el escuchar, el argumentar con empatía.
Para mí, ser feminista es decidir estar con un yo un poco escindido, pero arriar hacia la seguridad que se necesita para cuestionarlo casi todo, con:
- La afirmación de una hominización y de la construcción de lo humano como un proceso de millones de años, y a la vez reafirmar la espiritualidad que reconoce y agradece a los ancestros y a los ancestros: es reconocer abigarradas espiritualidades, espiritualidades dialécticas, no dogmáticas, no fundamentalistas…
- Es poder vivir el amor siempre en un abrazo colectivo entre tu propia estirpe gregaria de mujeres mientras exista la discriminación y la desigualdad y el poder hacer alianzas resistiendo la desconfianza de otros colectivos, en los partidos, ¿del porqué una lucha propia?
- Se feminista es un continúo vivir entre
La suavidad y la escisión
Ser feminista
es tener un amor propio
entre las ramas, junto al cielo,
construyendo nubes, magia, sol,
susurrando a la piel, al cuello,
es sentir plenitud en el aire…
Es masticar las propias miradas
absorber los propios alientos
mecer los latidos propios
encontrando a veces
un sentido existencial en solitario.
Es hundir los pies entre las manos
buscando los lugares donde moran
las raíces largas, inamovibles y frágiles a la vez.
Ser feminista es estar
en lugares donde están todas las aguas
las sangres todas
recorriendo la vida toda, la historia,
llena de agradecimientos
compartiendo la alegría y muchos distintos sentimientos
pudiendo mirar todo sin juicios.
Ser feminista
es recorrer espacios para que los cuerpos
se siembren en la libertad
se aprieten en templanza
entre la frescura y el fuego,
se suelten
sintiendo amor
sin perder libertad.
Ser feminista es
Irremediablemente, aceptar que amamos,
a veces de manera escindida
con la serenidad y con la fuerza
en la amistad, en la sororidad, pero entre miles de contradicciones.
Sé es feminista es no temer al desconcierto
y casi sin morar en los mundos
donde escasean las ilusiones…