En estos momentos se  continúa discutiendo  la sequía golpeando a mas de 150,000 familias (5 a 6 personas por familia) hondureñas con un ciclo recurrente durante  varios años.  ¿Se habrán lanzado y financiado programas  para paliar el impacto de la misma, en sus raíces.  Entre otros vale citar mejor cosecha de agua  a todo nivel, mas eficiente uso del cada vez mas escaso liquido –de la gota a la semilla, fuentes alternativas de suministros–desde pozos profundos a los de baja penetration, desalinisación a bajo costo con energía solar en  pozos poco profundos  para consumo apto de personas y animales, cultivos y pecuaria llamada a diversificar riesgos, zonificación especialmente llamada a detener infiltraciones salinas y contaminaciones químicas?  Políticamente, ¿están México y los EEUU dispuestos a aceptar que estos vientos traen  caóticas borrascas migratorias?

¿Podremos aprender de Honduras y Centro América a  enfrentar un futuro climáticamente incierto? La apabullante victoria de los intereses petroleros y billonarios como los Hnos. Koch, en la  defenestración del COP 21, no termina.  En el 2016, continuarán financiando a los candidatos del Congreso Americano comprometidos con ellos en reducir  drásticamente  los recursos donados o prestados por los Estados Unidos, incluyendo los excelentes programas del USAID,  para auxiliar a los países a lidiar con las crisis venideras.  Mucho mas grave, estos millones "influenciarán"  las consecuencias de la emisión de gases   por la eliminación del "peligro" de regulaciones mas estrictas, sobre todo en los combustibles fósiles, lease carbon, gasolina.  Esta victoria tiene una clarinada:  a quemar carbón. ¿Que podemos hacer en las pequeñas y pobres islas, además de facilitar la partida de emigrantes climáticos a todo posible destino?   La respuesta es clara: Con voluntad política, mucho,  sin ella: estado fallido.

¿Quien atesora  las colecciones de   informes documentando  el paso de sequías, inundaciones, plagas, enfermedades  y desórdenes climáticos en las islas tropicales o sub-tropicales, incluyendo aun  aquellas  causas  lejanas  con efectos próximos (como el envenenamiento de los corales caribeños por  los desvastadores fuegos forestales en California).  Comparto el ejemplo porque   veo los efectos cuando buceo en los corales del sur de las bellas costas dominicanas; también se están destruyendo los corales en la vecina Florida, pero para los ciudadanos del cuarto estado mas importante de la Unión Americana no existe el cambio climático.  No juzguemos mal a la Florida, Texas, el estado que mas caro ha pagado a todo nivel el cambio climatico, se opone a cualquier mitigación.  Es en ese estado donde mas se han propagado las plagas mantando gente, como el mosquito del Nilo que mato a cerca de dos decenas de americanos. ¿Quién tiene acceso a esta información y análisis? 

El gran capital le dio una fuerte cachetada política al Papa Francisco y a su solicitud de amainar el acelerado envenenamiento de  nuestro planeta..¿como están reaccionando los líderes religiosos en las islas amenazadas?  en la República Dominicana?   ¿Los intelectuales respetados por  políticos dominicanos o por líderes nacionales o regionales–quienes les apoyan en sus investigaciones y publicaciones técnicas, y mas importante aún, populares? Los catedráticos formando las mentes del mañana, o los maestros cultivando  los pinos nuevos–quien da formación a quienes forman?  ¿Quien explica en un idioma claro esta información  a los influyentes miembros de los medios?  ¿Las unidades de análisis de riesgo del Banco Central, la banca, y las aseguradoras,  y sus consultores, comprenden bien los perfiles de riesgo, la volatilidad, y las consecuencias de los climáticos en sus productos financieros y en las reservas requeridas para los mismos?  Los poderes determinando  la inmigración haitiana al país, ¿como incluyen el cambio climático desolando al fallido vecino  en retórica y acción?

De la información a las políticas.   No hay que buscar por donde le entra el agua al coco, políticos consecuentes con el desafío que, ante el fracaso del COP 21 nuestros hijos enfrentarán,   (y con su rápido avance, nos llegará el coletazo?) han trazado buenos senderos a seguir y mas que las políticas en sí (que hacer), ampliamente documentada en enjundiosas colecciones,  interesa el como la formulan, como se logra el consenso necesario en una democracia.  El "que" habita en la retórica, pero el "como" nos come.  En los casos de éxito, el papel desempeñado por la sociedad civil, las unidades administrativas locales, como municipalidades, y los grupos entretejiendo la vida política de la nación (religiones, partidos políticos, colegios profesionales, gremiales,  sindicatos)  han demostrado mayor compromiso que las enteléquias nacionales. Diversos análisis indican  la corrupción, por ejemplo en el Congreso Americano, es una causa determinante de la apatía hacia acciones concretas.  El tráfico de influencias  a los mas altos niveles del Congreso Americano determina  su aprobación  de  la contaminación causada por  emisores  como China, India, Rusia, Indonesia y Brasil.

¿Y que pueden hacer los pequeños países para protegerse, para no acelerar la llegada del desastre?  Si los Americanos, Chinos, Rusos, Indios, o Brasileños no van a parar la emisión de gases  (aminorar drásticamente la deforestación del Amazonas, imponer impuesto a la economía del dióxido de carbono y quitárselos a los del empleo para no aumentar la carga impositiva, por ejemplo), los pequeños no deben complacer a los grandes con sus demandas hipócritas para 'emitir menos."  Limitémonos a hacer lo que nos conviene por otros motivos.    Por ejemplo, sabemos las ciudades determinarán en gran medida el cambio climático por la masiva emisión de dióxido de carbono causado por el transporte individual.  Y Santo Domingo no resiste mas el embate de un tráfico denso,  descontrolado y abusivo.

En este sencillo, mas nunca fácil, ejemplo, la solución de la crisis del transporte urbano, la cual demanda solución, o su urbanicidio acelerará  la haitianización del país, resolver el problema urbano también pondría al país a la vanguardia de las soluciones a los problemas destruyendo nuestra cultura, nuestra forma de vida a  lo largo y ancho del planeta.  Ante la apatía de los grandes, debemos  hacerle frente a la situación con nuestro propios recursos, con nuestra fuerza intestinal.  Anticipar, planear, y plantear como se puede proteger nuestro turismo de costas, como cosechar y almacenar agua, como reducir el desperdicio del tesoro líquido  en cañerías rotas provocando  enormes perdidas, como trabajar con especies mas resistentes a la sequía, y como controlar las plagas y enfermedades  invasoras junto con las ya existentes son solo puntadas en un gran gobelino.

Resoluciones para el 2016.  ¿que tal, salvar a la República Dominicana–comenzando con nuestra familia, nuestro trabajo, nuestra religión, nuestro barrio, nuestra comunidad, nuestro pueblo, nuestra ciudad, nuestro país?   La República Dominicana bien vale nuestro amor.  Feliz 2016.