Desde que Balaguer dijera que José Francisco Peña Gómez "se había hecho pupú fuera del cajón", los desechos animales tienen patente de corso en el habla dominicana, aunque con sus limitaciones.
Ahora la Senadora por Dajabón ha dicho que lo de la reciente y mutitudinaria marcha contra la corrupción y la impunidad era como "agarrar algo de material fecal y tirársela al mundo”. Y yo le digo a la senadora: ¿y por qué tan fisna? ¿De donde viene tanto trucutuismo?
Si la senadora hubiera dicho simplemente "tirar mierda" la hubiera felicitado al menos por la sinceridad.
Y hablando del tema, en "Historias de un hombre indecente" de Charle Bukowski, hay una parte que más o menos dice así: "Un hombre puede llegar a la vejez, nunca haber hecho un numerito y no pasa nada, pero si dura más de cuatro días sin cagar, ahí sí que se complica la cosa."
A menudo recuerdo a mi viejo amigo cubano Samuel Feijóo. Con Samuel las calles habaneras tenían otro aire, cantidad de historias, en las que él mismo era el actor principal. Y Samuel era loquísimo. Una vez me tocó hacer un viaje en guagua desde la Habana hasta Santiago de Cuba con Manuel Moreno Fraginals. Durante esas casi quince horas de viaje, ¡el tema "Samuel" era recurrente! Manuel me contó una vez que aquel espíritu anarquista comenzaba a dar una charla en la Biblioteca Nacional sobre el tema "La mierda en la literatura universal". Una señora entró, como no sabiendo el título. Cuando Samuel arrancó hablando de Quevedo y de mierda para aquí y para allá, la señora se levantó y grito: "Pero qué asquerosidad es esta". La respuesta de Feijóo se quedó como una frase-moneda común en los mentideros cubanos: "Señora, la asquerosidad es lo que usted hace todos los días en el sanitario".