La semiótica de la música y del sonido explica, por lo general, todo aquello que involucra la productividad sonora y significante de los signos que intervienen en la música, particularizados en lo que es el mensaje o son los mensajes musicales. El estudio de la significación musical y sonora forma parte de una teoría del sentido musical contextualizada en la temporalidad física, abstracta y acústica de los sonidos.

La semiótica asegura desde su perspectiva interdisciplinaria los códigos, los signos musicales y la naturaleza significante y significativa de la música y lo musical en tanto que interpretantes, gráficos perceptivos y sensibles en el orden bioestético.

Con los últimos aportes de la psicología de la percepción estética y del lenguaje sonoro, asistimos a una reconstrucción de eventos musicales y sonoros insertados desde la relación entre sujeto y cultura, por lo cual el interpretante  como función permite entender las diversas estrategias, así como los diversos tiempos de la interpretación musical. Segmentación, cohesión y morfología cobran valor en todo el campo y el nivel de las estructuras, órdenes y funcionamientos del código o los códigos musicales.

La música como sistema de signos tiene una base psicológica, neurofisiológica y funcional, de tal manera que las notas y tejidos musicales favorecen en su cohesión la composición o constitución del fenómeno sonoro y musical. Las diversas cardinales que comporta el fenómeno musical activan la visión de un representamen, un conjunto estructurado y una morfología de los actos musicales.

Todo lo que se conjuga en el contexto de una gramática de la música conjuntamente con una gramática de las formas sonoras, implica una búsqueda percepto-sensorial que hace posible y legible la audición y producción de los diversos textos sonoros.

En efecto, la semiótica musical y del sonido, explora en su constitución eventos sonoros codificados en géneros específicos y en experiencias de investigación de la sensorialidad y los focos reconocidos de percepción. Tanto la gramática musical como la sonora son modelos de producción, reproducción y construcción de la sensibilidad. Los  elementos semióticos y gramaticales de la música se explican en una perspectiva significante y significativa de lo musical y lo sonoro, de tal manera que la morfogénesis musical implica el conocimiento y reconocimiento de los estados y formas musicales.

La perspectiva de una antropología musical ligada a la interpretación de las culturas, conduce a un entendimiento de la relación entre los intérpretes musicales y los contextos de audición. Ambas instancias y posibilidades productivas de la música motivan una instrucción artística direccional. Lo que la música permite y produce como productividad y efecto está ligado al fenómeno percepto-sensorial del ritmo, la armonía, la melodía y la composición.

En la actualidad, los estudios de musicología, etno-musicología, teoría del caos y antropología cultural, reconocen la productividad musical en las líneas de correspondencia existente entre los signos, símbolos e imágenes culturales y musicales. El tiempo como representación y audición representa el más importante cualificador sonoro-musical que cobra valor en la cultura. De ahí la importancia de una semiótica musical que pueda dar cuenta de los diversos vocabularios simbólicos y significativos de la música, pero además que pueda explicar las diversas fases de lo musical y la musicalidad.