Existe una relación entre la semiótica del arte y la antropología cultural, puesto que ambas captan, analizan y asumen la productividad artística y cultural desde que Claude Levi-Strauss publicó los textos que se encuentran en su muy conocida Antropología estructural (1y2), donde al igual que Saussure, estudiaba la lengua y la cultura como sistemas de signos y correspondencias sincrónicas, diacrónicas y comunicativas. Tanto la semiótica del arte como la antropología se dedicaron a estudiar los signos, los símbolos, las imágenes y sus bases de producción y comunicación.
Analizando la situación entre arte y lenguaje, el antropólogo se vale de la lingüística para dar cuenta del llamado hecho antropológico y analizar las sociedades no desarrolladas y desarrolladas; desde este punto de vista ha estudiado a relación entre arte y lenguaje, para así determinar el valor y el mismo nacimiento de los signos artísticos y culturales.
En una obra que examina fenómenos comunicativos, imágenes de base para entender un capítulo de su trabajo dedicado al Brasil y sus diferentes zonas en las cuales viven sujetos históricos que tienen un valor social, familiar, político y espiritual, Claude Levi-Strauss (1949, 1967 ; 1978ayb ; 1979 y 1976), ha reconocido y analizado las estructuras de la significación cultural mítica y puntual. El arte producido en espacios comunitarios es portador de signos en contextos de apertura y creación. (Ver, además, La alfarera prodigiosa (1986).
Estos valores que responden a una relación entre culturas parentales, preparentales y postparentales, se hacen legibles en todo un espacio de contribución a los espacios que se dedican a rescatar objetos, valles, moralidad y otros. Se hacen visibles también en una trayectoria que se posiciona en el interior mismo de la cultura de los signos.
El conocimiento crítico de estos signos registra y analiza estructuras elementales de la significación, donde se estudian, desde el estructuralismo antropológico y lingüístico, creaciones, funciones de parentesco, ceremonias culturales, espacios carnavalescos, danza, teatro y otros signos que se conjugan en los diferentes sistemas de signos y cuerpos comunicativos que ofrecen posibilidades, tanto en arte como en lingüística, en tecnología, literatura oral y otras condiciones mediante las cuales podemos interpretar y entender los diversos imaginarios artísticos y culturales.
El antropólogo Claude Levi-Strauss particulariza un marco donde los signos y sujetos que provienen de allí, donde las relaciones cobran un interés sociocultural. De ahí que en el libro titulado Las estructuras elementales del parentesco de Claude Levi Strauss, lo social y el sujeto se constituyeron como un proyecto de investigación sobre el individuo comunicativo, el arte como proyecto y experiencia de difusión del llamado arte primitivo y también los signos cruzados de una manifestación artístico-cultural.
Esto hace entender que el ascendente antropológico que cobró en Levi-Strauss una alta significación, para los estudios etnoculturales, dominios estos que se caracterizan por su recorrido, versatilidad, utilidad, proyección, especialización, concurrencia y relectura del orden semiótico de la cultura y el cuerpo de imágenes de un espacio comunicativo orientado al saber de la cultura misma de los signos.
Iuri M. Lotman enseñó y creó un modo específico de interpretación y lectura de todos los sistemas de signos a partir del concepto de semiosfera. Dicho concepto indica una investigación interdisciplinaria, intradisciplinaria y transdisciplinaria. (Ver La semiosfera1998,2000)
Este tipo de actividad dialógica en el estudio significante de las artes, construye espacios de conocimientos, basados en la cultura del cuerpo y la palabra. El concepto de semiosfera es operativo y funcional en la medida que desde él se genera una variedad de estudios sobre los signos y sus relaciones.
En este sentido, varias son las esferas y sistemas significantes. Ejemplo: semiosfera de la pintura, de la arquitectura, del cine, del teatro, de la performance, de la danza de la fotografía y de la música.
A partir de este concepto o de este modo de conceptualizar, se va conformando un campo científico en torno a las ciencias del lenguaje y de las comunicaciones, entendidas como marco de interés de las ciencias simbólicas, culturales para crear un campo interpretativo de los signos, las comunicaciones, las significaciones, los mensajes y todo tipo de productividad artística y cultural.
En tal sentido, la investigación que propuso Lotman desde su Escuela de Tartu y sus obras, dio lugar a un contexto de estudio y sobre todo a una crítica y un análisis de las formas significantes; todo lo cual ha significado una apertura epistemológica de las ciencias del lenguaje.
Con el desarrollo actual de las ciencias del lenguaje y de la culturología crítica, de la historiografía semiótica, de la antropología crítica del arte y de los discursos artísticos, se ha producido una ruptura propia de la revolución virtual y de los nuevos medios que concentran cada vez más los niveles de presencias y respuestas del arte.
Establcer el campo de estudio, análisis y síntesis de las artes, obliga a reconocer niveles variados de productividad, de significación artística, pero a la vez crear un sistema de evaluación que dé cuenta de técnicas, instrumentos metodológicos, recorridos dialecticos de la cultura y las imágenes para crear también formas de conocimientos que logren activar y hacer posible una visión dialógica de los códigos y saberes estéticos y artísticos.
El semiólogo soviético Iuri M. Lotman concibió una semiótica cultural como estudio de sistemas, asimilando también a la crítica del arte, de la sociedad y de la cultura. En este sentido, la interpretación y comprensión de los signos, supone un sujeto dinámico que orienta desde una visión teórica, crítica y antropológica de las culturas, haciendo posible una concentración de contenidos y expresiones que conforman y a la vez dialogan en el contexto de un sistema semiótico, artístico y cultural.