El concepto  “semiosfera de la televisión” posee una cardinal significante, comunicativa y enunciativa. Lo que dará lugar a una ecología significante y bioinformativa. Su implicación desde el punto de vista de los massmedia se justifica a través de estructuras y funciones narrativas de superficie y profundidad. Lo que hace visible y posible un proceso de mediación y transmediación en contexto y en movimiento.

La semiosfera (en su vertiente lotmaniana reforzada), es además un concepto semiótico productivo que tiene su base en la cultura entendida como sistema de sistemas de signos. Todo lo cual conduce al uso de códigos y metacódigos, donde el eje del sistema “televisión” se reconoce como un eje productor, reproductor y metacomunicativo.

Aunque la televisión sea un sistema semiótico mixto, basado en la función interactiva de los medios, se debe entender que las ocurrencias y co-ocurrencias tecnocomunicadoras, narrativas y transnarrativas son también un dispositivo móvil insertado en la esfera pública.(Véase, para una aproximación semiótica de la televisión lo planteado por Mario Carlón: De lo cinematográfico a lo televisivo. Metatelevisión, lenguaje y temporalidad, Eds. La Crujía, Buenos Aires, 2006)

Los diversos ejemplos  por los cuales el mundo-lenguaje “televisión” será denominando mundo real y mundo posible conduce al objeto audiencia y a la telepresencia debido al registro significante de la narrativa-control. La misma se sostiene en una economía de los objetos y los sujetos de la comunicación y la metacomunicación.

Igualmente la travesía de un aparato mediador, transmisor y tecnosignificante como el televisor, no escapa al ámbito dinámico, organizador, bioinformativo y presentificador del espacio televisual. El mismo concepto de traducción cultural ha generado fórmulas textuales, a través de un sistema de relaciones y procesos  de nuclearización de cardinales que le sirven de base al  proyecto digital-global-tv, como elemento focal y polifocal que asume un proyecto televisual integrador y metacomunicador.  Los alcances de un sistema de poder donde el contexto objetivo-subjetivo de modelo y alteridad logra operar en toda la narrativa convergente y transmedia, produce sus efectos en el marco amplio de la recepción.

El espacio dinámico del sujeto y la imagen televisiva se expresa a través del concepto de comunicación, producción, significación y relación telepresencial. Todo lo cual admite un vínculo nivelar con la cultura de la imagen procesada, codificada, intracodificada y transcodificada según el régimen productivo de dicho sistema-imagen.

De ahí que el concepto de semiosfera como espacio significante cultural se revele en:

  1. Un sistema de comunicación-tv
  2. Un sistema de significación-tv
  3. Un sistema recepción-tv

En los tres órdenes, señalados, el productor seguirá una organización significante que tendrá efectos visibles de manejo o manipulación de los signos “guionizados” y determinados en el proceso. La ocurrencia mediante el mecanismo digital, ideológico o multimedia crea una convergencia significante propia del medio utilizado, vincular, revisitado y reconocido en el contexto de formación cultural de las imágenes.

Los trayectos que involucra la relación tv-cultura, confluyen en el sujeto social motivado por el orden del discurso público actual. El mismo se pronuncia como fuerza plural en contexto de imágenes y acciones. El concepto “semiosfera televisual” que argumentamos aquí, funciona en este caso como espacio-lenguaje productor de sentido. El productor-tv y el telespectador coproducen textos, imágenes narrativas motivadas por los diversos estados, escenarios, encuadres, movimientos y actores de mundos reales y posibles.