Iuri M. Lotman fue una de las grandes voces de la Escuela de Tartu (Estonia), representante y animador de una semiótica especial denominada “Semiótica de la Cultura” o Culturología. Junto a otros investigadores y semiotistas de su grupo en Tartu, Estonia, Lotman investigó las principales esferas y espacios de la cultura entendidos como grandes registros y modos de significación de las formas y manifestaciones culturales tales como el mito, el símbolo, el ritual, el arte, la religión y las lenguas, entre otras.

La originalidad del trabajo de investigación de Lotman está en su comprensión y análisis de la comunicación, la significación y la información en cuya base encontramos la interacción cultural. El estudio de las tipologías culturales y los llamados “sistemas modelantes secundarios”, constituyen la primera etapa de conformación de expresiones artísticas, antropológicas, mitológicas, religiosas y literarias que se justifican también en los diferentes niveles de comunicación y significación al interior mismo de la cultura. Lo que entiende Lotman como estudio de los signos está en la vida misma del concepto de semiosfera, de tal suerte que todo lo que se produce en un tiempo y un espacio determinado concluye en una teoría semiótica de la cultura.

Se puede decir que a partir de las tesis de 1966, Lotman empezó a desarrollar una teoría de modelos, recorridos, transcursos, movimientos y esferas culturales, donde la vida misma de la cultura se convierte en motivo de trabajo semiótico. La visión interdisciplinaria que implica el trabajo de interacción  las disciplinas científicas, conduce a un encuentro y a la vez a un impulso de conceptualización, categorización y producción que motiva todo un contexto de interpretación y comprensión de la semiótica de la cultura y la semiótica del arte.

El concepto de semiosfera alude entonces a campos y espacios semióticos tales como:

.Semiótica del Mito

.Semiótica de la música

.Semiótica de la pintura

.Semiótica de los templos religiosos

.Semiótica de teatro

.Semiótica del cine

.Semiótica de la danza

Semiótica de la literatura, entre otras.

Estas semióticas que implican modos de investigación, modos de interpretación y modos de comprensión de las culturas, conducen a una búsqueda de esferas significativas e interdisciplinarias, propias de una semiótica general de la cultura y del arte.

Se trata en este sentido de entender la cultura como sistema de modelos de significación, sistemas de símbolos e imágenes representativas de una orientación comunicativa y significativa que se expresa a través de modos, acciones, actos, objetos, funciones, textos y confluencias que sirven para entender el fundamento  y la acción de un campo científico de la producción cultural, la información, la significación, la comunicación y el funcionamiento interno de la cultura.

Junto a Iuri M. Lotman,  V. Ivanov, E. Segal, B. Uspensky, E. Meletinski y otros investigadores de las semiosferas culturales, lograron conformar un equipo de estudio de las ciencias culturales, simbólicas, históricas, imaginarias y toda una visión en el orden significativo, comunicativo y productivo de la cultura.

En la ciencia de los signos el sujeto posee un valor significativo y significante. Toda su producción o productividad se constituye por sus diversas prácticas, acciones socioculturales, inserciones significativas, instrucciones, direcciones o creaciones significantes individuales, conexiones socioimaginarias, y otras.

Tanto el hacer, querer-hacer, poder-hacer, saber-hacer, querer-hacer y otras modalidades semióticas producen en sus diversas narrativas un discurso que surge de un discurso de la acción ligado a contratos, fórmulas, ritualidades, ejecutorias individuales y pronunciamientos que complejizan a la vez particularizan los diferentes mundos de la acción semiótica poseen además valores productivos, interpretativos, comprensivos, comunicacionales, accionales, entre otros.

Su definición y manifestación se justifica en los diferentes discursos y narrativas en contexto. De ahí que espacio, tiempo, movimiento, lo conocimiento, intencionalidades, diferencias y miradas en un orden donde el sujeto habla, transforma, modifica una determinada conciencia de trabajo sociocultural.

Se podría decir que el sujeto semiótico posee valor como-sujeto-de-la-semiótica y la cultura. En tal sentido, las revisiones que se producen en la semiótica, la hermenéutica y el psicoanálisis apuntan a las diferentes confluencias, contradicciones, miradas, contextualizaciones, construcciones de subjetividad, estados críticos, movimientos, situacionales, espaciamientos, temporalidades, afirmaciones y desafirmaciones y otras posibilidades que podemos ver, leer y conocer en diversos tramados de significación y de los diversos campos socioculturales.

Para el sujeto semiótico, según I. M. Lotman, la construcción de la subjetividad es motivada en los diversos discursos artísticos y culturales: valores, acciones, cuerpos, imágenes y memorias constituidas en base a la presentificación de lo visible, comportamiento de lo significativo, producción, alteridades y ritmos concurrentes en el marco individual, colectivo y sobre todo contextual.

Así las cosas, objetología, fotografía, cine, escultura, gráfica arquitectura, sistemas y subsistemas de comunicación cultural, aseguran su propia narrativa y a la vez integran a su perspectiva otras acciones y funciones que surgen en el proceso mismo de la significación cultural.

Desde esta perspectiva y a través de semióticas mixtas como el cine, el teatro, la ópera, los espacios artísticos, ambientales, urbanos y rurales, constituyen acciones, productos imaginarios concurrentes en el espacio intracultural, histórico  y metahistórico. En este sentido el sujeto semiótico produce, comunica, enuncia, es comunicado, resemantizado y particularizado desde la línea de algunas mediaciones  artísticas y culturales. Existe en esta vertiente el sujeto monoglósico y poliglósico, advertido en el discursivo estético, monocultural y pluricultural. Su definición en una teoría de los signos y textos culturales se hace visible, sensible en las cardinales de creaciones, formas y funciones semióticas.