La relación domínico-haitiana está cada día más tensa. Las cosas se han puesto tan agrias, que la semana pasada cerraron todos nuestros consulados en la hermana nación. Quema de banderas, secuestros, peleas, discusiones es lo que ha pasado en las últimas semanas y poco a poco se complican las cosas.
Los problemas que existen entre la República Dominicana y la República de Haití, más que fronterizos – de hecho, todos los países del mundo que hacen frontera con otro, tienen problemas- son por especulaciones por parte de grupos pequeños en ambos lados, desinformando y confundiendo a todo el mundo.
Decir que en la República Dominicana hay xenofobia, es mentira. Los haitianos transitan libremente por nuestras calles, trabajan, socializan con nosotros a pesar de las diferencias culturales que tenemos, igualmente sucede con cualquier dominicano que haya estado o esté en Haití.
Decir que en la República Dominicana no existe xenofobia, también es mentira. Y es que un grupo muy reducido de compatriotas extremistas, con sus acciones y declaraciones, muestran una mala imagen de República Dominicana, no siendo así lo que piensa la gran mayoría.
Una cosa es exigir orden a las autoridades, que mucha falta hace en cuanto al tema migratorio, porque el descontrol y desorden es muy grande y toda persona, sin importar nacionalidad, que no quiera formalizar su estatus, debe ser sancionado. Pero crear situaciones desagradables, provocar a personas e inventar cuentos, que es lo que hace ese grupito y en ambos lados, no hace más que sembrar un odio innecesario entre dos naciones que coexisten y será así, en una misma isla.