La Semana Santa recién finalizada, igual que cada año, convoca a toda la sociedad dominicana de todos los sectores, a un receso espiritual o vacacional. Sin importar capa social, el asueto obliga la participación del gobierno y sus instituciones a desplegar sus mejores esfuerzos para prevenir, reducir y mitigar los reales y potenciales eventos de dolor en la familia, que generalmente ocurren por accidentes, ahogamientos, riñas, intoxicación alimentaria o alcohólica, descuido conductual o inobservancia de las leyes, respeto a las regulaciones de protección o desafío al peligro.
La Ley 147-03 Sobre Gestión de Riesgos y Prevención de Desastres, además, de contemplar todas las acciones necesarias y pertinentes, durante una amenaza o ocurrencia de desastres naturales y antrópicos al tiempo que dispone acciones preventivas en periodos especiales como el Dia de la Virgen de La Altagracia, Semana Santa, Día de la Virgen de Las Mercedes y festividades navideñas de cada año, así como en los eventos ocasionales, que involucran grandes aglomeraciones o desplazamientos de personas.
Para estos fines, la citada Ley 147-03, crea la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), con el mandato de trabajar de manera interdisciplinaria, multisectorial y multi institucional, con un Vocero Único, que es el Centro de Operaciones de Emergencias (COE). Por razones puramente de protagonismos, los mecanismos institucionales de la ley, no se respetan y cada año notamos la dispersión de los esfuerzos y el reemplazo de sus entes de coordinación (CNE y COE). En esta Semana Santa, observamos que no hubo unidad de mando ni comando -verbigracia que Obras Públicas, AMET, La Policía Nacional, el Ministerio de Interior y Policía, Salud Pública, La Cruz Roja y hasta la zona provincial de Santiago, cada una anunciaron e hicieron su propio esquema de prevención, por lo cual perdieron la fuerza y la credibilidad de trabajar en equipo y en unidad. Parece que el gobierno y el Comité Político, trabajan en equipo, solo en su propio beneficio y no precisamente para hacer cosas positivas a favor del país. Precisamente, la Ley 147-03 Sobre Gestión de Riesgos, obliga a la unión de los esfuerzos de prevención del Sector Público y Privado para evitar duplicación de recursos, efectividad de las acciones preventivas o de mitigación de daños así como el aumento de la credibilidad institucional, sin la alteración de las cifras oficiales de los afectados por algunos de los elementos que causan trauma y dolor, durante dicho periodo y mucho menos ocultar las estadísticas o negar las informaciones producidas, al público, como tal sucedió. Ver links
http://elnacional.com.do/ocultamiento/ http://elnacional.com.do/la-estrategia-de-calla/
El trabajo en equipo de la CNE y la credibilidad del COE como Vocero Único, son atributos legales con beneficios intangibles a favor de la población para estar informada de forma oportuna y veraz. El COE, tenía una apropiada y respetada credibilidad pública, bien ganada con el tiempo, probado en los múltiples eventos y situaciones de emergencias desde su creación, en el 2001. A partir de la recién pasada Semana Santa, lamentablemente, los boletines del COE, perdieron su incuestionable e imprescindible credibilidad, donde hasta los escudriñadores más agudos, acudían a recoger sus notas informativas, sin cuestionarlas porque no había razones para dudar.
Sin embargo, parece que la situación de acorralamiento en que se encuentra el gobierno y el presidente Medina, debido a la corrupción e impunidad, exacerbado con el caso Odebrecht, los estrategas de comunicación, contrario la ley, despojaron al COE, de lo único que podía exhibir: CREDIBILIDAD. Así lo expresaron analistas y medios. Ver links
https://www.diariolibre.com/opinion/editorial/miedo-a-los-datos-CG6855765
http://hoy.com.do/los-silencios-de-un-gobierno-que-busca-encandilar/
Basados en la realidad, dimos créditos al COE por haber concitado la debida atención de la máxima autoridad política de la nación, incluyendo presidir algunas reuniones cruciales, en tiempo de inundaciones y temporada ciclónica. Ver link http://acento.com.do/2014/opinion/3389988-semana-santa-y-protagonismo/
Entonces, nos preguntamos si el COE pierde su credibilidad ¿podemos creer en sus informaciones y convocatorias de resguardo y prudencia en caso de eventos catastróficos como huracanes, fenómenos hidrometeorológicos, rompimiento de presas hidroeléctricas, terremotos, etc.? Esperamos, que las autoridades correspondientes, permitan a la CNE y al COE, ejercer su misión en beneficio de la ciudadanía y que recupere su credibilidad -verbigracia las inundaciones anticipadas, que afectan al país-.
Finalmente, las victimas de Semana Santa, no hay necesidad de esconderlas o reducirlas, habidas cuentas que los factores y variables que contribuyen a tal cosa, aumentan de un año a otro, no solo tomando en cuenta la imprudencia ciudadana, sino el aumento poblacional.