“La Pipigua” cumplió el Día de la Constitución 60 años de edad y 120 años de vivencias. Tiene ¡15 hijos! –¿bien contados?-, más de un centenar de mujeres en su decurso de vida –no me lo crean, por Dios- y más de un millón de amigos…porque es un virtuoso de las relaciones humanas y de las públicas y de una gran capacidad empática. Amigo de la izquierda -la de antes, la única-, amiguito de la derecha –la de antes y la de ahora-, se ha llevado bien en sus ejercicios político y periodístico hasta con los mancos políticos.

Mi ex alumno y amigo Leo Hernández (La Pipigua) es de posiciones abiertas y firmes, contradictor de ser necesario, sin embargo, siempre ha sabido agenciarse la aquiescencia de quienes le han conocido, amistado y hasta adversado.

Trabajó para el profesor Juan Bosch, quien se encariñó con él desde jovencito –“con la Pipigua me quedo yo”, solía decirle a la mamá- y siempre le llamó en público “Pipigua”, sobrenombre que le había puesto Roberto Hernández, uno de sus compañeros de estudios del liceo Unión Panamericana por su baja estatura; y que realmente proviene de la bella y conocida Mitología Guna, de Panamá, en la que “Aspán Pipigua, la lagartija pequeña”, logró robarle el fuego a Achu Yala, logrando así que su pueblo no muriera de frío, se calentara y pudiera cocer los alimentos.

Parte de su niñez discurrió en nuestro barrio San Carlos y luego parte de su juventud en un anexo de la Casa Nacional del PRD, la actual del PLD de la avenida Independencia, donde vivía con su mamá y con su padrastro José Mariano Peña, líder del afamado Buró Agrario del PRD

También trabajó para el doctor José Francisco Peña Gómez y para Guaroa Liranzo y Joaquín Balaguer; para Miguel Vargas Maldonado y Vicente Bengoa, y para Jhonny Jones y Alfredo Pacheco y, si mal no recuerdo, para Danilo Medina, y para mil firmas más. Y en algunos casos ha llegado a laborar a la vez para dos políticos contrapuestos. ¡Vaya usted a saber de sus facultades mágicas!

La Pipigua es, quizás, uno de los 10 periodistas dominicanos mejor informados y relacionados. Discreto, respetuoso, solidario, desprendido, buen papá, inteligente, asaz trabajador, eficiente…

Parte de su niñez discurrió en nuestro barrio San Carlos y luego parte de su juventud en un anexo de la Casa Nacional del PRD, la actual del PLD de la avenida Independencia, donde vivía con su mamá y con su padrastro José Mariano Peña, líder del afamado Buró Agrario del PRD.

Figura ya legendaria del periodismo nacional es actualmente columnista de El Caribe, con la muy leída columna Top Secret y director de su empresa Crea Imagen y del periódico digital En Carpeta.

Sus 60 años los celebró entre familiares y amigos íntimos y cercanos. Más que su día de onomástico celebró una Semana Aniversaria en razón de que “los 60 años de edad sólo son una vez en la vida” (¡Vaya perla! D.L.).

A pesar de sus informalidades y desestilos peculiares, quienes le hemos tratado durante décadas nos hemos acostumbrado al “molde Pipigua”, pequeño de tamaño como la lagartija que se apropió del fuego para llevárselo a su pueblo, y grande de corazón y amistad. (“¡Larga vida, compañero Mao!”) (Perdón, ¡Larga vida, compañero Pipigua!”)