El pasado lunes 18 de octubre, estuve atendiendo una audiencia en la Corte de Apelación de San Francisco de Macorís, y luego en horas de la tarde tuve una reunión con un grupo de prestantes personas que son productores de arroz y otros rubros agrícolas del país. Lo que me dijeron me dejó estupefacto. Sus palabras textuales fueron que el campo ha sido abandonado, que los abonos, los pesticidas, las semillas, la mano de obra y todo lo que se usa para producir alimentos en el país, ha aumentado un cien por ciento, y contando. No solo eso, sino que, el campo ha sido abandonado a su suerte, y que, a partir de enero, vendrá una gran escasez de productos del campo, por la impericia con que el Ministerio de Agricultura está manejando esta grave situación.

Esto obviamente me impactó, porque quienes tal cosa me dijeron no son improvisados, ni miembros de ningún partido, son empresarios agrícolas que viven del campo, y que tienen todos sus recursos, vida y obra en dicho sector, y sobre todo, son personas que las entiendo muy serias.

De regreso a la capital en horas de la tarde noche, estaban lloviendo ¨Burritos aparejados¨ . A parte de los cráteres y desniveles, que tiene la Autopista Duarte, sobre la cual entendía que se estaban haciendo reparaciones mayores; (Anunciaron desyerbos en toda la carretera, con rueda de prensa incluida);  nada que ver, había quizás un pequeño tramo asfaltándolo, y uno que otro desvío, pero en lo general, el trayecto pésimo y de condiciones reprobables. Además de que, llegando a la capital había un tapón de aproximadamente treinta kilómetros, como consecuencia de varios lagos inmensos que se hicieron en la misma autopista Duarte, que impedían por razones obvias, que el tránsito fluyera rápida y constantemente.

El día 20 de los corrientes, volví al Cibao, esta vez a Santiago, encontrándome de regreso con el mismo charco, el cual aparentemente, el hombre de obras públicas, que supuestamente abarca toda la geografía nacional, según un anuncio que se me de memoria, se le ha olvidado esta partecita, cercana a su propio ministerio.

Lo anterior no fuera nada, si se estuviera viendo una real inversión y avance de las soluciones que, por las redes sociales, por la televisión y la radio, son pan nuestro de cada día; lo malo es que, en la época de vacas flacas que irremediablemente ha de llegar, el gobierno en vez de estar pensando en la real autosuficiencia alimenticia del país, en el apoyo efectivo y concreto al campo dominicano, en la coordinación de medidas de choque que permitan al pueblo dominicano sortear estos meses venideros, en la construcción y reparación de carreteras y caminos vecinales; lo que está haciendo es, cogiendo prestado para aumentar la ¨Conectividad de internet¨. De quien habrá sido la brillante y cojonuda idea.

La pregunta es, si con el estómago vacío, con problemas por arriba por abajo y por el medio, puede uno pensar si el internet y su ¨conectividad¨ son más rápidos o lentos.

Además de lo anterior, se publica como si fuera un logro que, nos ajustaron por mala parte, otros 115 millones de dólares de los Estados Unidos de américa, para dicha ¨conectividad¨,  que a la tasa actual son nada más y nada menos que casi seis mil quinientos millones de pesos dominicanos. Es mucho dinero, muchísimo, que en estos tiempos debe ser utilizados no para firifollas ni disparates, internet u otras consideraciones necesarias, pero pueriles en estos momentos, de crisis, de real constipación de los mercados mundiales, donde en vez de aprovechar nuestra posición estratégica para servir de puente para los países de las Américas, estemos pensando en pajaritos preñados y en una conectividad, que no puede ni debe ser tan cara; carísima.

Debemos, y es lo que sugiero, prepararnos para lo que viene; que es un aumento real de los costos de importación de todos los productos que vienen por mar; (abonos, insumos agrícolas e industriales, y todo lo que tiene un componente de importación).   El costo del flete ha aumentado un doscientos por ciento; y el gobierno está en Panamá, según afirma, hablando del problema Haitiano.

Yo no sé si mis amigos de San Francisco de Macorís, tienen razón o no, pero, son personas que no se andan con rodeos y no tienen necesidad de mentirme o escandalizar respecto a su realidad y la realidad del campo dominicano. Tampoco sé si el de agricultura sabe lo que tiene entre manos, o si tiene idea de lo que está haciendo, o si tiene algún plan de contingencia respecto al inevitable aumento de los precios de todos los rubros agrícolas y componentes requeridos para sembrar y cosechar.

Lo que no sé, es si es mejor tenerlo afuera que adentro o al revés, si seguimos así, eso será lo de menos.

Que Dios nos ayude