¿De qué sirve la libertad política
Para los que no tienen pan?
Sólo tiene valor para los teorizantes
Y los políticos ambiciosos.
J.P. Marat.
Quisiera iniciar este desahogo, expresando, ante tantas indolencias, indelicadezas e irresponsabilidades, que vale cuestionar si es que no hay honor o principios básicos de dignidad por el país entre los cuestionables y “honorables” políticos, ya que como reza en algún lugar, más que distinguidos representantes defensores de los derechos del pueblo, parecen más bien, malos comediantes de un absurdo accionar y quizás por eso, reiteramos que tenemos que producir una explosión de luz para iluminar las penumbras institucionales que nos ocupan el presente y nos oscurecen el futuro.
No sé quién se ocupará de este arraigo, o si continuaremos como esos jugadores de traga monedas en los Casinos, en espera que se detengan los rodillos y les presente la alineación correcta en la pantalla, sin saber que desde el mismo momento que movilizó la palanca o presionó el botón, desde ese mismo instante su suerte está sellada, ya que los rodillos son virtuales y el resultado antes de detenerse, ya fue programado. Al parecer, es un símil de las actuaciones y promesas de los políticos.
Sé que existe el silencio vida; el silencio muerte; el silencio valiente y el cobarde; el silencio que se impone y aquel que te imponen, todos son silencios, ya sean de libertad o de muerte pero, silencios; silencio de amores y de olvidos; de ausencias y silencios por presencia, todos con sentido y otros que sabrá Dios por qué la existencia o presencia del mismo, como ocurre con este pueblo ante los devaneos indelicados de esta clase política.
Que iban a durar no sé cuántos años para no continuar dividiendo el país como si fuera una parcela agrícola o políticamente, pero que va, se les olvidó. Ya tenemos dos Santiago de los Caballeros y pronto lo pondrán a la par con Santo Domingo, aunque dudo que este último no lo continúen dividiendo territorial y políticamente.
Los deseos o ambiciones insaciables de dos “Líderes” en San Juan de la Maguana, ya ha engendrado una especie de arreglo para complacerlos a los dos: Una Provincia para uno y otra para el otro y San se acabó. Solo resta reconstruir el “Palacio” donde se albergaran los nuevos “representantes”; aumentar los gastos en su presupuesto para las “Obligaciones” políticas y clientelista de los nuevos “defensores” y todo en Paz, en silencio, mejor dicho, como siempre ha sido costumbre en este pueblo pendejo.
En tanto, por otro lado, tenemos a la siempre anhelada y querida por muchos, tan bella como sufrida y que muy a pesar de los abusos a la cual ha sido y es sometida, es preciada y admirada por encima del maltrato que recibe y aun así, continua siendo hermosa y fértil, siendo dichosa que aún no le han cambiado el nombre de, Constanza.
Hace unas semanas, hablamos de que en este país en cualquier momento y hora se podrían producir dos grandes explosiones, no necesariamente simultaneas pero si no se desconectan los interruptores de los explosivos colocados dentro de la llamada deuda externa-interna y en Constanza, no tengo duda alguna de que se producirán las explosiones.
Constanza ya es algo peor que el desorden organizacional en Bávaro, incluyendo que, la otrora llamada Colonia Kennedy es ya una Colonia Haitiana. Es, por otra parte, como si la intención primaria de convertir a Constanza en una referencia para el turismo de Montaña, se dirigiera principalmente a ofrecerle al turista una cantidad abrumadora de “colmadones”; lugares para fumar “Hookah” y un caos infernal de motoristas ebrios de osadías y desprecio por las leyes de tránsito.
Es lamentable que apenas en un par de lugares se pueda hablar de clase y dignidad, para un turismo que aparte del clima, desearía poder disfrutar de la paz se supone reina en ese bello valle. Continuaremos en la próxima para exponer el por qué la existencia de las condiciones para la explosión. ¡Sí señor!