Las cifras del sector agrícola ofrecidas por el gobierno, a través del Banco Central, suelen ser más optimista que la realidad. Se presenta al sector en franco crecimiento. La realidad o no, de los datos suministrados, lo verifica la población, como último eslabón de la cadena de consumo.

Es de todos conocido, las empresas creadas y registradas por funcionarios y amigos del Partido gobernante, solamente para la importación de rubros agropecuarios, en detrimento del productor nacional, ya sea con el ajo o papas de Constanza, las cebollas de Baní,  las apetecidas habichuelas de San Juan de la Maguana o la leche del Nordeste.

La agricultura del país es mayormente extensiva, y poco a poco está pasando a ser intensiva, como debe ser. Los cultivos intensivos que más se producen en el país, son los hortícolas y la floricultura, éstos requieren mayor inversión de capital en tecnología, aplicación de fertilizantes y sustancias químicas, para prevenir o combatir plagas y enfermedades, así como tener un mercado asegurado.

En las prácticas agropecuarias intensivas, los invernaderos llevan la delantera. Estas estructuras productivas, requieren materiales y equipos especiales como: ser instalados en lugares con condiciones climáticas apropiadas, adecuadas pendientes del terreno, disponibilidad de agua, cuidados rigurosos y excelente manejo técnico y administrativo. Los productores y empresarios de esta novedosa técnica de producción, hasta meses recientes, fueron muy exitosos en la expansión de éstos así como en la conquista de diferentes mercados a nivel nacional e internacional.

Su éxito, es el éxito del país, a pesar de la mezquindad de someter a la justicia, los promotores iniciales del proceso. Los propulsores y empresarios de los invernaderos, motorizaron la microeconomía en Constanza, Jarabacoa, San José de Ocoa, Villa Trina y otras comunidades y sus quejas, causaban poca o ninguna preocupación entre las autoridades.

Sin embargo, los beneficios de los invernaderos, atrajo empresarios desconocedores de la debida sanidad vegetal, pensaron solo en los altos beneficios del presente y descuidaron la sostenibilidad del agrosistema. En primer lugar, “aplatanaron” las estructuras de construcción, utilizando materiales con diferentes características como: luminosidad, resistencia a los vientos del lugar, estructuras de soportes frágiles y manejo inseguro, sin higiene fitosanitaria, utilizaron mano de obra no calificada. Bajo las condiciones señaladas, las autoridades olvidaron proveer la debida asistencia técnica a los productores y también olvidaron la debida supervisión y control. También olvidaron o descuidaron las recomendaciones fitosanitarias de Los Estados Unidos, quienes detectaron la presencia de la mosca del Mediterráneo que ataca frutas y hortalizas. Hoy no solo tenemos invernaderos construidos con materiales inadecuados, en fuertes pendientes, en laderas y riberas de los ríos y cañadas, sino que hoy tenemos un sistema productivo promisorio, en grave crisis y sin el debido y oportuno auxilio del gobierno. Realmente, dicha actitud gubernamental, resulta insólita!!!

Las autoridades siempre dicen al Señor Presidente Danilo Medina, que todo está bien!!! o como dijo el soldado al jefe, cuando fue a inspeccionar el chao militar: soldado, como está la yuca? el soldado, como sabe que no se puede criticar “chao”, contestó: como a mi me gusta señor, dura, jojota y amarga…

Aunque las importaciones representan un buen negocio para las empresas vinculadas con el gobierno, esta vez la sequía resulta ser una buena justificación para las mismas, pues hay que mitigar no solo la escasez de alimentos, sino que sus precios alcancen niveles inesperados.