Creo que el optimismo es la mejor manera de vivir, ¿para qué estaría todo el tiempo reclamando el cumplimiento de los derechos, alegando por la transformación del mundo, si pensara que no hay oportunidad para la bondad y el amor? pero, ya les he confesado que me cala el alma que pasen tantas cosas de horror. Hay días, que como dice la Canción de la Vida Profunda de Barba Jacob, la vida se nos complica…
“Y hay días en que somos tan sórdidos, tan sórdidos,
como la entraña obscura de oscuro pedernal:
la noche nos sorprende, con sus profusas lámparas,
en rutiles monedas tasando el Bien y el Mal”
“…hay días en que somos tan lúgubres, tan lúgubres,
como en las noches lúgubres el llanto del pinar.
El alma gime entonces bajo el dolor del mundo,
y acaso ni Dios mismo nos puede consolar”
Así estoy en estos días. Varios asuntos que duelen, duelen hasta lo indecible:
- El detonante de la tristeza que me embarga, fue la reciente matanza en Canadá, porque, aunque no conozco ese país, al menos en mi construcción imaginaria, se había convertido en el referente de hacia dónde deberíamos encaminarnos. Así que de alguna manera fue mover un cimiento en la confianza hacia la consecución de esa “otra humanidad posible”. Se supone que no fue un ataque terrorista, pero no deja de ser terrible
- ¿Cómo fue que una protesta contra al Assad, se convirtió en una guerra con grandes potencias matando y destruyéndolo todo en Siria? El Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, afirmó que la situación en Siria es “La peor catástrofe causada por seres humanos tras la Segunda Guerra Mundial”.
El gobernante Bashar al Assad, es un hombre que ha demostrado que puede masacrar a sus conciudadanos sin ninguna piedad; parecería que es un sanguinario cruel capaz de usar la violencia hasta el extremo. Eso no hace menos cierto que los “otros”, los que en su discurso expresan el deseo de “paz” y “protección” del pueblo sirio, están empecinados en aprovechar la situación para seguir explotando a las personas. Además de aprovecharse y quedarse con el petróleo, el gas y las vías de transporte terrestre. Las “potencias” quieren adueñarse de Oriente Medio por razones económicas, eso está suficientemente documentado. Llegar a “imponer democracias”, eso es un absurdo, un mito, un sinsentido, pero se ha convertido en la excusa perfecta. Al Assad es un componente de la situación, es cierto, pero lo cierto es que las potencias quieren adueñarse de sus riquezas, aunque signifique continuar destruyendo la humanidad.
- En lo que va de año casi una veintena de escuelas han sido masacradas en EEUU, con muchas muertes innecesarias y violentas, la mayoría por estudiantes. Eso habla muy mal del sistema educativo de ese país, que es capaz de generar tanta violencia. Y de la sociedad en general, que está asumiendo como una vía de resolución de sus problemas, agarrar un arma y disparar contra personas. ¿Recuerdan la matanza de 59 personas, en un Concierto en Las Vegas?
Hay tanta familia, amigas y amigos en ese país, que cuando pasan estas cosas, deja de ser un problema de “la potencia” y su venta de armas indiscriminada, para convertirse en el susto por gente querida, que está expuesta todos los días a la posibilidad de estar en un lugar “seguro” y vivir la tragedia.
- Que se informe que, en el Sur del país, inician sexualmente a las niñas como una forma de subsistencia de las familias y no sea un escándalo nacional. Y que en los meses de este año hayan muerto 43 recién nacidos-as en un solo hospital.
- Y todo lo relativo a la auditoría de la Cámara de Cuentas sobre la OMSA, que no fue un detectar irregularidades, debilidad financiera y descontrol interno de ese lugar. Es un acto que involucra y señala a todas las instancias estatales que tienen que ver con el manejo de los fondos públicos, es demasiado dinero, así que para poder hacerlo tuvo que trascender esa institución.
Y lo que me parece igual de terrible, es que ese informe de auditoría no haya motivado una respuesta social más contundente. Parecería que la corrupción está tan naturalizada, que no nos alarma, sorprende, asombra, impresiona, pasma, sobrecoge, desconcierta, choca y turba, que se informe oficialmente de un robo como este del dinero de toda la ciudadanía.
De verdad, yo quisiera un pueblo enojado, irritado, airado, furibundo, rabioso, exigiendo que todos los suplidores identificados en la auditoría y el funcionariado, a todos los niveles envueltos en el caso, devuelvan el dinero y paguen su crimen con las penas determinadas a estos delitos.
No es posible que impuestos internos nos persiga para cobrarnos en ocasiones el dinero de mal vivir, que las Edes nos cobren una energía eléctrica tan cara, que sigamos pagando la deuda externa de nuestros bolsillos en cada galón de combustible. Que nos obliguen a pagar por muchísimas otras vías que tiene el Estado impuestos, tarifas y tasas. Y que veamos correr la llave abierta del desorden, la corrupción y la impunidad. Que paguen los culpables y que el dinero del pueblo tenga destinos más dignos que enriquecer a particulares.
Estos puntos son una breve muestra de porque estos días están pesando en el alma. Concluyo con un ruego porque el ejercicio del poder, se convierta en el ejercicio de “poder” hacer un mundo habitable, donde nadie necesite tanto dinero y perversidad para sentirse realizado. Pero si resulta que les pase y consideran que la forma para lograr su objetivo es robando desde posiciones públicas, vendiendo armas sin regulación que hace posible que se produzcan matanzas personas al azar (sé que hay otros factores sociales) o porque tengo que seguir haciendo ricos a los dueños de la industria armamentista, y tengo que adueñarme de los territorios de otros países, continúo llevando guerra y destrucción por el mundo; que haya un pueblo que no lo permita.