El pasado día 12 de agosto recibí en hora de la tarde una llamada que me impacto, emocionalmente, cuando nuestra amiga y compañera de programa Anel Comprés, nos comunicó, ya se nos fue Dulce.
Dulce Jimenez, una joven brillante, proveniente de una familia muy humilde, la conocí en los años 80, cuando iniciamos junto a los periodistas Arcadio Benito Rojas, Berny Reyez, Ramón Avelino Tejada (fallecidos), Nicolás Arroyo Ramos, Florencio Manuel Tejada, Ramón Romero, Isidro Silva Cabreja, entre otros, un proceso para la afiliación del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) y de la Asociación de Cronistas Policiales (ACROPOL), instituciones a las cuales servimos como Asesor.
Nuestra querida Dulce, joven inquieta, emprendedora y con una gran vocación de servicio y superación, concluye sus estudios como licenciada en contabilidad y se da cuenta de que tiene otras cualidades que desarrollar, por lo que continúa sus estudios hasta lograr obtener el título de licenciada en comunicación social.
Siempre fue una mujer muy reservada, sincera, servicial, integra y durante todo el trayecto de su vida, se mantuvo apegada a los principios éticos y morales, llegando a granjearse el cariño y aprecio de todos sus conciudadanos, que siempre le admiraban y respetaban.
Dulce Jimenez, luego de luchar animadamente y conscientemente con un cáncer de mama que posteriormente le hizo metástasis, partió de esta vida terrenal, dejando el mejor legado, sus tres hijos, dos varones y una hembra, a los cuales jugando el papel de madre y padre a la vez logró impulsarlos y educarlos de una manera decente, porque siempre me lo decía, que ellos eran su vida y todo lo que hacía era para lograr educarlos para que fueran como lo son, un referente en nuestra sociedad.
Nuestra apreciada amiga, Dulce a quien le agradezco el que me haya tomado en cuenta para trabajar a su lado en el programa de televisión Diversidad Informativa, que se difunde por TNE canal 58, junto a la periodista Anel Comprés, la llevaré siempre y la recordaré por toda la eternidad, por ser como fue, pero más aún por haber ejercido un periodismo honesto, imparcial, sin manchar su hoja de servicio, ni dejar arroparse por las tentaciones de los grupos de poder político en los diferentes gobiernos, como siempre ocurre desgraciadamente en nuestro país.
No me despido de ti Dulce, porque sé que tarde o temprano, nos volveremos a reencontrar al lado siempre de nuestro dador el Todopoderoso. Paz a tus restos.