El Pacto Migratorio Global promovido por la Organización de las Naciones Unidas, es parte de la meta 1O.7 de la Agenda 2O3O para el Desarrollo Sostenible, y mediante la firma de este, los países se comprometen a cooperar eficazmente para la facilitación de las migraciones que la ONU llama “ordenadas, seguras, regulares y responsables”. El texto del pacto está compuesto por 23 principios generales a los cuales cada país hace un compromiso de respeto en su política migratoria.

Aunque en la República Dominicana la mayor parte de la ciudadanía se cerciora del pacto en estos días, hay que decir que este se viene ventilando desde hace un buen tiempo, pues la Asamblea General de la Naciones Unidas del 19 de septiembre de 2O16 conoció los principales temas con relación al mismo. Allí se reconoció que los asuntos sobre el particular [refugiados y migrantes] ameritan de gran atención en la agenda internacional.

En su declaración final, la Asamblea dedicó el Anexo II a establecer un proceso de consulta y negociación intergubernamental con el propósito de llegar al Pacto Mundial para una Migración Segura, Regular y Ordenada a firmarse en este año 2O18. Pero, aunque se afirma que el pacto no será vinculante, el mismo, ha generado gran rechazo en sectores nacionalistas y patrióticos, llevando incluso a la división interna en los países que lo rubricarán por lo que la ONU ha tenido que declarar, que el mismo no es ni favorable ni contrario a la migración; sin embargo, nosotros entendemos que en la redacción de su texto, no se han ponderado las realidades de cada Estado por separado. Sólo hay que preguntarse; ¿en que ayudaría tal pacto, a los Intereses nacionales de un país como la República Dominicana que cuenta con un vecino con las características económicas, sociales y políticas de Haití?

El Gobierno de la República Dominicana, aunque ya se había mostrado de acuerdo con las propuestas de la ONU sobre el pacto y sobre el cual, recientemente se había pronunciado el Ministerio de Relaciones Exteriores a través de su Viceministra para Asuntos Consulares Migratorios, Marjorie Espinosa [quien luego afirmara que fue sacada de contexto], en el sentido de que la firma del pacto por parte de la República Dominicana “era un hecho”; ha anunciado que no se sumará al pacto y que no participará en la Cumbre de Marrakech donde se llevará a cabo la adopción formal, los próximos días 11 y 12 del presente mes.

El Pacto, con su texto tan controvertido, definitivamente es una ofensa a la soberanía de los Estados y así ya lo han proclamado un número de países que va en aumento, como son Estados Unidos, Hungría, Australia, Israel, Polonia Eslovaquia, República Checa, Austria, Italia, Suiza, Estonia, Lituania, Bulgaria, República Dominicana, Chile, entre otros que se siguen sumando a este rechazo, pues ni siquiera se establece en el texto del Pacto, ninguna diferencia entre migrantes regulares e irregulares.

En Bélgica, donde existe un Gobierno cuadripartito, se ha llegado a una crisis que algunos entienden que romperá con el poder gobernante, pues ante la aceptación del primer Ministro Charles Michel, de rubricar el Pacto Migratorio de la ONU, han presentado su renuncia, cinco ministros que habían dado un ultimátum sobre el fin del Gobierno si acude a Marrakech. En Francia existe actualmente el peligro que representan las protestas que se vienen escenificando en las calles por diversas exigencias que tienen que ver con los precios de los carburantes; a esto se suman las protestas de los nacionalistas que se oponen al Pacto Migratorio de la ONU.

Y es que la realidad política, social, geográfica y migratoria no es la misma en todos los Estados, por lo tanto, a todos no se les puede exigir que se obliguen al cumplimiento de normativas internacionales que afecten significativamente sus Intereses Nacionales, imponiendo compromisos políticos que afectan la soberanía de los Estados. Por eso, con sobrada razón, la mayoría de sectores dominicanos ha rechazado abrumadoramente las intenciones que tenían las autoridades, de sumarse a esta iniciativa internacional, a todas luces fatal para el futuro de nuestra existencia como Estado libre y soberano, así como para la identidad del Pueblo Dominicano, por lo que saludamos fervientemente la actitud del Gobierno de reconsiderar y revertir su decisión, para en cambio, no asistir a Marruecos a dar su visto bueno al pacto.

En tal virtud, es que debemos felicitarnos como Nación por el interés mostrado para que no se comprometiera la soberanía nacional en este pacto, lo que sin su oposición al mismo, no se hubiera logrado; y hacemos voto porque la Patria Dominicana reciba siempre el respaldo de todos los buenos dominicanos, de manera que todos salgan al frente cuando ella lo demande, exigiendo del Gobierno su puesta al frente en su defensa.