La economía de exportación de servicios ha pasado por varias etapas. Una larga y socialmente costosa transición de una década (1980-1990), de auge (1992-2000), un tercer período de declinación (2001-2009) y finalmente lo que parece ser una reestructuración a partir de 2010 (Gráfico 1). El período de transición así como la etapa de auge del sector fue discutido brevemente en el segundo artículo de esta serie http://acento.com.do/2016/opinion/8370779-1900-2000-crecimiento-economico-pobreza-desigualdad-e-inamovilidad-social/).

Sobre la etapa de auge en la década del noventa, baste indicar tres características:

  1. Las reformas neoliberales (privatización y liberalización) no explican ni el crecimiento económico y ni el dinamismo de las exportaciones. En efecto, la reestructuración de los ingresos de divisas fue en la década del ochenta y las reformas fue en el noventa una década después. Las reformas fiscales se aplicaron entre 1990-1996 y la liberalización y privatización entre 1996-2000. Estas reformas sirvieron para desmontar la institucionalidad de la sustitución de importaciones, pero no afectaron a los sectores dinámicos de exportación.
  2. El auge exportador se asoció a factores externos al país: el dinamismo de la economía de EEUU durante el Gobierno de Clinton que alcanzó un crecimiento de 3.8% anual. En esa década cada 1% de crecimiento de EEUU provocaba 1.81% de crecimiento en la economía dominicana. Otro factor internacional que favoreció fue la garantía de acceso al mercado a los EEUU a través de diferentes iniciativas del gobierno de EEUU a condición de usar materias primas de ese país.
  3. En lo interno el factor más importante fue la subvaluación del tipo de cambio durante la mayor parte de la década del 1990 (Gráfico 2).

La década del 2000 se inicia con el desplome de la participación de las exportaciones de bienes y servicios en el PIB, esta situación se asocia a factores externos y a factores internos.

Entre los factores externos están:

  1. Crisis económica en EEUU del “punto com” en 2001 y 2002, lo cual creó un ambiente recesivo.
  2. El atentado del 11 de septiembre de 2001 que alteran los sistemas de seguridad a nivel mundial y crean un nuevo escenario de guerra con las implicaciones en materia de costos humanos y de recursos.      
  3. La entrada de China a la OMC el 11 de diciembre de 2001 que modifica el escenario internacional de comercio, creando un potencial competidor para RD con gran capacidad productiva, en una situación donde “volumen mata distancia”, es decir, el bajo costo unitario para producción uniforme “mata” la cercanía al mercado de EEUU.
  4. El desmonte del Acuerdo Multifibra el 1 de enero de 2005, lo cual acabó con gran parte la industria de confecciones de zonas francas, especialmente en el Cibao y significó una pérdida de más de 30 mil empleos.
  5. La crisis de 2008-2009 a nivel mundial, que llevo a EEUU y a los países de la OECD a tasas de crecimiento negativas y a tasas de desempleo abierto en EEUU del 10% en 2010.

Estos factores externos a la economía dominicana se combinan y determinan una reducción del crecimiento económico de EEUU en la década del 2000 equivalente a la mitad de la década anterior y en los países de la OECD el crecimiento cae en un 40%.

El DR-CAFTA

Hay que mencionar como un factor potencialmente positivo la entrada en vigencia del DR-CAFTA el 1 marzo de 2007. Este acuerdo era OMC-plus, es decir la normativa de la liberalización de la economía era más profunda de la alcanzada en la Organización Mundial de Comercio (OMC). El Estado Dominicano, para poder adherirse a las negociaciones y capturado por el sector de zonas francas renunció a la negociación de las disciplinas comerciales, lo cual implicaba abandonar la discusión de los temas de desarrollo y concentrarse básicamente en las listas de desgravación. Limitar las negociaciones a las listas de desgravación supone que en términos prácticos las diferencias de desarrollo económico entre EEUU y RD eran un problema de tiempo y no de estructura económica e institucional, de forma que al cabo de 20 o 25 años después de entrada en vigencia, cuando se hubiesen vencido los plazos de desgravación, ambos países podrían competir en igualdad de condiciones con las mismas reglas como si tuvieran una estructura económico e institucional similares. En pocas palabras, el esquema de negociación adoptado implicó abandonar el enfoque de desarrollo. El alcance de esa forma de negociación impactará en el desarrollo dominicano en el largo plazo.

Finalmente, y aunque suene como una arrogancia de la profesión, hay suficiente literatura económica que indica claramente que el enfoque de desarrollo no es un tema trivial en las negociaciones comerciales, sin dejar de reconocer que muchas veces se imponen realidades de poder, pero por lo menos se debieron calcular las consecuencias de las decisiones que se adoptaban.    

A pesar del enfoque de las negociaciones en el DR-CAFTA, cabe señalar que una década después de implementado el resultado comercial ha sido catastrófico para RD. Las exportaciones dominicanas hacia EEUU están prácticamente estancadas. En 2005 se exportaban US$5.6 mil millones y una década después (2015) era la misma cantidad, mientas los demás países de la región aumentaban sus exportaciones a EEUU en 1.41 veces en el mismo período.

¿Qué factores explican este retraso de la Republica Dominicana? Si los factores externos afectan por igual a los demás países y los otros tuvieron mejores resultados que los dominicanos, cabría preguntarse ¿qué explica el declive de la relación exportaciones-PIB? Hay que referirse a factores internos. Estos se pueden resumir en:

  • La falta de competitividad sistémica, es decir, la debilidad del ambiente institucional, la administración pública y la ineficiencia de la economía general por falta de mercados competitivos que se traducen en costos a nivel de las empresas. En efecto, la institucionalidad, la ineficiencia del estado, la calidad del gasto público y el clientelismo siguen igual o se han agudizado en los últimos 20 años: el problema eléctrico no se ha resuelto, los problemas de transporte se han agravado, el sistema político se ha deteriorado, el exceso de costos públicos y la ineficiencia se ha institucionalizado, se han profundizado las estructuras monopólicas de los mercados, las Altas Cortes han sido cooptadas por la corporación política oficial, dejando sin árbitros a la sociedad dominicana; entre otros factores que se convierten en costos para la economía. Quizás la expresión más exaltada del deterioro institucional fue que en 2002 se compró una reforma constitucional para la reelección y 13 años después, (2015) se vuelve a comprar una reforma constitucional para otra reelección.
  • El impacto del tipo de cambio. El gráfico 2, muestra la evolución de un índice de sobrevaluación o subvaluación del tipo de cambio por etapas del modelo de acumulación dirigido por las exportaciones de servicios. El gráfico 3, asocia este índice con la participación de las exportaciones de bienes y servicios en el PIB real.  Se aprecia que hay una relación negativa, es decir a mayor sobrevaluación menor proporción de exportaciones en el PIB. Se aprecian además 4 cuadrantes, cortados verticalmente por el tipo de cambio de referencia (2002) y horizontalmente por el valor esperado de la participación de las exportaciones de bienes y servicios en el PIB, dado el tipo de cambio.

 

El cuadrante sur-este es la situación peor pues indica los niveles más bajo de participación de las exportaciones en el PIB y de mayor sobrevaluación del tipo de cambio.  La nube de puntos que están en ese cuadrante son todos de la década del 2000 y todos los años de esta década con excepción 2003 y 2004 indican un peso sobrevaluado. De manera que, si los factores externos afectan por igual a todos los países y hay una diferencia marcada en el resultado exportador entre los países y si la competitividad sistémica está igual o ha empeorado, entonces uno de los factores que marca la diferencia en el resultado exportador es el comportamiento del tipo de cambio.

Impacto del tipo de cambio

La devaluación que generó el rescate bancario en 2003-2004, además de provocar una gran inflación, tuvo el efecto de impulsar las exportaciones de bienes y servicios, aumentando la participación de estas en el PIB real. Sin embargo, había que estabilizar la situación macroeconómica frenando la inflación (los cambios en el nivel de precios) y la devaluación. Para ello había que continuar la política de retirar dinero de la circulación a través de las operaciones de mercado abierto. La pregunta era ¿hasta dónde llegar? ¿Cuál debería ser el tipo de cambio, que desmontara los factores especulativos cambiarios pero que mantuviera los precios relativos y la competitividad de las exportaciones?   

A lo largo de 2003 y 2004 los precios relativos se habían modificado. El salario mínimo de las empresas del sector privado no sectorizado, del turismo y de las zonas francas industriales aumentaron 2 veces en 2003 (marzo y octubre del 2003) y 2 veces más en 2004 (enero y noviembre) en respuesta al proceso inflacionario y a la devaluación. Es decir, los precios relativos de la economía se fueron ajustando al comportamiento de precios líderes, en este caso el tipo de cambio y en menor medida los salarios.

En el primer semestre de 2005, la política de revaluación del tipo de cambio nominal del Banco Central llevó el precio del dólar a RS$29, mientras que el precio compatible con el poder adquisitivo interno manteniendo la paridad del 2002, previo a la crisis financiera era de RD$34 y el tipo de cambio que compensaba los aumentos del salario nominal para los exportadores era de RD$32. El gráfico 4 muestra el tipo de cambio nominal observado y nominal de paridad que garantizaba mantener los precios relativos estables.

El sobreajuste monetario ha conducido a un tipo de cambio sobrevaluado durante gran parte de la década del 2000, lo que determinó que frente a un escenario internacional recesivo y a un deterioro institucional creciente (menoscabo de la competitividad sistémica y aumento de costos) las exportaciones dominicanas perdieran dinamismo y cayeran como porcentaje del PIB.  

En resumen, en 2005 hubo un sobreajuste monetario que redujo en exceso el tipo de cambio, en un contexto de nuevos precios relativos, lo cual provocó una pérdida de competitividad del sector exportador, dado un entorno internacional adverso. La política monetaria siguió siendo restrictiva a lo largo de la década mediante el uso de operaciones de mercado abierto que literalmente “fijo” el tipo de cambio en una situación donde todos los demás precios de la economía se movían y los costos institucionales estaban fijos o crecían, lo cual condicionó a que la única alternativa para sostener la competitividad fueran los ajustes del salario real. Al tiempo que crecía la deuda del Banco Central lo que supone que en el futuro habrá que restarle recursos al financiamiento del desarrollo para cubrir el déficit cuasi fiscal. Es decir, la política monetaria restrictiva sobrevaloró el tipo de cambio, generó una pérdida de competitividad de las exportaciones, reforzó el bajo salario real y acumuló un déficit cuasifiscal que distraerá recursos para financiar el desarrollo y la calidad de vida de los dominicanos y dominicanas.    

La semana que viene seguiré discutiendo otros aspectos de lo acontecido en la década del 2000.

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