Emigdio Matos, mi cuñado loyolista Beki, es el presidente de la junta de vecinos de San Mateo, una comunidad de la ciudad de Weston, Florida. Francisco Peña, es ingeniero esposo de mi prima Maribel, miembro de la junta de vecinos del Ensanche Naco. Separados por el Atlántico, ambos están trabajando por el bienestar colectivo de la comunidad donde viven. De común también tienen un enfrentamiento con empresa telefónica, pero con diferencia bastante grande en los medios disponibles para vencer prácticas comerciales irresponsables.
En San Mateo, hace dos años una compañía recibió la autorización de la junta vecinos para hacer los trabajos de instalar fibra óptica y abrir la competencia con la proveedora que tenia la exclusividad. Lo hizo con calidad que complació a los vecinos y motivó a varios a contratar sus servicios. Recientemente, otra que ya tenía su cableado subterráneo, decidió instalar también su fibra. La comunidad aprobó, pero han quedado a deber. Reporte de daños: no dieron mantenimiento a los cuadros de grama que pusieron para reponerla, se secaron y no sirven; “crackearon” algunos pavimentos de garajes al pasar por debajo el cable y, además, no borraron las marcas en el asfalto que indicaban donde se iban a colocar las cajitas de distribución.
Esto es complicación de paloma bromista o esfínter flojo en el Parque Colón si se compara con la situación de los propietarios de la Torre Came, en Naco. Francisco y sus vecinos fueron sorprendidos por los trabajos de instalación de una torre de señal de celulares en la azotea del edificio de al lado. Sorprendidos. Un palo acechao que está tácitamente prohibido por la Ley de Medio Ambiente en su artículo 43, que establece la autorización de licencias ambientales debe garantizar “la participación ciudadana y la difusión correspondiente”. La foto de la manifestación de los propietarios frente a la unidad que se disponía a continuar los trabajos, es prueba contundente de que mensaje claro no hubo intención alguna de dar; que manejo turbio se usó para burlar ese procedimiento, interpretando a su manera los ciudadanos a conquistar para, en contubernio, cometer perjurio en la documentación entregada a las autoridades ambientales.
Beki me cuenta que como Presidente de la comunidad de San Mateo, presentó la queja por los daños provocó la telefónica a la compañía responsable de administrar las propiedades. Esta contactó la empresa, vía la alcaldía de Weston, para que su representante que explicó serían mínimos y cubiertos, volviera a evaluar la situación. La comunidad también tramita directamente su queja formal. Estos dos frentes contra una empresa que acaba de hacer inversiones para atraer a los mismos clientes que están mandándole fuego, tiene confiados a los residentes de respuesta positiva en los próximos días. San Mateo seguirá así siendo una comunidad donde los residentes y todo el que viene a ofrecer servicios, de esa u otra naturaleza, respetan las reglas y regulaciones aprobadas en sus estatutos.
En Naco, ya quisieran tener esa suerte. En una reunión de emergencia en la Torre Came, unos abogados expertos en el tema explicaron el proceso legal urgente para evitar la conclusión de los trabajos de la antena de celulares. Detenerla ahora a medio talle, impedir que se termine al amparo de permiso consiguió con sus argucias, es vital. Si acaban es hecho consumado y el camino torna cuesta arriba en rodillo de medio uso. Se explicaron los costos que llevaría el proceso, las experiencias con casos similares en que han intervenido y las probabilidades de que la telefónica abandone por la resistencia de los vecinos al proyecto, para no quedar expuesta por prácticas claramente violatorias de las disposiciones legales. La colecta empezó, son eventos para los que no se establecen reservas en las cuotas de condominio, de manera que hay que recurrir a una extraordinaria. Inquilinos de la torre donde se instalaría la antena de celulares, que no fueron consultados por dueños firmaron documento poco claro en sus detalles y alcance, también se han unido a esta lucha por evitar otro de los desmanes que a diario recibe esta comunidad.
A diferencia de esa zona de la Torre Came y, en realidad, en todo el Ensanche Naco, San Mateo no conoce de corporaciones de gran nombre y CEO de fama mundial que canta "Las Mañanitas", con agallas para sorprender con instalación de equipos peligrosos. Tampoco de negocios de comida y bebida en cada esquina, que se roban las aceras, colmadones con delivery de motores ruidosos, vendedores informales bullosos todo el día, guagüitas anunciadoras, decenas de tarantines vender frutas o paleteras de inmigrantes haitianos, que pagan peaje o trabajan para oficiales de la policía; predicadores que tocan el intercon sábado en la mañana o “limpiabotas” adultos con facha de atracadores, que pasan tirando fotos a carros estacionados para vender información o compartir con socios malhechores que faciliten robar retrovisores, llantas de repuestos o cualquier otro accesorio.
Un “No Soliciting” en la entrada de la comunidad le evita a San Mateo ese pandemónium. Los residentes entran por una puerta y un palo o barrera flexible, que eliminó la molestosa práctica del “tailgate”, que responden al sticker de sus autos. Los visitantes prueban que lo son, cuando desde una casa de la comunidad se le permite el acceso por un intercom que abre la puerta a este residencial de clase media.
En la Torre Came los apartamentos rondan en promedio los 400 mil dólares, en San Mateo las casas por los 300 mil. En la cuota para administración de condominio, también es mayor el pago que se hace en la torre de Naco: 250 dólares contra los 138 que paga cada una de las 238 casas de la comunidad. Los impuestos a la propiedad son similares, con la diferencia que los de San Mateo no van a una cuenta única del Tesoro que reparte bienes públicos a todas las comunidades. Naco no recibe contraprestación especial por pago impuesto a la propiedad inmobiliaria; San Mateo, en cambio, tiene una de las escuelas públicas de secundaria mejor rankeadas de La Florida.
Ver la forma que este tipo de residenciales aceptan cumplir un conjunto de reglas y regulaciones de lo que consideran hace la convivencia más armoniosa, es un ejemplo digno de imitarse. No son reglas uniformes para todas las comunidades de Weston. En San Mateo, por ejemplo, se exige que el residente deba tener licencia de conducir, porque las asignaciones de estacionamientos y el sticker de residente están vinculados a vehículos con dirección en la comunidad. Las horas a las que hay que acabar una fiesta son menos estrictas que en otras, pero los plazos para actuar contra morosos que no pagan las cuotas de mantenimiento son fatales. Esto porque el pago es de menos de 5 dólares diarios para mantenimiento de las aéreas comunes, que incluyen una piscina y un parque infantil con vigilancia por cámaras de seguridad.
Beki tiene un trabajo demandante con la misma compañía que lo trajo de New Jersey a Miami, pero desde el primer momento brindó su apoyo a la comunidad. Desde hace dos años se unió al consejo de administración, que ahora preside, y disfruta ser parte de quienes dan este esfuerzo extra que, aunque no remunerado en plata, les da la gran satisfacción de contribuir con el nivel de calidad ejemplar de vida que disfruta el residencial. Por eso Marylil, su esposa, no tuvo ninguna aprensión cuando solicité que la pequeña Lilita de seis años, como antes había hecho su hermano mayor Juane, me completara el tour por las aéreas comunes y todo San Mateo. Ella fue mi guía en su bicicleta, que monto con su casco protector y estacionó frente al parque infantil, donde a ninguna se pone candado.
El deterioro de Naco, de otros ensanches del Polígono Central y, en general de cualquier comunidad, es posible detenerlo con juntas de vecinos que se decidan actuar de manera conjunta contra la ola de depredadores criollos e importados de la calidad de vida. Boicot a negocios e informales abusadores, contratación seguridad privada y asedio a las autoridades para que cumplan su deber, son pasos urgentes en ese sentido. San Mateo no es utopía o posible solo en países ricos. Villas Claudia, detrás de Carrefour, lo desmiente. Francisco, en Naco, está haciendo lo suyo con la cruzada contra antena. Que no quede como llanero solitario y cada uno se disponga a enfrentar al depredador de su cuadra. Hay esperanza en cada ensanche, no tiremos la toalla.