A nadie puede sorprender que el presidente Danilo Medina quiera construir una o varias obras importantes para la provincia San Juan porque nació en esa localidad y ahí estudió hasta el bachillerato.
Aparentemente la obra que más necesita esa provincia es la construcción de una carretera que le abra paso directo hacia el Cibao, a través de Monción o de San José de las Matas, para luego llegar a Santiago.
Todo un movimiento social se ha levantado para que el gobierno construya esa obra y el presupuesto de este año le asignó 350 millones de dólares (14,000 millones de pesos) que se supone se invertirán en estudios, diseño y las primeras acciones sobre el terreno.
El ministro de Obras Públicas, Gonzalo Castillo, ya anunció que durante este año será licitada esa vía que cruzaría de norte a sur la cordillera Central.
En República Dominicana se continúa construyendo entre montañas haciendo gigantescos movimientos de tierra que a su vez provocan una continua y ascendente erosión de suelos que en el caso de San Juan y Monción iría directamente a sedimentar represas de vital importancia para los sistemas de acueductos e irrigación de terrenos llanos.
El mayor daño ambiental no sería la destrucción de bosques altos para dar paso a la nueva vía, sino abrir la cordillera para que se llene de casuchas, se masifiquen las labores de tumba y quema, tráfico de madera preciosa, leña y carbón, la cacería y otras actividades humanas que ahora son muy limitadas precisamente porque no hay carretera que facilite la circulación de vehículos.
Hasta donde he visto, nadie ha dado una explicación puntual de la importancia social y económica de la carretera, pues no basta con decir que uniría esas dos plazas comerciales y acortaría distancia entre dos grandes ciudadanes.
¿Es Santiago el mercado natural de San Juan? ¿Es San Juan el mercado natural de Santiago? Lo dudo mucho.
A mi humilde entender, el principal mercado de San Juan es la ciudad de Santo Domingo y luego le sigue en importancia Puerto Príncipe, Haití.
Mirar para el Cibao o para Barahona en busca de mercados es una distracción si se piensa vender grandes volúmenes de granos y ganadería de los que el valle de San Juan puede ser una potencia.
Lo que necesita San Juan no es una carretera que le sedimente más la presa de Sabaneta y amplíe el delta de los ríos San Juan y Mijo en el valle, sino un cuidado extremo de su cuenca alta, mayor reforestación y la introducción de nuevas prácticas de cultivo que impliquen la conservación del suelo y la limpieza de sus fuentes de agua.
Más que una carretera hacia el Cibao, lo que San Juan necesita es que el gobierno impulse una agricultura vigorosa en ese valle, facilite la exportación de granos y bulbos hacia todo el Caribe, que los está demandando y ahora suple sus necesidades con producción de Asia y Suramérica.
San Juan sería beneficiada si en su territorio el gobierno establece una escuela de agronomía y veterinaria que podría acoger a miles de estudiantes dominicanos y haitianos, los que al completar sus estudios serían un soporte fundamental para ampliar la producción de República Dominicana y recuperar la de Haití como la forma más segura de alimentar a 20 millones de personas en la Isla de Santo Domingo.
Otra línea que podría contribuir al progreso de San Juan sería estimular el establecimiento de procesadoras de granos y frutas para fomentar el empleo y dinamizar el comercio con Haití.
Utilizar este año 14,000 millones de pesos para iniciar una carretera Cibao-sur que no se sabe en cuantos años se van a recuperar parece más un absurdo que un acierto y de realizarse, esa obra puede convertirse para Danilo en lo que fue el Metro para Leonel: una disentería de fondos públicos provenientes de préstamos para una obra que no solucionará ni en una décima parte los problemas más importantes de los supuestos beneficiarios.
La única diferencia entre el Metro de Leonel y la carretera de Danilo es que el primero nadie lo quería salvo el que lo soñó, los que lo construyeron y quienes vendieron sus componentes, mientras que la nueva vía la demandan amplios sectores de San Juan movidos por los más variados intereses.
Como el presidente Medina es una persona con capacidad para escuchar, ojalá analice a fondo con sus técnicos qué es lo que más le conviene a San Juan para invertir ese dineral sin que se convierta en un derroche inútil.