(Apuntes para un manual de sociología barata)

Perfil de los Directores

Laura Guzmán.

“Laura Amelia Guzmán nació el 7 de mayo de 1980 en la ciudad de Santo Domingo, República Dominicana.

Guzmán se graduó de La Escuela de Diseño Altos de Chavón de Bellas Artes y Fotografía y expuso su trabajo en exposiciones fotográficas. Posteriormente asistió a la Escuela de Cine y Televisión en Cuba para especializarse en fotografía.”

Israel Cárdenas

“Nació en Monterrey, Nuevo León; México en 1980, es un director, productor, guionista y editor mexicano. Ha dirigido películas como Cochochi (2007), Jean Gentil (2010), ambas premiadas en Venecia. También el documental Carmita (2013) y Dólares de Arena (2014), ganadora de una Mención Especial de la sección de Largometraje Mexicano.”

Vida profesional de la pareja

“Desde 2004 trabajan junto. Han dirigidos diversas obras, dos de ellas participaron en el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM): Cochochi (2007) en el 5º FICM y Dólares de Arena (2014) en el 12º FICM, este último tuvo su debut en Toronto y obtuvo premios en Ceará, Morelia y La Habana.”https://en.wikipedia.org/wiki/Laura_Amelia_Guzmán_and_Israel_Cárdenas

Reparto

“Algenis Pérez Soto, Ettore D’Alessandro, Laura Gómez, Ricardo Ariel Toribio, Riccardo Bardellino, Gerardo Mercedes, Jalsen Santana, Oscar Carrasquillo.”

Sinopsis

Cisco regresa a casa en República Dominicana después de cumplir una injusta condena en una prisión norteamericana. Su madre es alcohólica, está delicada de salud.

Nichi  fue una promesa del boxeo italiano, vive exiliado cerca en un barrio de Santo Domingo, y la única forma de conseguir dinero es poniendo a pelear a Cisco. Ve en él un diamante en bruto a quien debe pulir para saldar las deudas ocasionadas por su adicción a las apuestas. Nichi decide entrenar a Cisco como boxeador, durante el proceso, poco a poco, descubre que la redención en el juego es para ambos. Hay que llegar a la pelea final y cumplir el sueño dentro del ring.”

Dirección

Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas.

Guionista

Ettore D’Alessandro.

Género:

“Drama social-deportivo-humano”

Comentario crítico

Sambá es una película eficiente. Bien realizada. El film presenta un buen nivel profesional. Hay una sola unidad estructural y dramática: “El entorno marginal”

Las interpretaciones son creíbles. En general, las actuaciones se ven orgánicas. No se aprecia ningún personaje sobre-actuado, defecto muy común en el cine actual dominicano. Como parte del recurso de actuación, se Sugerente o dosifica el tiempo interno-externo de la trama, buscando en el suspenso hacer más denso el mundo interior del personaje principal.   

No sé por qué y para qué se escogió una mujer en el rol del personaje que interpreta Laura Gómez, ¿para justificar la mamada que le da al boxeador novato-empírico?

El tratamiento cinematográfico que se le da al film evita que el mundo “marginal” de personajes marginales se dramatice usando el recurso estereotipo. Lo actoral dramático es mínimo, tal vez para evitar la exageración en la interpretación.  El todo está supeditado a un film de planos secuencias. Por lo regular, los diálogos no son extensos.

Sin embargo, es preciso hacer algunas acotaciones que de momento le restan profundidad al guión y a la trama.

En sentido profesional se siente un desnivel dramático de la interpretación entre el personaje que interpreta Laura Gómez, Ettore D’Alessandro y los demás actores. No es que una actuación se vea profundamente mejor que otra, es que la dirección de actores no está igualada.

Desde que “Sambá” inicia, no hay la menor duda de que los directores apuestan a un lenguaje cinematográfico donde “el plano secuencia”  es un protagonista simbólico. Lo confirma el tratamiento del color,  los planos  fotográficos y el montaje. Ese todo acentúa la atmósfera del film.

Como dramaturgo y director de teatro, puedo decir que la puesta en escena debe cuidar o nivelar lo formal-intelectual y la estructura emocional del espectáculo.

¿Y qué decir de la estructura formal o intelectual de la película Sambá?

Lo formal abarca todos los elementos implicados en la realización: guión, dirección, fotografía, interpretación, música, montaje y tratamiento pos-producción.

En “Sambá” fotografía, musicalización y montaje van de la mano porque es un drama donde los efectos  sonoros y visuales deben ser sugerentes en sí mismos y estar límpidamente colocados.

La fotografía no se conforma con ilustrar, va más allá, hurga de forma poética en lugares emblemáticos de la ciudad de Santo Domingo. La fuerza del color es más que un plano secuencia, ayuda en el ritmo de la trama.

En el drama “Sambá” la música es casi inexistente, es un elemento del contexto, aparece de forma exigua. Es la “Musicalización” puntual en el detalle que aparece como “efecto-texto”, marca ritmo, conflictos, le da credibilidad al panorama “drama-marginal” de la película.

Ni músicas ni musicalización se usan para manipular los sentimientos del espectador. Se  colocan como elementos simbólicos, suspenso “familiar-boxístico.”

La locación o espacio escénico es parte de la trama. Bien elegidos y fotografiados, se integran y enriquecen  la marginalidad violenta del film. No hay un elemento en la dirección de arte y locaciones que no esté integrado a la veracidad de la historia.

La trama. La forma en cómo está montada la acción o las secuencias escénicas, no indaga en el flash back, en los recursos no lineales del tiempo cinematográfico,  o en otros elementos de post-producción. Lo que se da, es un excelente montaje integrador, profesional; que aporta belleza y eficiencia a la estructura del montaje.

La distribución dramática está localizada en una serie de planos singulares que van de la casa al ring de boxeo, del plano amplio al plano cerrado. El objetivo es claro: narrar lo grande y lo pequeño como parte de un contexto donde lo circunstancial es tragedia y aplasta.

En el drama “Sambá” todo está claramente delineado, o sea: la situación o escena, los personajes y sus características, los límites, el espacio entre la acción visual y verbal.

La trama es el tema del boxeo. La sub-trama está más allá. En los detalles sub-trama subyace el contexto deportivo-marginal: la usura, el juego, el engaño y la violencia. La atmósfera simbólica del drama es un lupanar donde dinero y codicia relegan la condición humana a la sabia mirada del filósofo  Ortega y Gasset: “yo soy yo mis circunstancias.” Es en ese callejón sin salida está atrapada la situación de una familia “pobre,” contaminada de silencios resentidos.

En el lenguaje cinematográfico de la película dirigida por la pareja de esposos Laura-Israel: los planos, el tiempo, el drama y la narrativa visual son parte de un diseño que se integran de forma coherente: El espacio no tiene desperdicio en lo que cuenta.

¿Y qué decir de la estructura emocional de Sambá?

Desde el guión, hay una situación que no convence: un cierto desnivel en los paralelos dramáticos de  familia y entorno boxístico. El efecto trágico que está en el tema boxeo  es menos creíble cuando toca el tema familia. Al paralelo- conexión le falta un yo no sé qué. ¿Podría ser lo difícil que es aproximarse a los hábitos o valores internos de una clase social que está distante a los valores del guionista, directora y director de la película? Yo no sé, ni es mi intención saber, lo dejo de tarea para cuando vean el film.

Ese desbalance emocional-formal está  contemplado desde el guión, resta equidad al ritmo-fílmico. De momento, sentí la trama emocional familiar demasiada construida, un símil  a una postalita de la marginalidad, linda pero cojeando  en su veracidad y profundidad.