Muy agotada después de todas las locuras del viaje trasatlántico, luego de haber perdido una maleta en Alemania y tanto estrés por viajar con dos gatos llorones, les saludo muy cordialmente desde tan lejos, mi norteña (o del este, si prefieren), rodeada de árboles y un poquito más fresca para mi nuevo gusto caribeño, casa polaca! Volver siempre es emocionante, pero así mismo es muy extraño y nos da una sensación de retroceder en el tiempo y de estar de vuelta al pasado.
Es muy surrealista y difícil de expresar verbalmente. Entonces en vez intentar precisar mis poesías cotidianas y mis nostalgias de regreso les ofrezco un poema de una de las mejores poetisas polacas, premio Noble de literatura, Wisława Szymborska.
Hoy vamos a la boda de unos de mis mejores amigos polacos, lo cual me ha inspirado a leer poesías polacas de amor. Dicen que las emociones son universales y se expresan de la misma manera independientemente de la lengua. Quiero que ustedes decidan. A ver… Amor a primera vista Ambos están convencidos de que los ha unido un sentimiento repentino. Es hermosa esa seguridad, pero la inseguridad es más hermosa. Imaginan que como antes no se conocían no había sucedido nada entre ellos.
Pero ¿qué decir de las calles, las escaleras, los pasillos en los que hace tiempo podrían haberse cruzado? Me gustaría preguntarles si no recuerdan -quizá un encuentro frente a frente alguna vez en una puerta giratoria, o algún "lo siento" o el sonido de "se ha equivocado" en el teléfono-, pero conozco su respuesta. No recuerdan.
Se sorprenderían de saber que ya hace mucho tiempo que la casualidad juega con ellos, una casualidad no del todo preparada para convertirse en su destino, que los acercaba y alejaba, que se interponía en su camino y que conteniendo la risa se apartaba a un lado.
Hubo signos, señales, pero qué hacer si no eran comprensibles. ¿No habrá revoloteado una hoja de un hombro a otro hace tres años o incluso el último martes? Hubo algo perdido y encontrado. Quién sabe si alguna pelota en los matorrales de la infancia. Hubo picaportes y timbres en los que un tacto se sobrepuso a otro tacto.
Maletas, una junto a otra, en una consigna. Quizá una cierta noche el mismo sueño desaparecido inmediatamente después de despertar. Todo principio no es más que una continuación, y el libro de los acontecimientos se encuentra siempre abierto a la mitad. Wisława Szymborska.