La Habilitación en la gestión de la  salud se define como un proceso  mediante el cual el Estado autoriza el funcionamiento de las instituciones tanto públicas  como privadas, así como los servicios de salud. La acreditación es una etapa posterior  y consiste en un sistema periódico de autoevaluación interna y evaluación externa  en el propósito de garantizar  y mejorar  la calidad de la atención.

Uno de los temas pendientes en el sector salud,  aunque no parece ser una prioridad de las autoridades, es la implementación del proceso de habilitación que cree las condiciones para la acreditación.

La no implementación del modelo de gestión uno de cuyos aspectos centrales es la separación de las funciones de provisión de los servicios de salud, supervisión, financiamiento y regulación ha retrasado el importante proceso de habilitación. De forma tal que  el Ministerio de Salud tiene que ver con “todo”  y muy poca atención tienen áreas cruciales de la gestión de la salud.

El problema en torno a la Habilitación es aún mayor cuando se confirma  que aun existiendo normativas éstas no se aplican. En el ámbito  físico existen normativas relativas al local, equipamiento y tecnología tanto para el  internamiento y no internamiento. En las normativas de  habilitación se orienta además hacia la  categorización, mediante la clasificación de los servicios  sea por complejidad o por  riesgo de atención.

Las normativas orientan además en cuanto a que la Habilitación ha de comprender  la inspección técnica que consiste en la acción de examinar y verificar de forma presencial el cumplimiento de los requisitos exigidos; según el establecimiento o servicio, en cuanto a sus objetivos, equipamiento, funcionamiento, organización y planta física.

Es evidente que los serios problemas del sector salud en la República Dominicana tienen un importante componente gerencial; de negativo  impacto en la calidad de los servicios de salud que reciben  las dominicanas y dominicanos y en cuyo contexto un riguroso  proceso de habilitación ha de ser un primer gran paso.

La puesta en ejecución de un sistemático y continuo proceso de habilitación es hoy una necesidad inaplazable de las políticas de salud del Estado. A lo que ha de seguir y algunas veces de forma no necesariamente secuencial, la acreditación como sistema periódico de autoevaluación interna y evaluación externa.

Un nuevo orden de prioridades en el sector salud en el que la Habilitación y  la Acreditación ocupen su importante rol, indicaría un auspicioso camino y una gran contribución a la mejora sustancial de los servicios de salud en la República Dominicana. Es tiempo ya, de avanzar en tal dirección.