El ministro de Salud de la República de China (Taiwán), Chiu Wen-ta encabezó una delegación el 20 de mayo de 2013 para participar en la 66ª Asamblea Mundial de la Salud (AMS) en Ginebra, Suiza. Este es el quinto año consecutivo en que Taiwán participa en la AMS bajo el nombre “Chinos-Taipei”. El año 2013, que marca el décimo aniversario de la epidemia del SARS, ha sido testigo de un brote de la cepa H7N9 de la gripe aviar. En este sentido, la AMS de este año amerita una atención especial.
En la década de 1950, la prevención de las enfermedades contagiosas era el asunto de salud pública más importante en Taiwán. Los esfuerzos hechos en la prevención de enfermedades resultaron en la erradicación de muchas enfermedades transmisibles, entre ellas la viruela, cólera, peste y rabia, en los primeros 15 años de la retrocesión de Taiwán a la República de China. En 1965, Taiwán fue certificada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una zona libre de malaria. Taiwán fue conocida en cierta oportunidad por su prevalencia de enfermedades hepáticas, con la hepatitis B siendo, entonces como ahora, el mal más común. Sin embargo, todos los recién nacidos en Taiwán han recibido una vacuna contra la hepatitis B desde 2000, y por lo tanto, existe una muy baja tasa de portadores en niños de esta generación. El porcentaje de infección crónica por el virus de la hepatitis B es menor al 1 por ciento, comparable con los países desarrollados en Europa, Estados Unidos y Japón. Esto resalta en marcado contraste con la situación en 1980, cuando cerca del 15,2 por ciento de los adultos estaban infectados con el virus de la hepatitis B (el más alto porcentaje a nivel mundial). Tales sobresalientes avances muestran la determinación de Taiwán para eliminar la hepatitis B.
Con la disponibilidad de antibióticos y vacunas, se ha logrado ahora controlar mejor las enfermedades contagiosas. Sin embargo, los nuevos tipos de enfermedades contagiosas siguen constituyendo una gran amenaza para la salud pública. Cuando se confirmó el primer caso de la gripe H7N9 de Taiwán en abril del presente año, los Centros para Control de Enfermedades de la nación, basados en los principios de transparencia, apertura y precisión, reportaron inmediatamente el incidente a la OMS de acuerdo con el Reglamento Sanitario Internacional (RSI). Aunque Taiwán no es actualmente parte del Marco de Preparación para una Pandemia de Gripe (OMS/PPG); sin embargo, cumplimos con todos sus reglamentos, participamos voluntariamente en el mecanismo de seguimiento transparente para materiales biológicos de PPG, y suministramos cepas de virus a las partes que así la requieran. Taiwán también está dispuesta a donar vacunas, medicinas y otros materiales que se necesiten para la prevención de las enfermedades de forma oportuna para los países que los necesiten, de modo que se cierren las brechas en la red mundial de prevención de enfermedades.
Además de la prevención de las enfermedades contagiosas, Taiwán ha logrado gran progreso en la prevención de accidentes. El ministro Chiu es un neurocirujano de renombre mundial. Antes de asumir este cargo, él promovió la seguridad vial, que conllevó a la legislación de 1997 que requiere el uso de cascos para los que montan en motocicletas y motonetas. Esta política ha reducido significativamente la cantidad de heridas en la cabeza en Taiwán. Los accidentes han caído de la tercera causa de muertes a la sexta, lo que significa aproximadamente tres mil muertes menos por lesiones en la cabeza por año. Esto testifica la importancia de promover tanto la prevención de enfermedades como el mejoramiento de la salud, y hace eco en la agenda de la OMS.
El programa del Seguro Nacional de Salud (NHI, siglas en inglés) es otro hito en la salud pública de Taiwán. Desde su implementación en 1995, el NHI ha removido las barreras económicas de la atención médica y ha aumentado la accesibilidad. En los últimos 18 años, la tasa de satisfacción con el programa ha estado oscilando entre el 70 y 80 por ciento, y los logros del programa han sido elogiados por el mundo entero. Como un esquema obligatorio, el programa del NHI cubre a todos en Taiwán, y como más del 92 por ciento de las instalaciones médicas en toda la nación ha sido contratado por el programa del NHI, resulta fácil para los participantes del programa contar con atención en un establecimiento médico de su propia elección.
Además, el NHI mantiene los costos administrativos a sólo cerca del uno por ciento de todos los gastos médicos; ofrece una completa gama de atención médica y dando a los participantes del programa una alta libertad de opción y accesibilidad; emplea una variedad de sistemas de pago y un sistema presupuestario abarcador; y depende de la tecnología informática, habiendo emitido tarjetas IC para todos los asegurados con el fin de aumentar la eficiencia administrativa.
Introduciendo una variedad de reformas, la segunda generación del programa del NHI fue lanzado el 1º de enero de 2013. Bajo este nuevo esquema del NHI, se ha establecido un mecanismo que enlaza los ingresos y gastos para mantener el equilibrio en las cuentas fiscales; se ha puesto en marcha un formato más justo de reparto de costos que expande la base de la prima a través de pagos de primas suplementarias; y el Gobierno está asumiendo mayor responsabilidad por el bienestar del pueblo al cubrir un mínimo del 36 por ciento de los gastos del NHI.
Para asegurar de que los recursos del cuidado de salud pública sean utilizados en forma más eficiente, el Buró del Seguro Nacional de Salud implementa anualmente medidas de mejoramiento, respondiendo a las expectativas de la sociedad de que los recursos sean usados más adecuadamente. Si bien Taiwán protege el derecho del pueblo para acceder a la atención médica; sin embargo se han congelado las tarjetas del NHI de aquellas personas que poseen capacidad financiera pero no han pagado sus primas.
La transparencia de la información en las instituciones médicas, incluyendo los informes de calidad, finanzas, cantidad de camas y violaciones, han alentado el escrutinio público. La segunda generación del programa del NHI está pavimentando la vía que conducirá a un sistema sostenible caracterizado por la imparcialidad, eficiencia y calidad. En particular, para asegurar una mejor atención, promover la eficiencia y minimizar los gastos, la tecnología informática será aplicada para crear una infraestructura que permita el abarcador flujo de informaciones sobre atención médica. Esto le dará al pueblo completo acceso a la información de salud e impulsará un posterior desarrollo de la industria de cuidados de salud.
Como en muchos otros países en el mundo, una sociedad que envejece constituye un importante desafío para Taiwán. Las naciones desarrolladas se enfrentan a ésto en una forma más rápida, habiendo alcanzado en 1993 el umbral de una sociedad que envejece según lo definen las Naciones Unidas. Se espera que ellas se conviertan en sociedades que envejecen para 2018, y en sociedades súper-envejecidas para 2025.
Para una población que envejece, las enfermedades no contagiosas constituyen una serie amenaza a la salud. En Taiwán, enfermedades no contagiosas tales como los tumores malignos, enfermedades cardiovasculares, diabetes y enfermedades crónicas del tracto respiratorio ocasionan el 80 por ciento del total de muertes. Introducimos pruebas de Papanicolau gratuitas para las mujeres en 1995, y desde entonces hemos presenciado que la tasa estandarizada de mortandad por cáncer cervical ha bajado 60 por ciento (de 10,9 a 4,1 por cada 100.000 personas). La implementación del Acta para la Prevención de los Peligros del Tabaco y los aumentos en el precio del tabaco han recortado la tasa de fumadores entre los varones adultos en un tercio. Nuestro enfoque del curso de vida hacia la salud, junto con nuestro plan de acción “todo el Gobierno” y “toda la sociedad”, han creado ciudades favorables a todas las edades en todo Taiwán.
Taiwán ha iniciado un plan para crear una “década dorada” de prosperidad, que procura lograr lo siguiente para el año 2020: una reducción del 20 por ciento de la tasa de mortandad por cáncer (de 131,6 a 106 por 100.000 personas), una disminución del 50 por ciento en la tasa de fumadores entre adultos (de 20 a 10 por ciento de la población), y un aumento de dos veces la cantidad de adultos que se dedican a una actividad física regular.
En línea con el marco de observación mundial de la OMS para una meta “25 por 25”, Taiwán ha fijado 9 objetivos voluntarios y 25 indicadores con la esperanza de reducir la mortandad prematura por enfermedades no contagiosas en aproximadamente 25 por ciento para 2025.
Nos enfrentamos ahora al desafío de promover la salud para las personas mayores, su adecuada y continua participación en actividades sociales, y la justicia intergeneracional. Como otras naciones miembros, Taiwán tiene que enfrentarse a los diversos efectos que una población que envejece causa en su sistema de salud pública. Estamos promoviendo importantes reformas financieras tales como el esquema de la segunda generación del NHI, que involucra la cooperación interministerial; así como un programa de cuidado a largo plazo, como parte de un esfuerzo por crear un completo sistema de seguridad social de la próxima generación. En respuesta al llamado de la OMS por el cuidado a los discapacitados, Taiwán es uno de los pocos miembros que han adoptado la Clasificación Internacional de Funcionamiento, Discapacidad y Salud en su evaluación de la discapacidad, que ha sido integrado en su sistema de bienestar social.
Dados los muchos retos al ofrecer atención de salud pública de la próxima generación, la comunidad mundial necesita la coordinación y cooperación tanto interdepartamental como internacional para asegurar que los limitados recursos sean usados apropiadamente para crear un sistema de salud abarcador que tenga cobertura de salud universal y para realizar el objetivo final de la OMS de salud para todos.
Se conmemora el quinto año de la participación de Taiwán como observadora en la AMS. Si bien en el pasado no pudo participar en los mecanismos y reuniones de la OMS, y aún cuando su participación sigue afectada por restricciones, Taiwán ha hecho un considerable avance en muchos tipos de cooperación internacional en materia de salud; y Taiwán no ha desistido en retribuir a la comunidad internacional al compartir sus experiencias y éxitos en el campo del cuidado de salud.
En la década de 1960, Taiwán fue receptora de la ayuda internacional, que totalizaba alrededor del 9 por ciento de su PIB. Hoy en día, Taiwán es un activo proveedor de ayuda humanitaria, donando anualmente el equivalente al 0,1 por ciento de su PIB. Taiwán también participa activamente en los esfuerzos mundiales de salud, apoyando los esfuerzos de la OMS y sus socios mundiales a fin de alcanzar las Metas de Desarrollo del Milenio relacionadas con la salud. A medida que procura mejorar la salud de su propio pueblo, Taiwán espera tener más oportunidades para participar en los esfuerzos mundiales de salud, con el fin de cumplir mejor su responsabilidad de retribuir como un miembro de la comunidad mundial.