Cada día más resulta familiar al oído de empleadores y trabajadores, no así al púbico general, términos como higiene y salud ocupacionales, que refieren a lo relacionado a las condiciones peligrosas o dañinas presentes en el medioambiente laboral que en determinadas situaciones podrían provocar enfermedades ocupacionales y accidentes de trabajo.
Dadas las características particulares de tipo causales de las enfermedades y accidentes de trabajo, es que existe una rama de la medicina especializada en el manejo de la salud de los trabajadores y trabajadoras de todas las ocupaciones y niveles.
La Salud Ocupacional o Medicina del Trabajo podríamos definirla como la especialidad que se encarga de la planificación y desarrollo de las actividades multidisciplinarias en el ámbito laboral tendentes a la promoción de la salud, la prevención y tratamiento de las enfermedades y la rehabilitación física y social de los trabajadores y trabajadoras, así como también procurar por todos los medios posibles un ambiente de trabajo sano.
El profesional en Salud Ocupacional debe procurar el más alto nivel de bienestar posible de los trabajadores y trabajadoras sin detrimento de los bienes y servicios que producen las empresas.
El componente multidisciplinario de la Salud Ocupacional tiene que ver con la incidencia de las técnicas y conocimientos profesionales de diferentes áreas del saber, tales como: médicos, enfermeras, ingenieros, químicos, abogados, psicólogos, etc.
Pero también, existen especialidades clínicas en Salud Ocupacional como: Dermatología, Oftalmología, Neumología, Fisioterapia, entre otras.
Es bueno señalar, que en nuestro país no existen investigaciones actualizadas y confiables sobre la incidencia de las enfermedades ocupacionales y los accidentes de trabajo
La participación de tan amplia gama de profesionales y tecnicos se justifica porque la salud de los trabajadores y trabajadoras podría verse afectada por una amplia variedad de riesgos laborales, clasificados en: físicos (traumas, vibraciones, radiaciones, ruidos); biológico (bacterias, virus, hongos, animales, plantas); químicos (gases, vapores, líquidos, sólidos) y psicosociales (estrés, monotonía, fatiga).
Pero resulta, que tanto las enfermedades ocupacionales como lo accidentes de trabajo están casados con el marco legal de cada país, el cual tipifica cuáles patologías o lesiones se consideran de origen ocupacional o laboral. Es por este aspecto médico-legal donde entran al juego los profesionales del derecho.
Los riesgos laborales arriba señalados, deben ser controlados o eliminados actuando de manera prioritaria, cuando sea posible, sobre la fuente y, si no es posible, sobre el personal en riesgo.
Como medidas de prevención y control de riesgos laborales podemos mencionar: examen médico preempleo y periódico; educación sanitaria; medios de protección personal (guantes, gafas, casco, batas, etc.); orden, higiene y señalización del ambiente de trabajo; elaboración, manejo y suministradores adecuados de alimentos y bebidas a los trabajadores y trabajadoras.
Es bueno señalar, que en nuestro país no existen investigaciones actualizadas y confiables sobre la incidencia de las enfermedades ocupacionales y los accidentes de trabajo.
Sin embargo, teniendo como referencia a otros países, nos encontramos entre las actividades económicas con mayores riesgos laborables: agricultura, metalmecánica, transporte, minería, construcción y textil. Otros profesionales están expuestos a enfermarse como consecuencia o en ocasión de la actividad laboral que desempeñan, tales como: personal de salud, maestros, periodistas, oficinistas, bomberos, policías y militares, entre otros.
Estas generalidades sobre Salud y Trabajo constituyen nuestra primera colaboración para este importante medio digital, que me honra al darme la oportunidad de hacer un aporte desde esta columna a la salud ocupacional.
Finalmente, quiero expresarles que no pretendo comunicar, sino comunicarnos, como justo reconocimiento del derecho a la salud que tienen los trabajadores y trabajadoras de todas las ocupaciones para que así puedan realizar su labor productiva con eficacia y contribuir con el desarrollo del país, las empresas, los empleadores y el suyo propio.