Apertura
Julio Cuevas
Cada obra, desde su título, condiciona a la formación de juicios y/o valores que, no siempre, se corresponden con los sentidos proyectados en su discursividad expositiva. Es lo que sucede en esta obra titulada "El salto: La Redención", del Dr. Modesto Martínez, actual Juez Presidente de la Corte de Apelación de Niños, Niñas y Adolescentes del Distrito Nacional (Editora s/n, Santo Domingo, R.D, 2018).
De entrada, el lector puede creer que está ante un texto de carácter místico, religioso, pero no, no es así, se trata de una firme voz de alerta ante los desvíos sociales, políticos, económicos, éticos y morales de la sociedad dominicana, extremada de manera directa y precisa de un administrador de justicia, condición esta que le otorga un valor especial, porque viene de un sujeto que, día a día, vive lidiando con las falencias de esta sociedad, en estos tiempos globales.
Para el Dr. Modesto Martínez, este es un país del absurdo y, de verdad que le creo esa dura aseveración, ya que estamos inmersos en un ambiente dominado por la criminalidad y la corrupción. Veamos lo que es un grito de introducción de este magistrado: "En la República Dominicana todas las personas adultas y con algún nivel de discernimiento, está consciente que estamos a la deriva, no por culpa del actual gobierno, ni por el que pasó o el que pueda venir; sino por un tema de actitud colectiva en la que todos hemos dejado de soñar en la posibilidad de construir un país con el nivel de institucionalidad y organización que constituya la base fundamental para la búsqueda del bienestar común a que todos aspiramos y tenemos derecho"(p.27).
Este es el grito de un hombre de la toga y el birrete el que, está vez, se arremolina sobre el rostro de la patria, de manera desnuda y valiente, sin poses, para que hasta los sordos puedan oir su voz y los ciegos puedan ver su sed de justicia.
"Todos estamos conscientes en que este es el país del absurdo, en donde todo es posible, sobretodo lo mal hecho"(p.27). Parece la expresión de un dirigente de izquierda, de un "extremista" o de algún Pastor en rebeldía, pero no, se trata del discurso de un honorable ciudadano que ha sabido desenvolver su vida desde el estrado y desde la aplicación de códigos y principios judiciales.
Desde aquí, un juez del país nos llama de.manera insistente y nos dice que "(…)es hora de enfrentar la inmundicia"(p.28). "Llegó la hora de dejar de temer"(p.29). Con los hechos, este autor ha dejado de temer y le presenta a la sociedad y al mundo su vertical acento de reclamos y denuncias. Es el discurso de un ciudadano que desnuda el panorama de una nación sumergida en una latente crisis moral que brota desde el poder.
Todo este introito ha surgido de las motivaciones que indugeron al autor ha producir esta obra, ya que el texto completo está estructurado por dieciocho (18) capítulos, cada uno con un enfoque critico de profundidad, lo que nos pone en claro que su autor ha sabido aprovechar las condiciones reales de un estado de derechos, porque de haber publicado este libro en otros períodos políticos de nuestro país, no estaríamos hoy celebrando su existencia física. Tiene dos partes. La primera parte recoge los capítulos del 1 al 11 y la segunda parte, abarca los capítulos del 12 al 18.
Este es un libro que debe ser leído en las esferas del poder, para que allí constaten lo que acontece frente a su mirada de ignorancia y desidia. Para que escuchen a un juez clamar como Montesinos no un sermón, pero sí una proclama de justicia, en una sociedad llena de sentencias y acciones injustas.
El autor nos llama a dar "el salto". ¿Qué es el salto? Martínez nos dice que "El salto es una propuesta; un enfoque diferente de cómo deben ser abordados los graves problemas que nos aquejan y de qué debemos hacer para resolverlos" (p.37). Realmente, no estoy convencido de que sea una propuesta para resolver los problemas, pero sí Esto y seguro de que se trata de una denuncia sin límites, para que se sepa y se entienda que el hecho de administrar justicia, en una sociedad de injusticias, fastidia, enfurece…hace estallar en busca de nuevos horizontes.
Aquí tenemos una férrea crítica al actual poder judicial y al poder político nacional, proveniente de un juez, administrador de justicia que no aguanta más el asco y la putrefacción de los pasillos judiciales, donde pululan como vulgares venduteros, abogados, jueces y juezas, fiscales y hasta simples alguaciles, que se manejan como si fuesen "gerentes de mercados persas", vendiendo sentencias…al por mayor y detalle.
Conozca lo que es un "jeringuidano"(Ciudadano- jeringuilla): Ciudadano que se presta para participar en maniobras fraudulentas con el fin de sustraer los recursos del Estado"(p.32). Conozca aquí lo que es una "sumbrasta": Una subasta que se lleva a cabo en la sombra por las mismas personas físicas y jurídicas que están participando en la subasta formal. Conceptos como esos están fijados en el Glosario de palabras y conceptos claves o fundamentales para entender está denuncia que fluye desde el estrado para una sociedad en crisis ética y moral.
En la segunda parte de este trabajo, entraré en el tejido ardoroso de esta proclama crítica y denunciante, vestida de toga y birrete, para burócratas imbuidos de sordera, ante un Estado que américa de justicia social y de equidad, en todas sus instancias de mando, lo que, no sin antes desnudar lo que hoy pasa en los estrados…nos obliga a dar el salto.