La República Dominicana  ha progresado.    Su gente  vale.  Surge por doquier gente buena comprometida con un futuro dominicano próspero para sus hijos. Y esa gente esta haciendo olas.  Peligrosamente, la frustración con un pasado corrupto, y la angustia con la corrupción actual opaca los logros alcanzados. Recientemente, el detonador ha sido una decision judicial interpretada por muchos  como dandole inmunidad a los políticos para que roben todo lo que quieran. A los comprometidos con crear ese futuro prospero, artículos como los del insigne Andres Mateo o el valiente Lois Malkum  recientemente publicados en la prestigiosa Acento, abren la esperanza hacia un amanecer mas promisorio…pero  preocupan. Sus líneas inspiran las mías.
Viví en Haití, donde aprendí a respetar el valor y sufrimiento de su pueblo, y ahora disfruto del calor  dominicano.    Y en esa vivencia comprendí a fondo la diferencia entre corrupción predatoria y corrupción constructiva, ambas malas, una mucho peor que otra.   Allá reinó la predatoria, acá, hasta hace mas o menos una década,  la constructiva.    Esos  "modelos"   han causado gran diferencia: una el empobrecimiento de una sociedad vibrante, la otra  el gran avance de  cultura y economía emergentes.     Sobran motivos para el orgullo dominicano:   su arte y  su música,  la belleza de sus mujeres y de su país, de su desarrollo, y porque no, de sus viejos robles y caobas,  valientemente retando las taras trujillistas,
Pocos paíces  han sido capaces de absorber una migración masiva del campo a la ciudad, especialmente hacia Santo Domingo, tan drástica como la vivida en este pedacito del Caribe.  En los 70, cuando yo "predicaba" el gran futuro turístico de la nación, las burlas llovian.  Años mas tarde, su industrria turistica compite con las mejores de la región. Los agroempresarios han aprovechado tecnologías, como la de agricultura bajo techo,  mejor que sus competidores; hasta la llegada de la destructiva mosca del mediterraneo,   la exportación de pimientos era uno de los grandes triunfos de las exportaciones hacia los EEUU.  Por supuesto el ron y el tabaco supera con mucho el de su principal competidor simbólico, Cuba. Si, hay mucho orgullo, …y con razón.  Mas, también como en la Cuba de los 50, no de sus políticos, no de su desmesurada corrupción.
 Odio la corrupción porque he visto como ha corroído a Latinoamericana, asesina a  miles en barrios, pueblos y ciudades,   sobre todo niños y débiles, y empobrecedora, porque causa daños muchas veces mayores a los  desviados (si robas la calidad del acero en una obra, toda la estructura se perderá!)  destruyendo la competitividad  empresarial y la creación de salarios dignos.  También he visto la corrupción en Japón y en los EEUU–y en la Cuba del Ayer.
En estos tres últimos, asquerosa y repugnante  siempre, la corrupción al menos era productiva.  Los corruptos invertían en sus países, y los mismos salían adelante.  En Latino America la corrupción es  predatoria, y eso parasíticamente.  Si ordeñas la chiva, te preocupas de darle agua, de alimentarla, de tenerla sana; si los chivos sin ley se la  comen, les importa un bledo el mañana de la chivita.  Pero el "masticáo"  la  acaba, mientras quien ordeña sigue chupando la abundante leche.  Y por supuesto,  el corrupto corrompe.  ¿Podrá existir un sector privado  honesto y  competitivo chapoteando en  una pocilga inmoral,  o desperdiciará su talento empresarial,  buscando favores en vez de inversionistas y tecnología  productiva?
Mucho ha logrado el pueblo dominicano.  No ha sido fácil capear la codicia de quienes roban porque pueden,  amparados por y a veces desplazando, a  los dueños del país. Mas  ¿que haran los comechivas cuando los huesitos  vayan desapareciendo?  Los préstamos  financiando la corrupción, en flujos  internacionales a bajos intereses, alimentaban al insaciable monstruo de los gobiernos  latino americanos, pero ya tienen presión al alza,   hay que pagarlos y su refinancieamento caro le saldrá a quien tendra que pagarlo:  el pueblo. Como en el caso de Grecia, a pagar aunque el  pueblo  rara vez haya visto  beneficio alguno de esas dádivas.    La inversión extranjera ya no puede palanquear el "carry trade,"   tomando prestado bajo en los mercados de capital e invirtiéndolo acá,  aprovechandose de los  nobles márgenes (por ejemplo, en la banca nacional  o en la construcción/lavado) disfrutados recientemente.
Con excepción del turismo con su venta de servicios y creación de inversiones,  las exportaciones han  retrocedido casi a los niveles del 2000.  La política cambiaria, debido  a  fugas  masivas de divisas creadas, en parte, por anomalías en los ingresos políticos,  sigue apostando a lo importado   y penalizando a quienes producen para exportar; la agobiada clase media clama contra  impuestos onerosos establecidos  por su facilidad de cobro, con poco esfuerzo para  reducir  la distorsión a la economía (altos impuestos en los aeropuertos, o el seudo iva, dos ejemplos).  Aun las zonas francas se ven afectadas por la corrupción y la debilitante herencia del  medalaganismo de quienes lo hacen porque pueden.  Cada día la chivita berrea mas quedo.
¿Y el  pueblo? Cansado.  Todo es una lucha  y con tendencia a empeorar.  Apagones,  inseguridad creciente–como fuese descarnadamente  reportado por Lois Malkum en ACENTO- la cual elimina los incentivos a la pequeña y la mediana empresa, elementos vitales para el desarrollo nacional,  y desgasta a la familia dominicana;  creciente  empleo informal, sin beneficios ni destino.   Los líderes del país han llevado a la  República Dominicana a ocupar tristes  sitiales: mayor número de muertes  por habitante causadas por accidentes de tráfico y hasta hace poco,   el  gasto publico mas ineficiente.  Con la creciente descriminalizacion de las drogas, la contribución de estas  a la economia nacional seguirá decayendo.  PETROCARIBE es memoria. Ahora la sequía  agrava todos los malestares sufridos. ¿Podriá el cambio climático  detonar un destructivo  terremoto social?  ¿si no hay mas caprino, a quien comerán los insaciables glotones?
La República Dominicana es un país rico con pobres.  En esa riqueza, ¿ encontrará los recursos el Ministerio de Turismo para combatir el sargazo, fea expresión del cambio climático y destructor del turismo,  o los fondos aprobados para hacerlo se esfumarán? ¿Invertirán y controlarán  las autoridades responsables  los urgentes recursos necesarios para cosechar, captar, almacenar y manejar mas eficientemente y mejor distribuída el agua mientras se crea la urgente  base requerida para lidiar con las esperadas sequías e inundaciones  o  seco estará el canal?  ¿Impondrán los líderes  la disciplina sobre las fuerzas incontrolables que amenazan a la ciudadanía, al dominicano de a pie, o seguirán lucrando con la debilidad del pueblo?  ¿Tomarán aun mas en serio los líderes privados y sociales su responsabilidad de vigilar el desempeño público o serán apabullados por quienes deben ser vigilados? ¿Cambiarán los glotones  el modelo de corrupción, o seguirán  comiéndose la chiva, ignorando  que para seguir robando hace falta un cambio de modelo, e ingeniarselas para  "solo"  ordeñarla?  O ¿no habrá chiva, no habrá paz, no habránación?
Con esos bueyes no hay que arar.