“Un texto fuera de contexto, es un pretexto” Autor desconocido.

Las religiones tienen libros llamados sagrados, donde se recopilan sus enseñanzas fundamentales. Los usuarios confían en que fueron escritos con muchos siglos de antigüedad. Se les suele añadir aportes con el paso de los años, aunque se pretenda que siempre estuvieron ahí. Ocasionalmente, alterar las escrituras se pagaba con la muerte.

En nuestro medio la Biblia es la principal escritura sagrada. Aunque algunas personas manejan escrituras de religiones orientales, que como nos llegan muy depuradas, parecen estar muy acordes al pensamiento moderno. Pero cuando visitas las naciones que practican esas religiones, encuentras los mismos errores y supersticiones que acompañan a nuestra religión. En cualquier doctrina podrías quedarte en un nivel superficial.

La Biblia se divide en: Antiguo Testamento que es compartido por judíos, cristianos y musulmanes y el Nuevo Testamento que se desarrolla a partir del nacimiento de Jesucristo, es la base del cristianismo y es aceptado parcialmente por musulmanes. Resulta incomprensible que a través de los tiempos, judíos, cristianos y musulmanes, se han matado unos a otros por motivos religiosos.

Había muy pocos fragmentos conservados de la Biblia de los primeros siglos de nuestra era. Descubrir los rollos de Qumran, encontrados accidentalmente a orillas del Mar Muerto en 1946, fue un invaluable hallazgo. Estos rollos se atribuyen a los Esenios, son del Antiguo Testamento y están datados entre el 250 a.C. al 66 d.C. Pese a muchos inventos que se escuchan sobre ellos, nunca aparece el nombre de Jesús.

Tu Biblia no es la original, porque hace poco que se empezó a escribir en español. Originalmente estuvo en hebreo o arameo. Hacia los tiempos de Jesucristo, comienza a traducirse al griego (Septuaginta) y también comienzan a escribirse los textos del Nuevo Testamento, en una variedad popular de griego (koiné).

El hebreo no utilizaba vocales, sólo consonantes por lo que el nombre de Dios: YHVH (tetragrámaton), unos lo tradujeron como YAHVEH y otros lo tradujeron como YEHOVAH.  ¡Algunos creen que son dioses diferentes!

En vista de que ya el hebreo estaba desapareciendo, los Masoretas (judíos ortodoxos) se encargaron de recoger los escritos del hebreo y ponerles vocales (siglos VII al X d.C.). Porque ya no se sabía cómo debían pronunciarse esas consonantes. Sólo unos pocos la leían en voz alta, para que el pueblo la escuchara porque no sabían leer. Pero Jesús sí sabía leer (Lucas 4:17).

¿Qué era la Biblia? Numerosos rollos de papiro y pergaminos de cuero. Por lo que nadie la tenía completa. En los primeros siglos de nuestra era, la iglesia cristiana decide traducir las sagradas escrituras al latín corriente o vulgar, por ser más conocido (San Jerónimo en el siglo IV d.C.) El Papa San Dámaso en el siglo IV, establece el canon bíblico, es decir cuáles libros eran los válidos y cuales inaceptables. Se eliminaron libros que hablaban de reencarnación, de politeísmo, que negaban que Jesús fuera Dios, maniqueistas, etc. Se quería escoger un solo evangelio, pero había más de 50 evangelios. Al no ponerse de acuerdo se decidió escoger cuatro de los evangelios. Muchos de esos escritos se almacenaron en el Vaticano como “evangelios apócrifos”. Durante siglos estuvieron prohibidos para evitar confusiones, actualmente son asequibles para el que le interese.

Durante toda la Edad Media,  las escrituras estuvieron preferentemente en latín. Había una enorme variedad de documentos copiados a mano, a veces con faltas ortográficas.

Con la llegada de la imprenta en el siglo XV, la Biblia fue copiada por imprenta y no  a mano, haciéndola más confiable. En el siglo XVI, con la reforma protestante, Lutero decide eliminar algunos libros y por eso la biblia protestante o evangélica, tiene algunos libros menos que la católica, especialmente del Antiguo Testamento (ejemplo: versión Reina Valera).

Puntos esenciales: la Biblia no la escribió Dios. Fue escrita por hombres, creemos que inspirados por el Espíritu Santo. La Iglesia seleccionó los manuscritos que: parecían  de los apóstoles, eran antiguos y coincidían con la doctrina cristiana. La Biblia es uno de los tesoros más grandes de la humanidad. No es un amuleto. Te ayuda a descubrir a Dios.  Felizmente ya no se quema a nadie por contradecirla. Es más importante que ames a quien viole sus preceptos, que el demostrarle que está equivocado. Tus ojos son insuficientes para recibir su mensaje.