Israel nació y ha vivido en guerra. En 1948 la ONU creó en Palestina dos estados: uno judío y otro árabe. Al proclamarse la independencia israelí, la “Liga Árabe” compuesta por Irak, El Líbano, Siria, Yemen, Arabia Saudí, Jordania y Egipto  de inmediato atacó a Israel. La guerra duró 14 meses y triunfó Israel,  a pesar de su inferioridad numérica.

El Primer Ministro Ben Gurión expresó en 1949: “No debemos estar intoxicados con la victoria. Para muchas gentes, no solo para nosotros mismos parecería un milagro: una pequeña nación de 700,000 personas (al comienzo de la guerra sólo éramos 640,000) se impuso contra seis naciones de 30 millones”…..”ninguno de nosotros sabe si el enfrentamiento con derramamiento de sangre ya ha terminado”.…   “…mientras no podamos estar confiados en que ganamos la última batalla, no debemos glorificarnos”.

Esa primera guerra fue para  Israel  “Guerra de la Independencia” o “Guerra de Liberación” y le amplió su territorio. A los refugiados  palestinos se les redujo su espacio y comenzó la “Nakba”, “La Catástrofe” , que aun no termina. En 1956 Israel agredió a Egipto junto a británicos y franceses  en la segunda guerra, la de Suez. Aunque pudo triunfar militarmente, Israel  sufrió una derrota política debido a la hercúlea presión de Eisenhower.

Ante  las amenazas de Nasser, Israel sorprendió a Egipto y Siria el 5 de junio de 1967 con un  demoledor ataque preventivo en la “Guerra de seis días”,la tercera guerra. Derrotado y avergonzado Nasser renunció como presidente el 9 de junio pero las masas le pidieron estruendosamente que se retractara y así lo hizo. Su acción bélica  más contundente fue defensiva: encalló 14 barcos para iniciar un largo bloqueo del canal de Suez . Nasser  murió en 1970 y lo sucedió  Anwar el Sadat.

Después de esa derrota Egipto se rearmó desde casi cero, comenzando con armas defensivas. La URSS no proveyó todo el armamento que se le requirió y en julio de 1972 Egipto expulsó a cientos de técnicos y asesores militares rusos. Washington no aprovechó esa coyuntura para rehacer sus relaciones con Egipto y  evitar  que Sadat continuara en la órbita soviética.

En la cuarta guerra fueron los árabes que  atacaron por sorpresa. El 6 de octubre del 1973, día de Yom Kipur, o  Día  de la expiación, del perdón o del arrepentimiento, la más sagrada festividad del judaísmo, Egipto atacó en el Sinaí, y Siria en las alturas del Golán, causando cuantiosas bajas a los israelíes en batallas que hicieron renacer el orgullo  egipcio, constatando que Israel podría ser vencido. Rechazando el ataque Israel hizo retroceder a los árabes y logró ocupar 600 kilómetros cuadrados en las alturas del Golán más allá de la línea de alto al fuego de 1967 y 800 kilómetros cuadrados en la ribera occidental del Canal de Suez.

El 21 de octubre el rey Feisal de Arabia Saudita inició el uso del petróleo como arma política, prohibiendo su embarque hacia Estados Unidos. La ONU se pronunció buscando la paz y el 11 de noviembre se firmó el Alto al Fuego. El 18 de enero de 1974 se acordó la paz, Israel devolvió parte de la península de Sinaí ocupada en 1967 y se reabrió el Canal de Suez después de 8 años bloqueado. Con el boicot y la reducción de  producción de la OPEP el  petróleo pasó de 3 a 12 dólares por barril.

Sadat visitó Israel, como invitado, buscando la paz desde una posición de fuerza. Todos los países árabes rompieron relaciones con Egipto y además hubo violentas protestas internas. Sadat no se doblegó, sabiendo que el desarrollo de Egipto dependía de la paz. Triunfó reabriendo el canal y recuperando el Sinaí, que Nasser perdió en 1967. Solidificó su legado firmando el Acuerdo de Camp David con el Primer Ministro de Israel Menahen Begin. Ambos recibieron el Nobel de la Paz en 1978.

Sadat se vinculó con Occidente y fue asesinado en 1981 por soldados fundamentalistas. Pasó a la historia como héroe de la guerra y la paz, rememorando al augusto faraón  Ramsés II que luchó contra los hititas en Qadesh, primera batalla reseñada en la historia, con participación de 6,000 carros guerreros y que, al terminar en un empate, propició un acuerdo de paz entre egipcios e hititas, el primero de la historia. Sadat, acordando la paz después de la guerra de Yom Kipur, reconfiguró la geopolítica en el Medio Oriente. El tema de Palestina sigue vigente.